Hola a todos,
los pasados días 7 y 8 de abril tuve el placer de asistir al festival
"Gouveia Art Rock" celebrado en el encantador pueblecito portugués de
Gouveia. Ha sido una experiencia sencillamente fantástica, desde todo slo
spuntos de vista posibles. Cuatro días inolvidables en los que ha habido de
todo y todo bueno; conocer mucha gente, reír como locos, hablar de música
por los codos, escuchar horas y horas de música de un nivel increíble,
intercambiar experiencias y conocimientos, comer mucho, bien y barato, hacer
turismo... y sobre todo disfrutar de la magnífica compañía de la gente con
la que tuve el placer de compartir este viaje: Alex de Barcelona, Pepe Mas
de Sevilla y sobre todo mis dos compañeros de coche, José Ángel y Víctor
Rangel, padre e hijo respectivamente y ambos enormes "conaisseurs" de todo
tipo de bandas, progresivas o no, y cuanto más raras mejor ;-).
Tras un viaje de 1.000 km desde Barcelona y una vez en Gouveia, tuvimos la
oportunidad de eoncontrarnos con otros fans progresivos llegados de diversos
puntos de España como Málaga o Madrid.
El teatro-cine de Gouveia es un recinto de tamaño mediano con asientos
numerados, lo cual puede en un momento dado restar intensidad a la respuesta
del público respecto de festivales como nuestro querido Tiana y su
inigualable terraza de verano, pero añade un plus de comodidad a la hora de
aguantar tantas horas de música seguidas.
Ahora comentaré la actuación de las bandas una por una.
Sábado
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TAAL
La verdad es que yo fui al festival principalmetne por Peter Hammill, el
cabeza de cartel, y salvo el Nucleous de Anekdoten y uno de los discos de
los finlandeses Alamaailman Vasarat desconocía la obra del resto de artistas
participantes, con lo cual iba un poco a la expectativa de lo que pudiera
encontrarme. La banda francesa Taal me sorprendió, una música bastante
influenciada por Fripp y sus pupilos (por lo visto, condición sine qua non
para participar en este festival y que me llevó a reflexionar sobre lo
políticamente correcto que es copiar descaradamente a King Crimson - y no lo
digo en absoluto por los Taal - y lo mal visto que está copiar a otras
bandas como Genesis o Yes; sin defender esto último, la verdad es que es
algo un tanto injusto) pero con otros toques de diferentes procedencias
entre los que cabe citar la influencia arabizante aportada sobre todo por su
violista (que no violinista) y en menor medida su flautista, ambas féminas.
Buenos músicos, con mención especial para su batería (he leído por ahí que
solían actuar con dos bateristas, no fue el caso).
MATTHEW PARMENTER
Francamente, la foto con la cara pintada guitarra en ristre del antiguo
líder de los Discipline en la web del festival me había predispuesto para lo
peor, otro "aprendiz de arlequín" en la corte de los imitadores era algo que
no estaba dispusto a soportar durante más de diez minutos. Y así estuvo a
punto de suceder tras los tres primeros temas a la guitarra acústica de
Matthew, agradables pero francamente bastante vulgares a pesar de sus muy
buenas cualidades como vocalista. Justo cuando iba a sucumbir a la primera
cervecita de la tarde en la cafetería del bar del teatro, Matthew se sentó
al piano (un Steinway gran cola alquilado por la organización y que
compartieron el resto de artistas que lo requirieron, todo un lujo, la
verdad) y entonces todo cambió. Sin ser un gran virtuoso del instrumento,
desarrolló uina música intimista, de toque impresionista, interesante y a
veces con una clara influencia hammilliana que logró clavarme al asiento.
Quizás, como él mismo reconoció, un poco pretencioso (parecia pedir
disculpas por ello), pero cierto o no, la verdad es que me convenció.
