Tres días empapados en música, en risas, en buena compañía, la de la familia
Rangel (José Ángel y Víctor) con quienes viajar para compartir grandes
eventos musicales se está convirtiendo en una agradabilísima costumbre. Y no
sólo la suya; también la de Alex (no sé tu apellido!) y el incombustible y
querido Manolo Pizarro, más dos de los antiguos miembros de la banda vasca
Rivendel y un amigo suyo. Algunas otras voces hablando en castellano se
podían oír, creo que también había gente de Madrid como mínimo.
En resumidas cuentas, este festival ha sido una gran experiencia. Yo
particularmente no estoy muy metido (o nada metido) en el RIO, pero entre
otras cosas la actuación de Present en Gouveia me animó a ir a la aventura
musical sin ideas preconcebidas ni prejuicios y el resultado ha sido
altamente positivo. Diez conciertos en donde se han podido ver y escuchar a
grandes bandas y a grandes músicos, propuestas con el denominador común de
la calidad y el compromiso frente a la comercialidad, en un auditorio
excelente (las sillas un poco estrechas como único inconveniente), buen
sonido (aunque el técnico tuvo algunos problemillas sobre todo con Nebelnest
que yo creo que si hubieran podido lo hubieran fusilado, y el técnico de
luces se lo podría haber currado un poquito más), un marco incomparable (Cap
d’Ecouverte es una antigua mina a cielo abierto convertida en parque de
deportes de aventura) y un ambiente de camaradería con gente variopinta de
medio planeta entre los que se entremezclaban con toda naturalidad los
músicos de las bandas (con los que por cierto era posible hablar en plan
“rueda de prensa” tras cada concierto, mientras la siguiente banda en actuar
probaba sonido; una muy buena fórmula por cierto, Tiana tomad nota).
Viernes 13
SALLE GAVEAU
La primera, en la frente. Abría el festival esta joven banda liderada por el
exguitarrista de Bondage Fruit, con una formación poco usual (piano, violín,
acordeón, guitarra y contrabajo) y una frescura, calidad y virtuosismo
plasmada en una sorprendente mezcla de Piazzola y clásica contemporánea que
a la postre acabó arrasando entre un público entregado que les proclamó como
una de las bandas que más impactaron a lo largo del festival. Mención
especial para el violinista, que ya había triunfado como intérprete de
tangos en Argentina y que demostró una calidad instrumentística alucinante
junto con un corazón musical que no le cabía en el pecho.
ZAO
Poco que decir de esta veterana banda fundada a finales de los 60, me
parecieron una muy buena banda de jazz-rock, que pareció acusar un tanto la
falta de su cantante. Cuajaron una buena actuación pero no creo que
entusiasmaran de verdad a nadie. Quizás al final, cuando contaron como
artista invitado al violinista de Salle Gaveau opara uno de los temas, la
música se agigantó en ese momento y el auditoro volvió a rendirse a los pies
del nipón.
Sábado 14
NeBeLNeST
Una de las bandas mas esperadas por el público, la sensación general es que
no acabaron de cuajar y hasta decepcionaron un tanto respecto de lo que se
esperaba de ellos en directo. Yo había escuchado uno de sus CDs y me había
gustado bastante, aunque en directo encontré su música (fuertemente
influenciada por KC) demasiado monolítica, un bloque de sonido sin fisuras
pero también sin matices. Una especie de Anekdoten con subidón permanente y,
como digo, monoblock.
PRESENT versión acústica
Se presentaba Present en una fomación acústica con dos pianos (a cargo de su
pianista titular Pierre Chevalier y de un invitado especial, el pianista
especializado en clásica contemporánea Ward de Vleeschhouwer) y percusiones
ortodoxas y no tan ortodoxas a cargo del resto de miembros de Present, una
interesante revisión a algunas de las piezas de la banda como Souls for sale
o Promenade au fond d’un canal, no exento de cierta performance como es
costumbre en la banda (por ejemplo, Dave Kerman salió al escenario como un
condenado a muerte, dando acompasados zapatazos en el suelo con unos zuecos
gigantes unidos por cadenas hasta llegar a su batería mientra los demás ya
habían comenzado la pieza). Yo en particular, aunque me apetecía mucho ver
el experimento, prefiero la versión eléctrica de la banda, con la actuación
de Gouveia aún en la retina; pero desde luego fue todo un regalo a la
audiencia, más pensando que se trató de algo exclusivo para el festival y en
las horas de ensayo que les debió de llevar montarlo.
