Temas
- The Pulse of Earth (15:45)
- From a Distance (1:50)
- Essentially Human (16:16)
- Fingerprints (15:22)
- Into the Vast Unknown (23:41)
Integrantes
- Arne Schäfer: voz, guitarras eléctricas y acústicas
- Ekkehard Nahm: piano, órgano, sintetizadores, pedales bajos
- Thomas Keller: bajo
- Uwe Völlmar: batería, percusión
“Primordial Ocean” es el disco en el cual la banda alemana Versus X manifiesta
el refuerzo de su onda retro, siendo así que en sus inicios su sonido estaba
orientado hacia el neo-sinfonismo con ciertos coqueteos con el prog-metal (su
disco “Disturbance” es un adecuado testimonio de esta línea de trabajo). El
teclista Ekkehard Nahm es el centro neurálgico de los desarrollos
instrumentales. Par citar referencias, Versus X toma la posta del Flower Kings
de los 90s: también noto cierto parentesco con el Kaipa resucitado, Fruitcake
(aunque con más garra que este grupo escandinavo), High Wheel, y por qué no,
The Tangent – de hecho, el registro vocal del guitarrista Arne Schäfer me suena
a una mezcla de Frank Bornemann y Andy Tillison. El grupo se siente a gusto
componiendo y arreglando piezas de largo aliento: son cuatro los que se
incluyen en el repertorio de “Primordial Ocean”.
‘The Pulse of Earth’ da inicio al disco con un tono ceremonioso marcado por los
sonidos de órgano y mellotron, manteniendo un compás lento pero transmitido con
precisa fuerza. Los pasajes se van sucediendo de manera fluida, siendo así que
los momentos donde aumenta la intensidad no se genera un contraste dramático,
sino más bien una acentuación bien controlada. Entre los minutos 8 y 15
encontramos el momento magnífico de esta pieza, creando atmósferas melancólicas
poderosas donde los retazos de sintetizador, cortinas de mellotron y fraseos de
guitarra crean una magia sonora típicamente sinfónica con matices casi
cósmicos. ‘From a Distance’ es un breve solo de piano que no llega a los 2
minutos de duración: su tenor meditabundo es un adecuado preludio al impetuoso
motivo introductorio de ‘Essentially Human’. Esta suite despliega acentos más
extrovertidos que la primera, e incluso incorpora trucos compositivos más
sofisticados (algún que otro guiño a Gentle Giant o Van der Graaf Generator en
algunas bien orquestadas amalgamas instrumentales). Los sonidos de mellotron
son muy recurrentes aquí, tanto en los momentos espaciales como en los épicos.
La guitarra se amolda bien al teclado de turno, ya sean las secuencias de
acordes al órgano, las cortinas de mellotron o las estilizadas escalas de piano
– de hecho, la guitarra es crucial para marcar el sendero melódico de cada
pasaje, exceptuando los casos en los que el sintetizador pasa a primer plano.
El emotivo clímax de esta suite llena totalmente la atmósfera creada en torno
al oyente. ‘Fingerprints’ comienza con una vibración etérea iniciada por
cósmicas capas de sintetizador y continuada por el piano. Poco después del
tercer minuto es que se afianza el ensamble en bloque para desarrollar una
serie de pasajes con variados matices y niveles de intensidad. La segunda mitad
se centra en un pasaje muy entusiasta, lleno de gancho y con una razonable
dosis de complejidad en su esquema rítmico: los últimos minutos están ocupados
por una sección reflexiva y lánguida. La suite más larga del disco (dura casi
23 ¾ minutos) es la que cierra el álbum: “Into the Vast Unknown” sigue la senda
de ambiciones épicas seguida por las dos suites precedentes, contando con más
espacios para los pasajes instrumentales. De hecho, Thomas Keller halla más
espacios de lucimiento a la hora de desarrollar complejas líneas de bajo en
ciertos momentos. En esto de la complejidad él no está solo, pues la
parafernalia controlada que se desarrolla entre los minutos 10 y 13 es toda una
delicia. En realidad, los temas 3 – 5 se pueden apreciar como un constante
cenit del álbum.
En fin, Versus X ha logrado con este disco “Primordial Ocean” plasmar su
madurez estilística en el terreno del progresivo “conservador” que siempre
había estado tanteando. Por lo pronto, anticipo que no serán pocos los que
consideren a esta obra como su mejor aporte hasta la fecha para el género
progresivo – yo estoy de acuerdo.
César Mendoza
|