Los días 1, 2 y 3 de mayo tuve la gran suerte de asistir (por tercera vez
ya) a una nueva edición, la séptima ya (creo), del que sin duda es ya a
estas alturas la cita más importante a nivel europeo del progresivo mundial.
El encanto de este pueblo de la portuguesa Serra da Estrela, la hospitalidad
de sus gentes, la oferta gastronómica de comida casera y de calidad a unos
precios por los que en Barcelona no te alcanza ni para el postre, y (por
supuesto) la apuesta por la calidad de un director musical, Eduardo Mota,
que cada año nos deleita con un cartel de bandas de todo el planeta por lo
general y con contadas excepciones de un altísimo nivel, en algunos casos
estratosférico. Mención especial para el apoyo institucional que año tras
año recibe el Festival, qué envidia sana. El público del Gouveia Art Rock es
un público fiel, que como un ejército de fieles convencidos año tras año
peregrinan (peregrinamos) puntualmente a nuestra cita anual con la música
que amamos. Una edición, por cierto, que ha hecho frente con éxito a la
crisis al arriesgarse a pasar de dos a tres días, ignoro cómo habrá ido el
tema económico pero el teatro os puedo decir que estaba lleno. Todos los
conciertos (excepto uno, como ya os explicaré) gozaron de un magnífico
sonido.
Este año tuve la suerte de estar acompañado por mi propia hija, Andrea, de
13 años, que insistió en vivir esta experiencia y ha acabado plenamente
satisfecha y feliz por lo vivido y lo escuchado. Andrea crece y crece como
fan de la música de calidad, de nuestra música, y como ser humano, y no deja
de maravillarme cada día. Me acompañó en el viaje también mi amigo Jordi
Castells, y ya en Gouveia tuve el placer de compartir la experiencia (ya por
tercera vez) con el gran Pepe Mas acompañado esta vez de su amiga Ángela,
formando un quinteto que compartió emociones, risas y sobre todo vitela,
mucha vitela... y arroz con marisco ;-). Esta vez por desgracia el clan de
los Rangeles, José Ángel y Víctor, prefirieron reservar energías para lo que
se avecina en septiembre (RIO festival en Carmaux)... compañeros, se os echó
de menos (aunque nos lo pasamos de puta madre igualmente, no os vayáis a
creer ;-) ). Allí también nos encontramos, entre otras caras conocidas de
quí y de allí, con los habituales Fran Macías y su pareja y otros
entusiastas del sur de la península, el grupo habitual de Sinfomusic de
Madrid, y además Carlos Plaza de Kotebel, a quien pude por fin saludar en
persona.
Viernes 1
HOMENAJE A LARS HOLLMER
Esta edición del Festival se inició con un sentido homenaje al recientemente
fallecido acordeonista Lars Hollmer, fundador y miembro de
Samla Mamas = Manna (entre otras formaciones). El homenaje en vídeo
contenía, entre otro material, un magnífico tema registrado en su
actuación en el GAR de = 2005 junto con Miriodor.
OCTOBER EQUUS
Esta banda madrileña fue la encargada de abrir el Festival, y a fe que
fueron dignos escuderos del mismo. Un quinteto sólido, con algunas
influencias crimsonianas y vandergraffianas aunque no demasiado = evidentes
como sucede con otras bandas de este corte, también del Canterbury y hasta
diría yo que de bandas RIO eléctricas como Present. Piezas
complejas = pero bien estructuradas, más asentadas en la solidez del grupo
que en el virtuosismo de los miembros. Recibieron un cálido aplauso al
final de = su set.
GATTO MARTE
Trío italiano de instrumentación clásica (contrabajo, violín y piano, además de
percusión ocasional por parte de dos de los miembros -
o de los = tres, no recuerdo bien). Su propuesta musical abarca desde piezas
de corte = clásico a cosas que podrían rallar en la opereta, por
ejemplo, cuando añaden = humor a su interpretación. Como bien apuntó
Jordi, se podrían emparentar = bastante bien con la Penguin Cafe
Orchestra. Tuvieron una muy buena acogida por = parte del público, pero a
mi se me fueron difuminando, ya que su música, = bella en la forma, en el
fondo le faltaba algo de sustancia, como (para que me entendáis, no porque
la propuesta fuese por esos derroteros) sucedía = con muchos discos de
música New Age, y es que también conté con el = hándicap de comparar
su concierto todo el rato con el que los magníficos Aranis ofrecieron el
año pasado en ese mismo escenario, de forma = involuntaria, seguro que
injusta -porque su música no se parece en nada a la de los belgas- pero
inevitable. Y desgraciadamente para ellos, no resistían = la
comparación. En definitiva, un buen concierto, sin más.