Como curiosidad, en la charla con los músicos posterior al concierto, se
preguntó al organizador del festival (el “socio” de Roger Trigaux) por qué
no estaba Univers Zero en un festival así, y la respuesta no pudo ser más
sincera: los habían visto hacía poco en irecto y les resultaron
decepcionantes, por lo que actualmente no les creen poseedores del nivel
suficinete para estar en el festival (aunque viendo a alguno de los que pasó
por ahí despúes, como veremos, da que pensar). Alex preguntó a la banda qué
clase de música escuchan últimamente, una pregunta que yo creo les
sorprendió e incluso a alguno creo que molestó; Reginald Trigaux tomó el
micro de bastantes malos modos y dijo escuetamente “Star wars”; yo creí que
le estaba tomando el pelo hasta que vi en unas fotos promocionales que
regalaban en el stand de Present que en efecto el tipo llevaba una camiseta
con el casco de Darth Vader.
PETER BLEGVAD TRIO
Una formación de exmúsicos de Henry Cow (estaban también John Greaves y
Chris Cutler) con muchísimas tablas y tiros dados, cuya propuesta musical en
el festival francamente se asemejaba más a lo que un trío de rhythm&blues
más o menos convencional puede ofrecer que a nada remotamente emparentado
con el resto de propuestas del festival. Nos quedó la recompensa de ver
tocar a Chris Cutler, cuya forma de manejar el instrumento con grandes
digamos aspavientos es muy curiosa de ver (aparte de que oírlo tocar es un
placer). Eso sí, John Greaves se marcó dos bonitos temas a piano y voz. Creo
que en este caso pudo más la historia (recordemos que Chis Cutler acuñó el
término RIO) y el venir a echar una mano a los colegas de toda la vida que
la propia música interpretada.
FAUST
Bueno. ?Cómo explicar la actuación de Faust? Quizás baste describir el
aspecto de su batería y líder, un alemán con poco pelo blanco, gordo y alto,
con botas negras, gayumbos azul celeste y una camiseta en la que podía
leerse “Industrial Rock Terrorist”. Yo no me atravería a llamar “concierto”
a lo que hicieron, de hecho fue más una performance que poco tenía que ver
con la música, ya que casi todos los temas se construían sobre el ruido de
diversos aparatos (utilizados de forma no demasiado musical) y cuando lo
hacían sobre instrumentos la propuesta musical era muy pobre técnicamente y
ya no digamos compositivamente, con un bajista correctito, un batería
mediocre y un guitarrista al que no puedo calificar porque se dedicó todo el
rato a hacer ruido o como mucho tocar interminables pasajes de un solo
acorde y a desafinar la guitarra. Eso sí, no dejaron indiferentes a nadie,
ya que contaban con bastantes fans (no dejan de ser una banda legendaria de
los 70), y muchos otros se marcharon echando pestes del auditorio. Yo
aguanté toda la actuación, más movido por la curiosidad del “a ver qué hacen
ahora” que por estar disfrutando de ello, aunque me reí bastante. Además de
los consabidos golpeos de barras de hierro etc, sumaron a su arsenal de
“instrumentos” un bidón al cual torturaron con un taladro enorme y un
pulidor (o lo que fuera) que sacaba chispas, una sierra eléctrica que en un
acto no exento de riesgo real de integridad física tanto del músico como del
público el bajista estuvo paseando (conectada) por entre el público y con la
que luego hizo un poco de bricolage escribiendo la palabra RIEN en una tabla
de conglomerado, una hormigonera utilizada como “caja de ritmos” (lo dela
integridad física va en serio, a mi me pasó a un metro y pude ver
perfectamente cómo al bajar del escenario casi se le dobla el brazo para
atrás por el peso del aparato), un solo de aspirador… ah sí, y en medio de
un tema el bajista le pide la camisa a alguien del público, y cuando la
tiene saca una tabla de planchar y una plancha y le plancha la camisa al
tipo. Tal cual.
