La edición del Gouveia Art Rock Festival 2011 llegó el fin de semana del 30
de abril y el 1 de mayo de 2011 como siempre a ese apacible y hospitalario
rinconcito del interior de Portugal que es Gouveia. Esta era la IX edición,
si no recuerdo mal, de un festival sobradamente consolidado en el calendario
de eventos progresivos del viejo continente y desde luego uno de los de
mayor calidad, por no decir el mejor. Un festival dimensionado para un
recinto pequeño (unas 300 personas, calculo) y un público fiel, formado por
un núcleo estable de devotos que año tras año vienen de toda Europa (este
año hasta de Rusia) y hasta de Japón (el amigo Hiroshi Masuda de Poseidon
Records y su mujer) a disfrutar de la buena música (con un sonido impecable
desde el minuto 1, que tomen nota muchos), la buena compañía y el buen
llantar, que de todo hay tiempo.
Dados los tiempos que corren, especialmente difíciles para Portugal, la
pregunta que flotaba en el ambiente es si habrá X edición. Parece que de
momento los posibles nubarrones se despejan del horizonte, ya que en la
presentación del festival el representante del Ayuntamiento de Gouveia
aseguró la continuidad del apoyo institucional al Festival, "de una forma u
otra", aunque personas con pleno conocimiento de causa me comentaron que
"veremos con qué dinero podemos contar el año que viene", y es que los
políticos son maestros en arrancar el aplauso delante de un auditorio, pero
cumplir ya es otra cosa. En fin, no llamemos al mal tiempo...
Para mi este año era una edición especial, ya que viajamos la familia en
pleno. Mi hija mayor Andrea, que como sabéis se apunta a todas, mi hija
pequeña Alia (gran fan de Aranis y quien ya ha declarado que ella el año que
viene quiere volver) y mi mujer Carmina (quien aunque le gustaron la mayoría
de los conciertos ha dicho que se pensará mucho volver, y es que hay que
reconocer que una cosa es ir a un concierto y otra muy distinta meterse
entre pecho y espalda ocho en dos días). Como impresindibles compañeros de
cebe gouveiano, Pepe Mas y su pareja Ángela, y tuvimos también el placer de
saludar y charlar con algunos de los "sospechosos habituales" de estas
ocasiones, la facción madrileña (Carlos, Juan Carlos y un tercer compañero
cuyo nombre no recuerdo, más Carlos Plaza de Kotebel y señora) y la facción
malagueña ("Frank Zappa" Macías y señora), aunque la crisis o lo que fuese
imagino que se hace notar, porque se echaron de menos presencias habituales
como Manolo Pizarro y C0lex, mi querido clan de los Rangeles, la facción
vasca de los Rivendel, etc.
Bueno, vamos ya con las actuaciones:
Sábado 30 de abril
ARANIS
El magnífico ensemble belga se presentaba con la novedad de la presencia de
Pierre Chevalier al piano y Dave Kerman a la batería, ambos componentes de
Present, para ofrecernos un concierto-menú basado en su último disco,
Roqueforte. La verdad es que a mí, tras el sensacional "Songs from Mirage"
(uno de los discos que más he disfrutado en los últimos 2-3 años), este
"Roqueforte", más "chamber rock" y probablemente a priori más interesante
que nunca, a la hora de la verdad me pareció un tanto aburrido y falto de
ideas. Pero esta percepción cambió en directo, donde la música cobró otra
dimensión con mucha mayor relevancia y realmente me convencieron de que
tengo que darle otra oportunidad al disco. La seriedad de los belgas
contrastaba con el show que inevitablemente monta Dave Kerman cada vez que
sale a un escenario, haciendo todo tipo de gestos y muecas, toncando con sus
chancletas y sacando sus cachivaches; además, para no elevar demasiado el
volumen tocó todo el set list con palillos de comida china en vez de
baquetas, lo que enlazaba muy bien con la temática culinaria de los temas
:-)
Aunque eché de menos algún tema de "Songs from Mirage" (de "Aranis II"
tocaron tan solo uno), disfruté mucho del concierto y espero ver qué harán
en el escenario del RIO 2011, en donde preparan una performance especial
junto con Univers Zero y Present (luego nos encontramos a Chevalier y le
pregunté qué iban a tocar en Carmaux y me dijo que era un secreto de tal
calibre que si me lo contaba me tendría que matar inmediatamente).