FOCUS
La noche del viernes nos deparaba el primer cabeza de cartel, los míticos
Focus. La banda holandesa presentaba media alineación de "vacas sagradas"
(el indescriptible Thijs van Leer, que los años han transformado en un
voluminoso personaje de pelambreras laterales y grandes patillas blancas,
gorra e inenarrables camisas floreadas con las que pasaría por guiri en su
propio país, más Pierre van der Linden, increíble a la batería y mucho más
en forma que baterías de corte y edad similar como el mismísimo Guy Evans) y
la otra media de "jóvenes pormesas" (el bajista Bobby Jacobs, que cumplió
con solvencia y discreción su papel, y el magnífico Niels Van Der
Steenhoven, que ante la comprometida tarea de aportar a la banda el
característico sonido de Jan Akkerman, aprobó cum laude, diría yo. Quizás
sobre todo imitaba el sonido más limpio y bluesero de Akkerman, aunque
también recordaba a Andy Latimer, y se echó un poco de menos la parte más
ácida y jazzy del mítico guitarrista holandés).
Veamos, Focus suenan en 2009 exactamente igual que en 1973 (de hecho tenían
un CD en directo a la venta y pensé "?para qué comprarlo, si ya tengo el
"Live at the Rainbow?", tocan los temas de los 70, no han renovado su
estilo... pero francamente, ni falta que les hace. Menudo concierto se
descerrajaron. A pesar de que Thijs van Leer ha perdido por completo sus
agudos y ahora cantando se parece más al monstruo de las galletas que a un
tirolés, y de que más tarde caí en la cuenta de que no se había marcado ni
medio solo con el Hammond (por cierto, toda las bandas disponían de un
backline consistente en un magnífico órgano Hammond, un piano de cola -
Steinway si es como otros años, no pude apreciarlo desde mi localidad - y
una batería DW que sonaba estupendamente bien... vamos, que en ese aspecto
la organización no se anda con chiquitas), sigue imponiendo su saber hacer
al órgano y, eso sí, tocando la flauta magníficamente bien, aunque el peso
musical recae básicamente en el guitarrista, amén de en un Pierre van der
Linden en estado de gracia.
El set list fue casi el sueño húmedo de cualquier fan de Focus: Focus I,
Focus II, Focus III, Sylvia, y mención especialísima para una monumental
versión de Eruption con nuevas partes añadidas en plan uptempo de jazz
(aunque eso sí, escatimando, como me temo sucede siempre dede tiempos
inmemoriales, la bella "Euridice") y una parte central (la del solo del
Akkerman) tocada con una emotividad tal que consiguió humedecerme los ojos.
Además de, naturalmente, Hocus Pocus. Tocaron alguna pieza de su nuevo disco
que no desentonó, y en el lado no tan positivo situaría el tratamiento que
dieron a su disco Hamburger Concerto, del que tocaron una versión a mi
criterio nada convincente de la (en estudio) preciosa "La cathedrale de
Strasbourg" más una de la obviable Harem Scarem (Hocus Pocus cubre de sobra
el cupo de ese tipo de material) en la que además se les fue la mano con la
profusión de solos. Si en lugar de esas dos piezas nos hubieran obsequiado
con la suite que da título al disco, el concierto hubiese sido un 10 en toda
regla.
En resumen, yo creo que Focus fueron uno de los triunfadores del festival,
convenciendo hasta a los más escépticos de este tipo de retornos de bandas
aparentemente finiquitadas.
Sábado 2
KBB
El día se iniciaba con un plato fuerte, los japoneses KBB liderados por su
violinista Akihisa Tsuboy y curiosamente con el mismo bajista que
Interpose+, la banda japonesa que se presentó hace una semana en el MAMFest
y que sencillamente está a años luz de los que ahora nos ocupan (por
cierto, uno de los rumores del festival, esperemos que cierto, es que KBB ya
se perfila para la III edición del MAMFest. Otro rumor apunta a la presencia
de los húngaros After Crtying en el GAR del año que viene). El concierto de
KBB fue sencillamente sensacional, opinión creo que compartida por el 100%
del público congregado. No domino mucho la discografía de estos nipones,
hace un tiempo escuché un par de veces un disco que me pareció bueno pero en
este mundo de sobrecarga de información quedó pronto sepultado, ya veo que
cometí un error que he subsanado haciéndome in situ con su "Proof of
concept", que espero disfrutar con calma. Un progresivo bastante Canterbury
y hasta con toques de los álbumes más prog de Jean Luc Ponty (Imaginary
Voyage y demás), junto con algo de la vertiente clásica del RIO que, todo
mezclado, creaban un cóctel apetecible y de muy buen gusto.