En fin, yo no puedo evaluar lo visto bajo el prisma de la música. Como
performance estuvo curiosa, incluso ingeniosa, pero yo no puedo tomarme su
actuación en serio musicalmente, y ni mucho menos hablar de "genios" como
escuché por ahí. Podemos decir que son avant-garde, transgresores,
contraculturales, lisérgicos, lo que queráis... pero lo cierto es que la
propuesta musical (insisto, por el contenido del concierto) es más simple
que el agujero de un donut. Es lo de siempre, la transgresión está muy bien
en el arte y el arte debe ser transgresora, pero a veces se cuelan cosas que
“sólo” son transgresoras porque el que las hace tiene el morro suficiente
para hacerlas y encima se le acepta (en este caso el nombre pesa mucho),
pero que en sí mismas no pasan de excentricidades sin demasiado mérito, en
mi opinión. Y no estoy en contra de introducir ruido, caos, silencio, etc en
la música, pero lo de que casi sólo sea eso ya no lo veo tan claro. La
frontera entre la genialidad y la tomadura de pelo es muy fina. No sé sus
discos (por lo que he leído hay de todo pero visto lo visto se me han
quitado las ganas de darles una oportunidad), pero de su directo esto es lo
que puedo decir.
Bueno, ?lo veis? Los Faust han conseguido que hable de ellos más que de
cualquier otra banda. Quizás se trate únicamente de eso, lo cual me deja un
poco triste. Sigamos hablando de música.
Domingo 15
GUAPO
Oh sorpresa. Una banda desconocida para casi todos, un cuarteto de jóvenes
ingleses (teclados/bajo/guitarra/batería) con pinta de fans de The Cure
(excepto el batería, que me recordaba ligeramente a Phil Collins) y que se
marcaron un concierto alucinante. Se trata de una potente banda fichada por
Cuneiform Records, en la línea de Nebelnest (es decir, música dura,
atormentada, quizás un poco repetitiva, influenciada por los KC más oscuros)
pero con un toque personal y una inspiración que para mí los deja a años luz
de los franceses. El piano Fender del teclista tiene parte de culpa. La
respuesta del público fue atronadora, obligándoles (ante su evidente
sorpresa) a salir a saludar una vez acabado el concierto con los montadores
ya recogiendo el escenario para preparar el siguiente concierto. De lo mejor
del festival para mi gusto.
Por cierto me hice con su CD “Five suns" que recomiendo altamente.
MATTS/MORGAN PROJECT
Aunque suelen aparecer en configuración de quinteto, en el escenario emergió
un dúo de jóvenes monstruos suecos de su instrumento (sobre todo Morgan
Agren, un batería “world class” sin duda alguna, pero a Matts Öberg, el
teclista, hay que echarle de comer aparte también, sobre todo si tenemos en
cuenta que es ciego), junto con un bajista en su primer bolo que hizo un
trabajo muy destacado también, para ejecutar una música extremadamente
técnica, muy espectacular de ver y escuchar (aunque los sonidos empleados
por el teclista no me gustaron para nada) pero muy fría. Se me cayó la baba
viendo tocar a Morgan, vale; pero para mí la música, como ocurría en el caso
de Faust, aunque entonces por defecto, es algo más, en este caso por exceso.
También me quedé con un detalle curioso, en un momento dado el pedal de
sustain del teclado se desplazó un poco y Morgan ni corto ni perezoso dejó
la batería aprovechando un interludo en su parte y fue a colocárselo bien,
un gesto de humildad que fue recompensado por una casi imperceptible pero
muy significativa sonrisa de Matts. Mucho cariño vi yo (lo digo sin ninguna
clase de malicia eh?).
