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 STAN WHITAKER & FRANK WYATT: “Pedal Giant Animals” (2006)

Temas

  1. Pink Sky
  2. Chapter Seven
  3. Love
  4. Whole
  5. Mists of Babylon
  6. The Leaf Clings… Quivers
  7. Turning My Head
  8. Blue Sun
  9. Stumpy Shuffle
  10. Everything
  11. Pedal Giant Animals

  • Stan Whitaker: guitarras, bajo, percusión, voz
  • Frank Wyatt: pianos, teclados, saxos, flauta, WX-5 wind controller coros

Colaboradores – Pete Princiotto (bajo), Chris Mack (batería, percusión)

Después del evento de “The Muse Awakens”, Happy the Man dejó pendiente la tarea

de grabar un disco sucesor por tanto tiempo que, a fin de cuentas, Whitaker y Wyatt decidieron concretar su catálogo de nuevas ideas musicales como dúo. Este

catálogo completa una duración total de 53 minutos repartida a través de 11 piezas. Algunas de las piezas contenidas en este “Pedal Giant Animals” ya existían durante las sesiones de ensayos para “The Muse Awakens”, pero en su momento no pasaron el proceso de depuración final. Ahora que existe Oblivion Sun como un grupo definido que prosigue por la senda progresiva propia de HTM, podemos apreciar este disco como un tránsito entre ambas bandas. El que después

sería baterista de Oblivion Sun, Chris Mack, actúa aquí como invitado.

Una vez dicho lo anterior, cabe precisar que este tránsito no supone un sucedáneo del sonido HTM: de hecho, el dúo de Whitaker y Wyatt asume una posición más ecléctica en su propuesta musical y un tenor más intimista en los ambientes predominantes de sus composiciones. El disco comienza de frente con las tonalidades románticas de ‘Pink Sky’, donde los efluvios del piano de Wyatt

y el canto evocativo de Whitaker asumen el liderazgo del candor reflexivo con poética delicadeza. Más adelante, ‘Love’ volverá decididamente por esta vena meditativa con base de piano, acercándose al modelo de las baladas del disco “Better Late…”. ‘Whole’ sigue a continuación con sus melodías de piano y atmósferas reflexivas y lentas… ?podría parecer que estamos frente a una compilación de canciones de amor? Podría parece, pero no tanto si advertimos que ‘Whole’ es un tema articulado al modo de una pieza de cámara con tonalidades que coquetean con el new-age. En todo caso, puede llamar la atención que autores de temas tan enérgicos y fastuosos como ‘Stumpy Meets the Firecracker in Stencil Forest’, ‘Knee Bitten Nymphs in Limbo’, ‘Ibby It Is’ o ‘New York Dream’s Suite’ (de discos antiguos de HTM) tengan en mente las composiciones lentas de manera tan recurrente. La balada ‘Everything’, compuesta por Whitaker al igual que ‘Whole’, sigue un esquema de pop-rock acústico: esta aventura con el mainstream nos ofrece poco menos de 3 minutos de

relax.

‘Chapter Seven’ nos ofrece, por otra parte, una vena muy rockera, dando peso a los riffs guitarreros que se desarrollan en ágiles escalas sobre un compás semi-lento de 7/8. Es un tema de esquema sencillo pero con obvias pretensiones progresivas jazzeadas. Posteriormente, ‘Stumpy Shuffle’ nos ofrecerá un esquema

de trabajo similar pero con más gancho, e incluso asumiendo explícitamente un nexo con la sonoridad general de “Crafty Hands”. ‘Mists of Babylon’ instala un medio camino entre el jazz-rock y el jazz-fusión sobre una base melódica de inspiración medio oriental – el comportamiento de la dupla rítmica genera un dinamismo adecuado para el desarrollo del motivo central, y el solo de saxo de Wyatt es simplemente asombroso. Las piezas ‘The Leaf Clings… Quivers’ y ‘Turning My Head’ nos traen sendas reminiscencias de la faceta patentemente lírica de HTM, y teniendo en cuenta que ‘Turning My Head’ contiene algunos giros particularmente ingeniosos en los desarrollos melódicos y ambientes, es la que más llama la tención de esta dupla, sonando casi a un remanente del disco debut de 1977. Inmediatamente después de este despliegue de fastuosidad típicamente progresiva viene ‘Blue Sun’, un cándido ejercicio de estilización acústica en base a evocativos arpegios de guitarra en comunión con una flauta que brilla en sus continuas florituras flotantes. El tema homónimo ocupa los últimos 9 minutos del disco siguiendo el tenor predominante de atmósferas intimistas, aunque con suficiente presencia de adornos y expansiones como para volver a recordarnos lo que HTM significó en los 70s. Específicamente, aquí hallamos un nexo con “Better Late…” aunque con una cuota extra de sofisticación

que nos remite al primer disco. Termina así “Pedal Giant Animals”, una obra a la que hay que elogiar ante todo ser preciosista y de buena factura, no tan cercana a los muchos momentos de esplendor que antaño nos dio Happy the Man, pero sí una buena exponente del ímpetu creador de Stan Whitaker y Frank Wyatt.

César Mendoza

[Dedico esta reseña a mi amigo progresivo Hans, “el de la carroza”]

Creada en 1997. ©José Manuel Iñesta. Alojada en el Depto. de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de Alicante, España.

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