PRESENT
Vaya por delante que el RIO no es mi especialidad en esto del rock
progresivo (al contrario de mis acompañantes, cuyo "leit motiv" era
percisamente ver a esta banda belga creada hace unos cuantos años por el
ex-líder de Univers Zero, Roger Trigaux). Dicho esto, la verdad es que su
música dura, oscura y difícil me gustó, como me gustó su forma de ponerla en
escena, sobre todo por "culpa" del loco de Dave Kerman, el batería. Además
de lo que tocó de forma convencional (que no fue poco), se lo pasó bomba
percutiendo su instrumento con toda suerte de artilugios que iban desde
cadenas de WC o cucharas de cocina a unas tijeras gigantes de cocina o uan
enorme cuchara de madera que a punto estuvo de derribar sus platos. No
obstante, la mayor "quedada" la reservaba para el momento en que, mirando
con cara de loco a la audiencia, machacaba acompasadamente dos barbies
contra sus platos en un ostinato que acabó por destrozar ambas muñecas, en
un tema que empezaba con el inquietante canto de un niño pequeño.
Bueno, "performances" a parte, y aunque probablemente la música de los
Present no será la que elegiré para escuchar mañana cuando me levante, me
pareció muy interesante, un muro sonoro a veces muy inquietante construido a
base de ostinatos, disonancias y mucho modo locrio y tritonos. Curiosamente
una de las cosas que más me gustó fue el solo "ruidista" del cello,
francemente sensacional (el tipo tuvo que reconstruir literalmetne su arco
al finalizar).
Como final de fiesta, en el último tema apareció un tipo pintado con
pinturas de guerra y vestido únicamente con una falda escocesa que se plantó
detante de la banda, agarró un tubo metálico de metro y medio que había en
el suelo y con una especie de clavo gigante se dedidó a arrearle una
tremenda somanta de palos al tubo al ritmo de la música hasta que lo dejó
medio doblado al acabar el tema, algo que me trajo a la mente a la Fura dels
Baus. No entendí lo de la falda escocesa hasta más tarde, cuando caí en la
cuenta de que el tío había salido literalmetne a tocar la gaita ("pipe" es
gaita y tubería en inglés).
Entre los músicos, todos de un nivel altísimo, yo destacaría la jovencísimo
saxofonista, Pierre Desassis, que leía e interpretava sus partes como una
máquina en el sentido de infalibilidad (luego hablando con él me dijo que
acaba cada concierto agotado) y cómo no el pianista Pierre Chevalier.
PETER HAMMILL
Después de la pausa para cenar, llegó el plato fuerte del festival. ?Qué
puedo decir a estas alturas de Peter Hammill? Vestido de blanco, sentado
frente al mencionado Steinway y posteriormente una acústica cuyo jack se
empecinaba en fallar, parece mentira que por este "trobador moderno" hayan
pasado los años que han pasado (a pesar de un aspecto físcio bastante
deteriorado ya) y que no hace muchos meses haya huído de las mismísimas
puertas de la muerte. Hammill se vacía en el escenario y lo llena todo, todo
absolutamente, con su voz y su carisma, sin importarle la posibilidad
(probablemente no despreciable) de caer fulminado allí mismo por la
intensidad emocional con que interpreta su música y desgrana las letras de
sus canciones. Los momentos mágicos, aparte de los vandergraafianos "My
room" y "Still life" que abrieron y cerraron respectivametne el concierto,
fueron "Just good friends", uno de los temas que raramente de deja en el
tintero, "Autumn" del Over, "The comet, the course, the tail" o "Modern"
(otro clasicazo de su inconmeensurable "The silent cormer and the empty
stage"). El teatro estuvo lleno a rebosar y acabó tal como comenzó: rendido
ante el ídolo.
Por cierto, ha salido a la venta un libro biográfico sobre la banda de
Hammill que tiene muy buena pinta, se llama "Van der Graaf Generator: The
book" y se puede encontrar en la web de la banda y en la web inglesa de
Amazon.
Muy cansados pero felices después de la tensión del concierto de Present y
la intensidad emocional del de Hammill, nos retiramos a dormir.