SHIRLEY HOFFMAN
Viene siendo tradicional en Gouveia programar algún concierto del estilo del
que nos ofreció esta "one-woman-show" (me viene a la mente la divertida
performance de "Les Reines Prochaines" de hace unos años), más en una onda
"cabaret avant-garde" que prog rock. Una mujer madurita, delgadita, sola en
el escenario con su bombardino, su voz, su minitrompeta y su loop station, y
un evidente dominio de la escena. Una propuesta basada en la grabación de
capas de sonido con su instrumento y diversas voces y sonidos vocales que,
aunque divertida y curiosa al principio, la verdad es que musicalmente a los
veinte minutos ya estaba agotada.
ALAMAAILMAN VASARAT
Para cerrar la primera sesión de conciertos, se presentaban a escena los
finlandeses de los cellos metálicos como cuchillos. La verdad es que son una
panda digna de ver en escena, con sus dos front men un poco en plan Stan
Laurel y Oliver Hardy (respectivamente trombón y saxo soprano... más el
espectacular tubax, una especie de saxo contabajo que daba unos graves que
ríase usted de la Moog Taurus jeje) y su base formada por piano más
melódica, batería y dos cellos, sin bajo ni guitarra ni falta que les hacen
;-). La música de los finlandeses bebe de diversas fuentes, desde el
folklore balcánico al heavy o la clásica, y pasa sin solución de continuidad
de pasajes siniestros a fragmentos ultrafestivos tocados con gran
desenfreno.
El problema de los AV es que una vez los has visto por primera vez, la
segunda ya no sorprende. En 2007 tocaron también en Gouveia y literalmente
arrasaron, todo el mundo se compró su último CD y ellos no dieron abasto a
agradecer elogios y firmar carátulas. Esta vez me parece que la reacción del
público ha sido mucho más contenida, y es que como digo la capacidad de
sorpresa se pierde, y eso que es un grupo indudablemente 100% de directo (yo
fui de los que me compré su CD en 2007 y lo he escuchado un par de veces, la
propuesta musical para mi perde bastante).
Tras la enorme cena,
BASTA!
El contrabajista y alma mater de Aranis Joris Vanvinckenroye presentaba su
proyecto en solitario, cuyo nombre no era el mejor de los augurios, aunque
lógicamente es una coincidencia puesto que se trata de una palabra en
flamenco. Otra vez una propuesta de instrumento solista inusual (como
instrumento solista, quier decir) y loop station, pero esta vez oh
sorpresa... fue un verdadero conciertazo. Joris demostró no solo su
habilidad con el instrumento sino su maestría como compositor, al lograr
presentar casi una hora de música sin atisbo de agotamiento del discurso. Y
para nada derivativo (auqnue lógicamente sí concomitante) con su trabajo en
Aranis, es decir, nada de autorreciclajes. Y es que el talento es un
grado...
En definitiva, una de las sorpresas agradables del festival.
CARAVAN
Como contrapunto al buen concierto de Basta!, los veteranos Caravan asomaron
al escenario como cabezas de cartel del primer día y creo que en general no
acabaron de convencer al personal. Fue un concierto claramente dividido en
dos partes, una formada por los 20 primeros minutos y el final, y otra la
central. Me explicaré. La primera parte del concierto constó de temas
clásicos de la banda como Golf Girl, y hasta ahí bien; pero en seguida
empezaron a tocar temas absolutamente carentes de cualquier interés, presumo
que bastante recientes, y no remontaron el vuelo hasta el final del
concierto, en que interpretaron Nine feet underground, pero el daño ya
estaba hecho. Me quedo con el voluntarioso trabajo de Geofrey Richardson
(viola, guitarra, flauta y solo de cucharas eléctricas, y el único que
intentaba poner un poco de pimienta al cotarro) y tal vez Jan Schelhaas, el
teclista, porque Pye Hastings estuvo bastante discretito, al igual que el
resto de la banda.
