Temas
- Massacre (5:17)
- Superball (4:21)
- De la mélancolie á la révolte (5:12)
- Le procés (5:55)
- Circuits de satisfaction (5:15)
- 3éme messs (5:41)
- L'étau familial (4:33)
- Mouvement lourd, pensées légéres (5:46)
- Quelques démons sauvés (5:18)
- Temperance (4:02)
Integrantes
- Volodia Brice: batería
- Nico Gomez: bajo
- Laurent James: guitarras
- Frédéric l'Épée: guitarras
Yang es el nombre de un cuarteto instrumental francés liderado por el
guitarrista Frédéric l'Épée, quien en su momento fue parte de esa congregación
de niños prodigio llamada Shylock que le dio tanta gloria artística al
movimiento prog sinfónico galo en los últimos momentos de la década de los 70s.
Ya con solo eso tenemos un referente progresivo importante en torno a este
grupo, pero es justo recalcar que esta banda tiene una valía artística más allá
de esta anécdota. De hecho, la música de Yang se caracteriza por tender un
puente definitivo entre la arquitectura vivaz del math-rock y la neurótica
vitalidad del estándar progresivo crimsoniano (volando desde el hito
contundente del "Red" hasta el sistema contrapuntista de la etapa 80era y la
faceta "metal-friendly" de los 90s-00s), añadiendo en ocasiones matices
jazz-rockeros que quedan bastante bien a la hora de aportar ocasionales colores
adicionales a las bien marcadas pautas que se traza Yang sin complejos ni
disculpas. Eso sí, mucho nervio y mucha energía hay en esta propuesta
progresiva que porta una buena dosis (que no abrumadora) de nostalgia.
'Massacre' y 'Superball' marcan lo que será un recurso dual mayoritario en el
repertorio del disco: 1) guitarreos potentes, inteligentemente hermanados tanto
cuando se acompañan rigurosamente como cuando ocupan lugares distintos dentro
del entramado general; 2) una dupla rítmica aplicada a la hora de instalar la
columna vertebral del viaje musical de turno. El primero de estos temas
comienza de frente con una sonoridad potente y contundente, siendo así que el
compás no demasiado veloz ayuda bastante a la hora de motivar una impecable
fluidez en el tránsito hacia el pasaje más sutil sobre el que se arma el
interludio. Por su parte, el segundo tema enfatiza un poco más el contraste
entre los pasajes pesados y los más reposados, pero siempre manteniendo el
sentido de la fluidez férreamente. Más adelante, nos topamos con un tema como
'Le procés', que bien puede describirse como un homenaje al "Discipline" desde
una óptica afín a las de Difícil Equilibrio o Exsimio. Esta vez es el turno de
Yang, lo cual se aprovecha para darle un matiz jazzero a los momentos donde la
energía expresiva se muestra un poco más contenida. En medio de 'Superball' y
'Le procés' se sitúa 'De la mélancolie á la révolte', una pieza recurrentemente
sostenida sobre un lento compás de 5/4 donde predomina el carácter reflexivo,
invariable a través de los diversos niveles de intensidad que desarrolla el
doble guitarreo (mayormente basado en riffs y progresiones armónicas).
'Circuits de satisfaction' se mete más de lleno en las orillas sonoras del
math-rock con un importante matiz jazz-rock, como si se tratara de Don
Caballero mezclado con Bozzio Levin Stevens y Attention Deficit. Aunque el tema
de por sí porta una aureola cálida, el momento del solo de bajo bien
distorsionado genera una ambientación grisácea que funciona muy bien a la hora
de meter un poco de variedad al asunto.
'3éme messs' nos ofrece una introducción basada en colores arabescos con
cuerdas acústicas, portadora de una magia evocativa cuyo swing es
inmediatamente aprovechado por el bajo para marcar el inicio de un nuevo viaje
musical pesado y contundente. La cadencia suministrada por la batería no es muy
intrépida en sí, pero es capaz de sostener e incluso viabilizar la potencia de
los guitarreos más poderosos así como la dinámica signada en los pasajes donde
el nervio rockero se muestra un poco más dosificado. El grupo sabe explotar muy
bien el aura siniestra del núcleo compositivo de la pieza para arroparlo de un
aire relativamente siniestro. El contraste llega con 'L'étau familial', tema
que porta un carácter juguetón y coqueto a través de su irrenunciable vigor
rockero, siempre plasmado con fineza. 'Mouvement lourd, pensées légéres', por
su parte, le da un giro introspectivo a un sonido que suena perfectamente a una
cruza entre "Red" y "American Don", mientras que 'Quelques démons sauvés'
recupera el dinamismo cautivador de los dos primeros temas en confluencia con
el swing jazz-rockero que ya hallamos en 'Circuits de satisfaction' (incluso
con algunos breves pasajes casi aflamencados en medio del camino). 'Temperance'
cierra el disco con un espíritu abiertamente optimista, en base a un trepidante
ritmo funky en 7/8; los 4 minutos pasan volando mientras la mente se concentra
en el espíritu celebratorio y casi frívolo de la pieza, logrando así cerrar con
aires alevosamente ligeros un disco que no estuvo exento de pasajes tensos y
aguerridos. "Machines" es uno de tantos testimonios de lo útil que resulta el
legado crimsoniano a la hora de generar nuevos aportes al estado de cosas del
variopinto movimiento progresivo contemporáneo. Ojalá Yang tenga más ases
musicales bajo la manga en los próximos años.
César Mendoza
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