Sin duda, uno de los sobresalientes del festival.
GORDON GILTRAP
La segunda actuación del día corrió a cargo de este veterano guitarrista
británico, con una larga trayectoria, unas tablas de aquí a Cincinatti y
habitual colaborador (como al día siguiente corroboraría) de toda la cohorte
celestial de músicos del prog, el folk, el blues y todo tipo de hierbas.
Giltrap nos ofreció un simpático set lleno de ese humor británico tan
irónico, con dos guitarras (una acústica y un laúd electrificado con el que
se marcó, humorísticamente, unos acordes de Smoke on the water y de más
cosas celebérrimas que ahora no me vienen a la cabeza) con las que ejecutó
con su peculiar estilo (para que hagáis una idea aproximada, en líneas
generales cercano a lo que hace Steve Howe en The Clap) temas que aunaban
folk, blues y clasicismo. Un rasgo de especial interés de su actuación fue
el empleo de diferentes afinaciones en la guitarra, quizás no una diferente
en cada tema pero casi, y la facilidad y la rapidez con la que afinaba la
guitarra mientras presentaba el siguiente tema como quien charla
amigablemente con sus colegas delante de unas cervecitas. Quizás no fue una
de las actuaciones más importantes a nivel musical del festival, pero hay
que reconocer que el tipo es un auténtico crack.
VOLAP=DCK
Los franceses sirvieron el primer plato de digstión realmente difícil pero
provechosa del festival. Liderados por el veterano batería Guigou Chenevier,
y con la atípica formación cello-violín-batería-clarinete bajo (ignoro si
hay de diferentes tipos, pero éste me pareció especialmente grande, más
grande diría yo que un fagot, de un metro y medio de largo o así), la banda
nos metió de lleno en los terrenos del chamber rock, en una propuesta
absolutamente emparentada con Art Zoyd o Univers Zero. No en vano Chevenier
era el batería de Etron Fou Leloublan, banda francesa que tomó parte en el
festival RIO original celebrado en Londres en 1978. Música dura, angular
pero muy bella y atractiva, no exenta de los arrebatos de excentricidad
típicos de este tipo de bandas (como cuando tocaron un tema que acabó con
los cuatro miembros del grupo gritando "Cocacola cocacola cocacola" o la
grácil violinista japonesa de repente se transformó en medio de un tema en
algo parecido a un luchador de sumo (delgadito, eso sí, pero la cara de mala
leche era la misma) para "increparnos" en (supongo que) japonés.
El estilo de Chevenier a la batería es de todo menos típico; tocó casi
siempre con escobillas o hot rods, no llevaba apenas platos excepto un par
de campanas (platos "bell") y creo que un ride y quizás algún splash, y su
estilo como "agarrotado" pero absolutamente grácil y brutalmente dotado
técnicamente me recordaba en cierta manera a la forma "circular" de tocar de
Chris Cutler, más que nada por su singularidad.
El concierto fue muy bueno también, disfrutamos mucho tanto Andrea (aún me
hago cruces de que algo así le pueda gustar a una chica de 13 años, aún hay
esperanza chicos) como yo, y naturalmente el resto de la audiencia.
CALIFORNIA GUITAR TRIO
El trío de guitarristas (curiosamente, ninguno de ellos californiano) nos
ofreció una especie de suculento aperitivo de lo que a priori debía ser el
concierto estelar del día y uno de los platos fuertes del festival, la
actuación de los Stick Men de Tony Levin y Pat Mastelotto. De hecho las dos
actuaciones no tuvieron solución de continuidad y estuvieron enlazadas por
una versión conjunta de Larks' tongues in aspic part II.
