Temas
- Dos Plumas
- Valicha (versión editada)
- Tupay
- Amor Serrano
- El Cóndor Pasa
- Elefantes Andinos
- Cruz del Cóndor
- Valicha
- Mi Perú
- José Luis Madueño: Dirección, sintetizadores, malta (1), vihuela (1),
tambores (3), guitarra (3), quena (7), tinya (7), voces (3, 4).
- Jean Pierre Magnet: Co-dirección, saxos barítono (1, 2, 4, 8), tenor (1,
4, 5, 6, 7, 9) y soprano (4, 7), voces (4).
- Carlos Espinoza: Saxos tenor (1, 5, 6) y alto (2, 8).
- Remy Fernández: Saxo tenor (1, 2, 5, 6, 8).
- Néstor Benítez: Saxo barítono (1, 2, 5, 6, 8).
- Edgar Espinoza: 1a. quena (1, 2, 3, 4, 5, 8), toyo (1, 3, 5, 7), quenilla
(2, 3, 8), quenacho (3), basto (7), zampoña cromática (4).
- Edgar Huamán: 2a. quena (1, 2, 3, 4, 5, 8), quenacho (2, 3, 8), basto (4,
7), toyo (3, 5, 7).
- Juan Luis Pereyra: Charango (1, 2, 4, 5, 7, 8), mandolina (4).
- Jaime Antunez: Voces (4).
Invitados especiales-
- Matthew Garrison: Bajo (1, 2, 4, 5, 6, 7, 8)
- Alex Acuña: Batería (1, 2, 4, 5, 6, 7, 8), percusión (1, 2, 4, 5, 6, 8),
voces (4).
- Ramón Stagnaro: Guitarra eléctrica (2, 4, 8), guitarra 12 cuerdas (5).
Wayruro fue un proyecto de jazz-fusión con una confluencia magníficamente
fluida de colores andinos y sazones de la costa peruana, liderado al alimón
por José Luis Madueño y Jean Pierre Magnet, dos de las más renombradas
figuras de la escena fusión del Perú. A pesar de que ya han pasado más de 10
años desde la formación de este proyecto y la grabación de su único disco,
ha dejado una huella indeleble en todos aquellos que tuvieron alguna vez la
fortuna de verlos actuar en vivo. El repertorio contenido en “Wayruro”
destaca mayormente por su combinación de refinamiento y energía, con un
ensamble que logra crear una voz propia dentro de las pautas fácilmente
reconocibles de dos vertientes tradicionales peruanas tan diferentes entre
sí como son el Alto Ande (orientada principalmente a la creación de texturas
contemplativas y melancólicas, por así decirlo) y la costa (centrada en
cadencias más sensuales en una mezcla de brisas marinas y pulsaciones de
raíz africana).
El repertorio está repartido entre piezas tradicionales y otras originales
compuestas bajo el influjo mágico de las primeras. ‘Dos Plumas’ es una
composición original de Madueño cuya línea melódica principal está
articulada por los efluvios de los vientos andinos en consonancia con la
base forjada por los saxos, mientras que el sintetizador entra a tallar con
oportunos colores adicionales. ‘Valicha’, un tema clásico, viene en dos
versiones, una más larga que la otra. El sentido del orden que transpira
notablemente a través de la alternancia en el protagonismo de las quenas,
saxos, teclado y bajo son muestra clara de la pulcritud creada por el
ensamble a lo largo de todo el disco. Otra pieza clásica, ‘El Cóndor Pasa’,
no amerita mayores indicaciones pues es todo un emblema del folklore andino
peruano ante el mundo y el universo. En comparación, las dos versiones de
‘Valicha’ portan una actitud coqueta igual a la del tema de entrada,
mientras que ‘El Cóndor Pasa’ tiene una vibración predominantemente solemne,
al menos hasta la coda. ‘Tupay’, por su parte, se sumerge intensamente en un
misterio telúrico casi hermético, pero no por ello, dejando de mostrar
abiertamente una serie de texturas típicas del Ande. ‘Amor Serrano’ comienza
con un bello solo de saxo que juega cautivadoramente con los silencios, para
que luego la banda entre de lleno en un clima juguetón. Ello permite que el
motivo del solo inicial sea retomado para que se desarrolle con un realzado
fulgor. ‘Elefantes Andinos’ también comienza con un solo de saxo (y también
está compuesto por Magnet), pero éste es más impetuoso: el desarrollo del
tema se restringe a una instrumentación telúrica, lo cual da una impresión
frontal de candidez, siendo así que solo en el pasaje final el ensamble se
decanta hacia la inclusión de una base rítmica y armónica de corte fusión.
‘Cruz de Cóndor’ se centra en ambientes misteriosos, primero enfocados en
las solitarias zampoñas y luego en los espartanos acordes de piano. Poco a
poco, los adornos de saxo y sintetizador ocupan un lugar más destacado hasta
que llega la clausura en fade-out. ‘Mi Perú’ cierra el disco como un
meditativo epílogo creado sobre cortinas flotantes de teclado a las cuales
se suma eventualmente el saxo – esta pieza es como una mirada tierna y
melancólica hacia todas las sonoridades creadas previamente.
Más información sobre este disco se puede hallar en el enlace
http://www.joseluismadueno.com/espanol/pags/wayruro.html; por mi parte, solo
puedo confirmar que “Wayruro” es un testimonio de talento y fineza a la hora
de reelaborar sonoridades de larga tradición en un contexto jazzero sólido
en sus timbres y robusto en su musicalidad. Este tesoro musical tiene valía
de clase mundial dentro de cualquier buena colección de jazz y/o “world
music”.
César Mendoza
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