PRESENT
Actuación en formato eléctrico de la banda belga, cuya alma mater, Roger
Trigaux, es también el principal impulsor del festival, a pesar de sus
evidentes limitaciones físicas (qué le habrá pasado a este hombre…).
Excelente actuación, aunque no me sorprendieron tanto como en Gouveia, al ya
conocerlos. Algo de material nuevo (según Pierre Chevalier, el pianista, es
posible que saquen nuevo CD el año que viene), el habitual sentido del humor
de Dave Kerman tocando la batería sus barbies, cadenas y utensilios varios,
y el número del “gaitero” al final de “Promenade…”, como en Gouveia (ya
expliqué entonces que en la sección final de la pieza aparece en el
escenario un tipo calvo vestido con tan sólo una falda escocesa y pinturas
de guerra que se lía a darle cera a un tubo metálico con una llave inglesa
al compás de la música… “he’s playing the pipe”).
El pobre Roger Trigaux, tras levantarse a “dirigir” a la banda y volverse a
sentar, no podía ni abrocharse la correa de la guitarra y acabó destrozando
la misma contra el suelo y contra el teclado que tenía, que también salió
bastante mal parado. Quizás esto fue parte de la performance del final del
concierto (puesto que su hijo Reginald, quien cada vez parece asumir más el
papel de líder de la banda, también hizo algún destrozo). Pero también, como
apuntó José Ánge, quizás fue fruto de la impotencia, ya que pudimos ver que
acabó en un rincón del escenario de espaldas y con las manos en la cara
mientras el grupo saludaba a un público entregado hasta que alguien lo fue a
buscar para que recibiera su parte del premio ante un público y unos músicos
que le tienen un respeto reverencial.
MAGMA
Bueno, cuando para mí los campeones del festival eran los japoneses Salle
Gaveau y los ingleses Guapo, además de Present, vienen Magma y me rompen
todos los esquemas. He de reconocer que no conocía nada del grupo (vale,
conocía la historia de su batería, lo del idioma inventado, el Zeuhl, etc
pero su música era algo en lo que siempre me ha dado "pereza" entrar….
menudo error) pero voces cualificadas ya me habían avisado de que en directo
eran alucinantes, aunque también otras voces me decían que no tuviera unas
expectativas demasiado altas, por si acaso. Bueno, trataré de describir el
concierto en dos palabras: “Jo-Der”. Qué intensidad. Qué forma de tocar. Qué
belleza de música. Qué precisión vocal. Qué "boquete" de ese. Con una base
rítmica increíble, formada por el líder Chistian Vander (que te lo
encuentras por la calle y crees que va a descargar el camión del Schlecker,
y que además de tocar la batería de forma increíble canta magníficamente
bien) a la batería y Phillippe Bussonnet al bajo, unas buenas tripas
(teclista y multiinstrumentista - teclas y vibráfono, más guitarrista) y
cuatro cantantes alucinantes, Magma tocó dos temas en hora y media (medleys
de sus discos clásicos, por lo que me dijeron) que nos dejaron en estado de
shock absoluto a todos los presentes sin excepción. Es como si Wagner, o
hilando más fino Carl Orff, se hubiera puesto a componer jazz-rock. Un
concierto brutal, de los que no se olvidan en la vida y que te dejan la
sensación de amar la música cada vez más por los regalos que de tanto en
cuanto es capaz de hacerle a uno. Como el concierto de Magma.
Y tras Magma llegó la hora de las despedidas y de volver a casa, con la
sensación de haber vivido tres días de ensueño que quizás puedan repetirse
el año que viene puesto que la organización dijo que ante una respuesta así
no podía por menos que repetir el esfuerzo y organizar una segunda edición.
Allí espero estar, con la ilusión de un chiquillo y la mente lo más porosa
posible.
Javi Herrera
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