Domingo
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Por la mañamna, el Festival había organizado un pequeño concierto
semiacústico en una biblioteca con músicos locales, seguido de la
presentación de un libreto escrito por el musicólogo sueco y colaborador de
Isildur's Bane Thomas Olsson, en donde se pregunta hacia dónde va el rock
progresivo y más concretamente plantea la conveniencia de abandonar dicho
término para denominar nuestra música (sin proponer ningún otro,
desgraciadamente). Siguió un interesante debate.
Ya por la tarde se reanudaron los conciertos.
ANEKDOTEN
Anekdoten se presentaron en el escenario del teatro cine de Gouveia sin su
famoso mellotron, que es un instrumento demasiado voluminoso y señorito como
para ir llevándolo de acá para allá y menos desde Suecia. Así que Anna Sofi,
la teclista, utilizó un par de teclados MIDI esclavo conectados a un
ordenador portátil en donde tenía los sonidos de los correspondientes
instrumentos virtuales, básicamente el mellotron de cuerda. La verdad es que
su labor fue un tanto apagada en un extremo del escenario y se limitaba a
dotar de fondos mellotrónicos a la potente música del trio base, que acbó
firmando en conjunto una actuación un tanto irregular, con varios picos de
mucha intensidad y belleza (como "Book of hours" del Nucleous) combinados
con valles que casi rayaban el aburrimiento.
ALAMAAILMAN VASARAT
Y acto seguido llegó la que acabó por convertirse la banda triunfadora del
festival, Hammill aparte (que venía con el éxito en el bolsillo sin bajarse
del autocar). Esta extraña y atractiva banda, formada por teclista (que tocó
harmonium, una melódica monmtada sobre un soporte y a la que soplaba a
través de un tubo y el ya citado piano Steinway), dos cellos, batería, saxo
y trombón, nos ofreció su música inclasificable, mezcla de clasicismo, caña
crimsoniana a cargo sobre todo de los dos cellos distorsionados que hacían
las veces de bajo y guitarra cuando convenía, y música étnica que iba desde
la polka al vals o el tango, de las czardas a la música de boda bosnia. Una
muy ineresante mezcla puesta en escena con grandes dosis de humor, con una
pareja de front-men de lo más inusual: un saxofonista gordo como un tonel y
alto, con una melena hasta la rabadilla y un barba de medio metro,
acompañado de un trombonista larguirucho, con coleta también kilométrica,
ambos vestidos de negro com sacados de una película de gangsters, una
extraña pero muy resultona combinación del gordo y el flaco (Laurel y Hardy)
y los Blues Brothers que no paraba de perseguirse por el escenario, hacer
bailes de broma y pasárselo en grande en el escenario. Su música, descrita
por los organizadores del festival como "la banda sonora de una película
muda de Monty Python filmada por Kosturica en Viena", o como yo digo, la
música que podría haber acompañado a los primeros espectáculos callejeros
del Cirque du Soleil, cautivó completamente a los presentes y como digo,
acabaron por ser la banda más aclamada del festival.
AMOON DUUL II
Y llegó la hora de cerrar este magnífico festival como una de las bandas
emergentes más sorprendentes del actual panorama progresivo: Amon Düül II.
Hago esta coña porque, ahora en serio, no entiendo demasiado bien cómo un
festival que se las da de mirar al futuro con propuestas arriesgadas
(totalmente cierto) y no al pasado, programa como segundo cabeza de cartel
una banda no ya de los 70 sino firmemente anclada en los 60, que basa su
música en riffs de un solo acorde y largas y no siempre inspiradas
improvisaciones, algo en mi opinión demasiado insusltancial para un festival
progresivo, sobre todo si lo comparamos con los platos degustados con
anterioridad.
Bueno, y esto fue Gouveia 2006. Un gran festival, con un grandísimo nivel
artístico en general, que cubrió con creces nuestras expectativas y nos dejó
con ganas de repetir. Espero haberos hecho llegar aunque haya sido tan sólo
un cachito.
Javi Herrera
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