En la primera parte de su actuación, el trío nos ofreció un repertorio
consistente en el tipo de temas que solemos escuchar en los conciertos de
este tipo de formaciones de la escuela Fripp, aunque yo diría que más
decantada hacia la complementariedad armónica de las guitarras que en su
época buscaba el dúo Rutherford-Phillips y que posteriormente podría
apreciarse en los discos acústicos de Ant (naturalmente corregido y
aumentado) que a los típicos tapices sonoros crimsonianos de los Crafties y
otras formaciones de este pelaje. Durante la segunda parte de su set, nos
deleitaron con tres versiones: la primera, enlazaba el principio y el final
de la primera cara de Tubular Bells (en donde, como comentábamos en petit
comité, se podía apreciar la belleza de la música compuesta por Oldfield sin
el corsé de la, a nuestro juicio, mejorable instrumentación y arreglos del
original); la segunda, un clásico, la sonata Claro de luna de Beethoven, y
de postre se calzaron ni más ni menos que Echoes de Pink Floyd enterito.
Acertada elección de las versiones a mi juicio, para un magnífico recital.
STICK MEN
Los hombres de los palos (dos sticks Chapman y un par de baquetas en
formación de Los Ángeles de Charlie - quien no me crea, que le eche un
vistazo al cartel promocional) fueron sumándose al California Guitar Trio de
manera escalonada para acabar ejecutando colectivamente LTIA pt. II como ya
he comentado (una versión digamos que normalita, diría yo). Al trío, a
priori uno de los platos fuertes del festival y de hecho cabeza de cartel de
la noche fuerte, la del sábado, se le fue por completo la mano en la
pimienta del sonido, arruinando el plato. El sonido fue infernalmente
fuerte, francamente no comprendo cómo aguantaron los de las primeras filas
porque yo estaba en la antepenúltima y era realmente molesto. Nos salvaron
el tipo a Andrea y a mí los auriculares de los respectivos MP3 que
llevábamos encima y que usamos a modo de protectores. Jordi aguantó
estoicamente (e incomprensiblemente) la avalancha sonora, que no me
extrañaría que a más de uno lo haya enviado directamente al otorrino (y no
exagero).
La verdad es que el hándicap del volumen me estropeó por completo la
apreciación musical de la actuación, transformándola en una auténtica
decepción, dadas las expectativas potenciales. Vi a gente saliendo bastante
cabreada del concierto porque no se habían enterado de nada debido a la
ausencia total de matiz. Además, Levin no se lució apenas con su
instrumento, metiendo alguna gamba incluso y pareciendo estar más interesado
en lucir su dudoso talento como cantante en temas gamberretes más bien poco
acertados e interesantes. Cuando por fin atacaron lo que muchos esperábamos,
alguna versión de Crimson, lo hicieron sin demasiada fortuna, la verdad;
Elephant talk fue la más destacable (con Michael Bernier imitando
sorprendentemente bien a Adrian Belew en el digamos "recitativo" del tema),
pero hacia el final del concierto se incorporaron los California Guitar Trio
para tocar un Indiscipline que en efecto resultó de lo más indisciplinado,
con el trío de guitarristas mirándose unos a otros repitiendo el riff del
tema sin tener claro si allá mandaba Levin o Mastelotto a la hora de marcar
los cambios. Vamos, que llega a estar allí tito Robert y los saca a todos
del escenario a gorrazos.
En fin, por primera vez mal sonido (por culpa del exceso de volumen) en el
GAR, una auténtica lástima.
Domingo 3
WORKSHOP DE GUITARRA EN LA BIBLIOTECA, A CARGO DE GORDON GILTRAP
El domingo por la mañana, como viene siendo habitual (el año pasado tuvimos
mesa redonda nada menos que con Hammill, Evans y Banton, entre otros), se
celebraba una jornada de encuentro, debate, etc entre fans y músicos, en un
ambiente un poco más "de igual a igual", más humano (cabe decir que en
general los músicos que asisten al festival de Gouveia son muy accesibles y
se mezclan sin problemas con el público... bueno, hay las excepciones que
supongo todos tenemos en mente jejeje). Entre el público una mezcla de
músicos y público habitual (entre los que también había músicos "de
incógnito"), que hizo que Gordon Giltrap exclamara lo extraño que era tocar
para un público formado por grandes músicos.
