Temas
- Your Time Starts Now (4:45)
- Mathematics (3:38)
- Highly Strung (3:36)
- Red Baron (2:23)
- Bunsho (5:03)
- Snake Oil (5:21)
- Splink (2:37)
- Embarrassing Kid (3:07)
- Medusa (2:12)
- Mr. Sands (5:22)
- Smoke (2:30)
- 5533 (2:42)
- All Over The Place (6:40)
Integrantes
- Peter Hammill: voz, piano, guitarras, bajo (7)
- Hugh Banton: órgano, teclados, bajo, pedales bajos, guitarra (11)
- Guy Evans: batería, percusión, guitarra (12)
Llegó por fin al mercado musical el nuevo disco de una de las encarnaciones más
añejas y respetadas de la historia del rock experimental desde los 60s en
adelante: Van Der Graaf Generator. El disco en cuestión es "A Grounding In
Numbers", el decimoprimero de toda su trayectoria y el segundo del trío que
grabó "Trisector" algunos años atrás. A pesar de que ha pasado algún tiempo
desde la separación de David Jackson del cuarteto reunido en "Present", no es
fácil quitarse de encima su legado tan vital para el sonido VDGG, especialmente
en los momentos donde reina la melancolía misteriosa o se impone la fuerza de
una armazón sincopada recurrente, sitios donde el "inexistente cuarto miembro"
del actual trío sabía cómo marcar su osado sello característico. Pero en fin,
"A Grounding In Numbers" es un síntoma de la vitalidad que este trío todavía
tiene para ofrecer dentro del oficio de la música: los fundamentos sonoros y
estilísticos de este disco sostienen varias ligazones con las atmósferas
reflexivas que inundan los últimos discos de Peter Hammill, así como con las
aventuras más típicamente rockeras que Hamill manejó en sus discos 70eros. Por
lo leído en la red en las últimas semanas, no somos pocos los que consideramos
que este disco más parece un solista de Hammill acompañado de sus dos más
leales camaradas de toda la vida, pero hay algo más que esto en el disco: a eso
puntan las descripciones expuestas en los siguientes párrafos.
'Your Time Starts Now' ocupa los primeros 4 BE minutes del álbum, con un aura
reflexiva que prácticamente se regodea en su compás lento (tirado hacia lo
jazzero) tras un brevísimo prólogo de flotantes sonidos psicodélicos de
sintetizador. No esperemos algo como 'The Undercover Man' al abrir "Godbluff":
la intención de Hammill & co. en la dupla de 'Your Time Is Now' y 'Mathematics'
(canción que perpetúa lo reflexivo con el añadido de arreglos instrumentales un
poco más complejos) es la de establecer una calma contemplativa antes de lo que
seguirá después. Con 'Highly Strung', la atmósfera sónica empieza a adquirir
más intensidad y músculo: hay algo de las tradiciones del Hammill solista 78-80
en esta canción patentemente rockera, además de algún recordatorio de las
dimensiones más robustas del "World Record", aunque queda claro que así como se
sigue notando la ausencia de David Jackson en los temas lentos en lo que se
refiere a aportar matices etéreos de flauta y saxo soprano, en piezas rockeras
como ésta no hubieran venido para nada mal sus armonías de saxos dobles e
incluso algún solo demoledor. 'Red Baron' es un instrumental guiado por
cadencias tribales de la batería y retazos minimalistas de sintetizador y
guitarra, algo muy a lo krautrock (miren por dónde=85). 'Bunsho' restaura el
factor rockero en una clave menos vigorosa que en 'Highly Strung' pero
reformulándolo en un lenguaje sónico más sofisticado: ahora podemos hallar
cercanías respecto a los dos primeros solistas de Hammill post-"Pawn Hearts"
así como con la etapa 75-76, aunque el hecho de que la canción dure poco más de
5 minutos impide que la canción se explaye en vuelos instrumentales y
ornamentos épicos propios de la escuela añeja VDGraffiana - bueno, es así como
quiso el trío hacer esta canción. 'Snake Oil' ofrece la ventaja de continuar
con el momentum iniciado por la canción precedente, y teniendo en cuenta su
cariz propiamente hammilliano en cuanto al manejo de armonías conjuntas de
piano y órgano y los cambios de ambiente, se puede con justicia señalar que en
esta canción en particular renace completamente la esencia VDGG. Pero una vez
más=85 !qué bien hubiesen quedado unas orquestaciones de saxos múltiples y
florituras de flauta en el clímax que se inicia poco antes del segundo minuto y
medio! !Y qué sentido hubiese tenido entonces que VDGG se sintiera a sus anchas
para desarrollar la fastuosidad inherente a su estilo único y especial! Más
allá de añoranzas por un presente irreal y un pasado inexpugnable, son muchas
las razones para considerar a esta canción como la cúspide del disco (al menos,
desde la humilde posición de quien esto escribe).