La verdad es que esperaba bastante más de este concierto...
Domingo 1 de mayo
Este año renuncié por razones obvias a la habitual sesión matinal en la
bibiloteca con algunos de los músicos del GAR, este año con la destacada
presencia de Peter Hammill para hablar de un interesante tema: "?Estamos en
esto por dinero?" O dicho de otro modo, de qué puñetas vive un músico que se
decica a hacer música poco o nada comercial.
Por la tarde, después de la correspondiente comilona, segunda sesión:
YUGEN
Tenía algunas expectativas depositadas en este septeto italiano, aunque su
disco Iridure me resulta un pelín áspero. Unos músicos excelentes con una
propuesta muy metida en la onda RIO de Henry Cow o Thinking plague (hablo de
comentarios prestados porque no soy muy experto en el tema), a mi me
parecieron muy buenos pero muy caóticos. Su supuesto ramalazo a lo prog
italiano clásico (al igual que algunas de sus influencias anunciadas como
Satie o Gentle Giant) la verdad es que no lo aprecié por ningún sitio.
Además, cuanto más antiguo era el material, más duro era de digerir; los
únicos temas que "entendí" fueron precisamente algunos de los de Iridure.
En fin, no demasiado en mi onda.
THREE FRIENDS
Y por fin estalló la auténtica bomba del festival. El concierto de los Three
Friends, formación liderada por los ex-Gentle Giant Gary Green y Malcom
Mortimore, fue sencillamente sensacional. Tocaron temas de la primera época
de la banda en su vertiente eléctrica. El único pero de su actuación es la
lástima que se siente de pensar en cómo debía ser un concierto de los Gentle
Giant originales, ya que a esta exhuberancia eléctrica ahí habría que añadir
la versatilidad de los multiinstrumentistas hermanos Shulman, el vibráfono
de Kerry Minnear, los contrapuntos vocales, los aires medievales, las
flautas dulces... ("Sorry, no Knots", respondió amablemente un muy simpático
y distendido Gary Green, al que se veía disfrutar como a un niño en un
parque de atracciones, a la esperanzada petición de alguien del público).
Imaginad un concierto con temas como "The boys in the band", "Proclamation",
"Just the same", "Free hand", "Three friends", "School days", "The advent of
Panurge", "A cry for everyone", "Peel the paint" o "Time to kill"
milimétricamente interpretados, con una magnífica labor por parte de Gary
Sanctuary, el teclista, y del cantante Mick Wilson.
Un concierto del que todo el mundo salió encantado; yo particularmente
disfruté como un cochino en un charco...
PETER HAMMILL
El festival se cerraba con la vuelta por tercera vez a Gouveia (segunda en
solitario y una con sus amigos Hugh Banton y Guy Evans) del mago de la voz.
Un nuevo derroche de integridad artística que ciertamente no es plato del
gusto de todos, y aún reconociendo que algunos de los temas a voz e
instrumento a palo seco (sobre todo los que toca con la guitarra) pueden
hacerse un pelín pesados, para mí la magia y el carisma que desplega en
escena pueden con todo y sigue siendo un placer escucharle, un placer que mi
hija Andrea vivió intensamente, llegando a derramar lágrimas por la
intensidad que Peter transmite.
Inicio más o menos clásico de su set con My room (única referencia
vandergraafiana) seguidos de temas de sus discos de los 80 como Sitting
targets, Just good friends, Patient... lo más antiguo creo que fue "Time
heals" del Over. Otra vez me quedé sin escuchar algunas de mis favoritas
(Easy to sleep away, Gaia, The play's the thing...) pero ya se sabe que el
set list de un concierto de Hammill es como una partida de bingo... y
colofón con Again interpretada a capella; espero que fuese casualidad porque
la letra de esta canción suena a despedida ("this will never come
again...").
Y bueno... solo cabe esperar ya a que las palabras del político de turno no
se las lleve el viento y el año que viene sigan existiendo magníficas
razones para acercarse a Gouveia y reservar mesa para degustar ese peazo de
arroz con marisco :-)
Javi Herrera
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