Este año la sesión constó de dos fases: en la primera, el musicólogo sueco
Thomas Olsson, un habitual de Gouveia, profundizó un poco en la figura del
homenajeado Lars Hollmer, con la ayuda del batería de VolapŸk, Guigou
Chenevier, que había coincidido con él en el festival RIO de Londres, entre
otras ocasiones. La segunda fase corrió a cargo de Gordon Giltrap, que
básicamente nos ofreció una versión reducida de su concierto del día
anterior, que si ya fue distendido y amigable os podéis imaginar en un salón
de actos con 40-50 personas. Gordon contesto amablemente todas las preguntas
que se le realizaron, y contó con la ayuda de Thijs van Leer, allí presente,
quien sacó su flauta y se puso a improvisar con él (primero con la flauta,
luego con un vaso que había en la mesa, luego con su legendario silbido) en
uno de sus temas.
Thijs van Leer protagonizó sin duda la que para mi sería la anécdota del
festival; resulta que Jordi, Andrea y yo llegamos un poco tarde, y al entrar
había muy pocas sillas libres. Una de ellas estaba justo al lado de Thijs
van Leer, de modo que yo me senté a su lado. Hasta aquí todo normal, pero
cuando Thomas Olsson empieza a hablar de Lars Hollmer, al cabo de unos
minutos empiezo a escuchar una respiración acompasada y como un rezongar que
(afortunadamente) no llegaba a ronquido. Miro atónito a mi lado y en efecto,
Thijs se había quedado dormido. Mi hija, que estaba sentada justo delante,
se gira y mira la escena, también incrédula. Miro a mi izquierda, a ese lado
tenía a un padre y un hijo adolescente que apenas podía contener la
carcajada. Total que ni corto ni perezoso el padre saca la cámara, yo me
inclino ligeramente para adelante y zas, foto al canto. Le dije que le daría
mi email porque la quería de recuerdo, pero me dijo que la colgaría en su
myspace (http://www.yspace.com/verdescampus).
La salva de aplausos por Lars Hollmer despertó al bueno de Thijs, que no sé
si ya con la edad le pasa eso de quedarse traspuesto en todas partes o es
que había tenido una "noche toledana", vaya usted da saber. Pareció sentarle
bien la siestecilla, porque en pocos minutos estaba tocando la flauta al
lado de Gordon Giltrap más fresco que una lechuga.
Tras el dúo flauta-guitarra, la cosa derivó hacia lo que casi siempre sucede
cuando dos músicos se encuentran: un ir y venir de anécdotas y de "y sabes
qué fue de fulanito?" en el que se contaron cosas interesantes. La anécdota
vino cuando Gordon tuvo un pequeño lapsus y dijo "por cierto, yo una vez
colaboré con el teclista de Focus, estoooo, cómo se llamaba aquél tío...." y
Thijs van Leer, ante el murmullo general, levantó la mano burlón. A Gordon
se le había hecho un puente cerebral con la asociación Focus-Vander Linden y
la presencia de Thijs van Leer, rápidamente entre otro asistente y yo le
apuntamos que quizás se refiriera a Rick van der Linden, teclista de Trace
(y como ya se comentó en su día tristemente fallecido hace año y pico).
En fin, una mañana agradable y distendida antes de ir a la siguiente sesión
de ceba, digooo a comer. Prueba de ello fue la despedida de Gordon Giltrap,
empapada en su fino humor inglés: muchas gracias por vuestra presencia,
magnífico festival, gran público, un país encantador, una villa maravillosa,
una organización excepcional... se detiene, junta las manos en gesto de
súplica y espeta un "Please, ask me back!" (Por favor, contrátenme para otra
edición) que le salió del alma, creo yo.
KOENJI HYAKKEI
O quizás debería decir "las bestias pardas", "el tifón nipón", "el tsunami
del Pacífico" o cualquier otro superlativo, aunque seguramente me quedaría
corto para describir lo que estas bestias desplegaron encima del escenario.
Vaya concierto, vaya músicos, qué bestias todos, qué música tan compleja,
difícil, bella y milimétricamente ejecutada. La proliferación de camisetas
de Magma en el teatro cine de Gouveia lo presagiaban.
Las expectativas no eran demasiado halagŸeñas, yo no conocía nada de la
banda (hace tiempo que decidí no documentarme antes de los conciertos de las
bandas que no conozco, prefiero que me sorprendan y hacerme una idea en
función de lo que me ofrezcan sobre el escenario que elegir mal el material
y hacerme una idea equivocada basada sólo en su material de estudio) aunque
había leído que se trataba de una banda Zeuhl. Pepe sí escuchó algo en el
myspace, y por sus comentarios (suenan como Magma pero son tremendamente
aburridos) deduzco que deben cesar inmediatamente al asesor de contenidos de
su web, porque madre mía, cualquier cosa, pero aburrimiento, desde luego,
no.