Después del auge emocional motivado por la secuencia de 'Bunsho' y 'Snake Oil',
llega el instrumental 'Splink' para expresar matices abstractos donde conviven
suaves atmósferas "cuasi-hawaianas" con aires de teatro de vodevil, articulados
en torno a una batería eminentemente jazzera y alimentados con surrealistas
ornamentos de guitarra slide e intervenciones diversas de los teclados: de esta
manera pasamos al vigor sincopado de 'Embarrassing Kid', sanamente reciclado a
través de variantes rítmicas inteligentemente fluidas. 'Medusa' regresa a la
espiritualidad meditabunda de las dos primeras canciones en un tempo de 11/8, y
también regresan esos aleteos psicodélicos de sintetizador que habían
ornamentado el inicio de 'Your Time Is Now'. Por su parte, 'Mr. Sands' retoma
la faceta más optimista y extrovertida del disco, aunque las cadencias
instauradas por la labor de Evans hacen que el swing sea menos rockero y más
emparentado con lo jazzero: el esplendor de esta pieza compite seriamente con
el de 'Snake Oil', especialmente en lo que se refiere al experto manejo de
motivos recurrentes para crear algún tipo de tensión ágil. En este momento solo
quedan poco menos de 12 minutos para la conclusión del disco, y este proceso es
iniciado por 'Smoke', una pieza de ambientación ligera, con una batería casi
anclada en la nostalgia de la psicodelia beat de fines de los 60s y unos
teclados definidos en lo funky. Se vienen a la mente evocaciones de 'Two Or
Three Spectres', la canción que cerraba "Nadir's Big Chance", pero la sensación
no dura mucho porque apenas llegado el segundo minuto y medio, arriba
abruptamente '5533', una pieza jazz-progresiva que ostenta su compleja
estructura rítmica mientras que Hammill habla/canturrea sobre el misterio de
los números en consonancia con la estructura rítmica misma. ("Se puede crear un
patrón matriz a partir de casi cualquier cosa / trazando imperfecciones
causales en el flujo de información, / descontando el traspié de la identidad
profesional. / Y el número es=85 cinco-cinco-tres-tres-doble-dos-tres". !!Éste
es el Peter Hammill de siempre, el artista con corazón de científico y el
científico con mente de artista!!). 'All Over The Place' cierra el disco con un
cierto retorno a la vibración meditativa con la cual había comenzado, pero las
bizarras armonías de los teclados (tanto el órgano como el sintetizador que
imita el clavicordio), los ornamentos que Evans usa en su labor percusiva y el
tono contenidamente furioso que Hammill emplea ocasionalmente en su canto hacen
que esta canción no refleje languidez ni apatía, sino más bien un último
momento de esfuerzo mental por entender alguna parte de la inmensidad que nos
rodea, un momento de energía mental. La secuencia recurrente con la que se
despide la canción (que hubiese supuesto un gran fade-out de haberse organizado
así sus últimos instantes) porta una magnificencia innegable, lo cual
inevitablemente nos lleva a evocar por enésima vez el cuadro contrafáctico de
tener a nuestra disposición los aportes del "inexistente cuarto miembro"=85
Estoy totalmente dispuesto a admitir la posibilidad de que esta apreciación
específica vicia u oscurece la apreciación general adecuada del disco, no me
defenderé de esta noción si es que alguien me interpela con ella.
Balance final: "A Grounding In Numbers" es un muy buen disco que contiene
varios momentos de grandeza progresiva (o afín a lo progresivo) que repite en
ciertas dosis la proyección sonora explorada y explotada en "Trisector" pero
que, tal como se indicó en el primer párrafo de esta reseña, guarda más
conexiones estilísticas y ambientales con algunas fases de la prolija y diversa
carrera solista de Peter Hammill. Ahora bien, no seamos injustos con el Van Der
Graaf Generator de hoy en día: es una banda que sabe funcionar y crear como tal
a la perfección, una banda que sabe sacar provecho de su veteranía a través de
una sólida concientización sobre su talento y visión artística, y "A Grounding
In Numbers" confirma esto sin lugar a objeción.
César Mendoza
|