Zeuhl, sí, pero como base de partida. Con una personalidad propia,
arrolladora y muy marcada. Ultramagma, les llamaría yo. La formación era la
siguiente: bajo, teclados, saxo soprano, voz femenina y batería. La
influencia de Magma se dejó notar sobre todo en la línea vocal, aunque la
cantante me recordó más a Bjork que a Stella Vander o a Isabelle
Feuillebois, más que nada por la diversidad de recursos (desde el chillido
de cuello perfectamente controlado hasta la impostación de la voz), y en la
típica agresividad del bajo, aunque faltaba el típico Fender Rhodes (aquí
suplido por teclados digitales y piano acústico). Otro punto en común es el
uso de un idioma inventado (no sé si Kobaian) y que el líder y compositor
del material es el batería, Tatsuya Yoshida. Ya es curioso que los
compositores de dos de los repertorios más intrincados e inspirados que he
escuchado últimamente en directo (el de Magma y el de estos japoneses) sean
bateristas. El saxo soprano también añadía un elemento diferenciador, a
cargo de una japonesita que retozaba alegremente como si jugara al corro de
la patata mientras extraía de su instrumento los más infernales sonidos y
las escalas más endiabladas.
Escarbando un poco en el grupo, vemos que la cosa tiene su explicación; el
tal Tatsuya Yoshida ha tocado con Samla Mammas Manna, es el batería del loco
dúo (bajo/batería) Ruins y está considerado el heredero natural de Christian
Vander (esto último no me sorprende).
A nivel musical yo creo que ésta fue la actuación más completa de todo el
festival, y la respuesta del público estuvo acorde con ello.
DAEVID ALLEN'S UNIVERSITY OF ERRORS
El larguirucho ex-Gong se presentaba con su formación
(guitarra-batería-bajo, voz y el ínclito a voz y guitarra) de la que nadie
parecía saber muy bien qué esperar. La verdad es que visto y oído lo visto y
oído, a mí francamente ni fu ni fa. Dejando a parte las humorística
presentaciones que Allen hacía de cada tema (metiéndose con todo el mundo,
políticos e iglesia incluidos), la música de esta formación toma elementos
de la excentricidad psicodélica de Gong, algo del pop naïf de los 60 y
bastantes rasgos filopunk, con un guitarrista que apareció en una especie de
pijama de raso rojo y que se movía pegando guitarrazos como poseído por el
diablo (se le desconectó el jack de la guitarra como unas cinco o seis
veces), en claro contraste con una corista de pelo rojo oscuro con pinta y
pose de monjita recatada pero con aspecto neopunk y que se limitó a subrayar
algunas de las exclamaciones de Daevid Allen (quiero decir, cantar, cantar,
lo que se dice cantar, no recuerdo que cantara en ningún momento). A decir
verdad, los únicos momentos del concierto que me interesaron fueron cuando
tocaron material de corte más psicodélico, pero como mucho fueron unos 10
minutos en total.
Mención aparte para la "extraña pareja" que conforma la sección rítmica de
la universidad de los errores. Un excelente batería, absolutamente lastrado
como un perro al que atas con una correa de dos palmos por un bajista
simplemente nefasto, que cada vez que el batería intentaba ser creativo, se
atrasaba y acababa perdiendo el compás irremisiblemente (pasó una y otra
vez). Vamos, como si fuese un chavalillo principiante de grupo garaje de
barrio. INcreíble para un grupo de este supuesto nivel. Sinceramente, su
presencia en la banda me parece explicable sólo en términos de amiguismo.
En resumen, concierto obviable del que sacaría como conclusión que sólo con
excentricidad no basta para dar un concierto.
IGREJA DE SAN PEDRO - RECITAL DE AKIHISA TSUBOI
El año pasado la organización del festival ya tomó la (inteligente)
iniciativa de programar un concierto adicional en la iglesia del pueblo,
abierto a todos, como manera de integrar a los habitantes de Gouveia en el
festival y que lo sientan como propio (como digo, muy inteligente desde el
punto de vista del apoyo institucional y "fáctico"). El año pasado fueron
los Aranis en pleno, este año fue el violinista de KBB, Akihisa Tsuboy, con
su violín eléctrico de cinco cuerdas y su "loopstation", más la colaboración
al final del teclista de la banda japonesa, Toshimitsu Takahashi.
Del prometido repertorio de piezas clásicas (Bach, Mozart, etc) no hubo ni
rastro, siendo sustituido por algunas versiones de temas de la banda en
versión loop (ya sabéis, primero se graba una base que el aparato va
repitiendo y sobre la que el solista puede improvisar, tal como hace entre
otros Guillermo Cides) más algún material al principio que quizás sí fuese
clásico (hubo un tema que me encantó y que al principio presentaba un
pizzicato que me recordaba a música tradicional japonesa de koto y luego al
sonido y la ejecución típicas de la viola de gamba (pensad en Jordi Savall).
En uno de los temas vi que mi hija se emocionó y derramó algunas lágrimas,
cosa que como padre como imaginaréis me conmovió profundamente.
PREMIATA FORNERIA MARCONI
La legendaria banda italiana se presentaba en el escenario con algo de
retraso para cerrar, con gran pesar de todos, el festival. La verdad es que
nosotros tres nos lo pasamos pipa (yo salí con las manos enrojecidas de
aplaudir y dar palmas), pero fue un concierto extraño. Puede que la fría
respuesta del público (que inexplicablemente iba abandonando el teatro,
entre un 20 y un 30 por ciento del aforo no acabó el concierto)
desconcertara un poco a la banda, que se mostró un tanto fría a pesar de que
Franz di Cioccio, todo corazón como siempre, intentó animar con discreto
éxito al personal. Los comentarios escuchados al final (que si aburrido, que
si temas pop, que si fallos del Mussida, etc) la verdad es que me
entristecieron bastante, porque la PFM son una de mis debilidades y creo que
no se fue justo con una banda legendaria y de este calibre. Vamos a ver, sí;
tocaron Maestro della voce, Il pescatore, algún tema obviable de Fabricio de
André y a lo mejor la jarana de la tarantela de E'festa incomoda a alguno
que preferiría escuchar siempre música "que parece que te vayan a matar",
que diría un amigo mío; Patrick Djivas no es precisamente el mejor bajista
del mundo, auqnue el teclista que llevan cumnple sobradamente, se echa en
falta el carisma y la voz de Flavio Premoli (por cierto, ?alguien sabe por
qué no está y si es definitivo? A Tiana tampoco vino) pero si en un
concierto en donde escuchas "River of life", "21st schizoid man" (en
homenaje a sus inicios en donde como es sabido versionaban temas de
Crimson), "La luna nuova", "La carroza di Hans", "The mountain",
"Impressioni di setembre", "Harlequin", "Out of the roundabout", "Dove..
quando", "Dolcissima Maria" y alguna otra que seguro me dejo, un fan del
progresivo se aburre, pues apaga y vámonos. Yo también me lo pasé de coña
con los Koenji Hyrakkei, pero esto es otra historia y la PFM se merece un
respeto, leñe. Sinceramente, creo que a veces los fans del prog nos la
cojemos con papel de fumar, con perdón de la expresión. Además, hace tres
años la gente parecía encantada con una propuesta tan para mi desubicada y
vacua como la de Amon Duul en un festival en donde habían actuado Hammill,
Alamaailman Vasaraat y Present, entre otros.
En fin, se llegó al final y al día siguiente, con pocas horas de sueño,
viaje hasta Oporto y avión de vuelta a casa con la sensación de haber vivido
(una vez más) algo único y encima esta vez con la enorme satisfacción
personal de haberlo compartido con mi propia hija. Esperemos no faltar el
año que viene bajo ningún concepto.
Para acabar, os dejo mi ranking particular de las actuaciones, de la que más
me gustó a la que menos:
KOENJI HYAKKEI
FOCUS
KBB
PREMIATA FORNERIA MARCONI
VOLAP=DCK
CALIFORNIA GUITAR TRIO
OCTOBER EQUUS
GATTO MARTE
GORDON GILTRAP
STICK MEN
DAEVID ALLEN'S UNIVERSITY OF ERRORS
En fin, que viva el GAR, viva Gouveia, viva la música y viva la madre que
nos parió a todos (bueno, a cada uno la suya, claro).
Ah, i visca el Barsa ;-)
Javi Herrera
http://www.myspace.com/kantfreudkafka
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