Temas
- Ara Caeli (7:56)
- Cielo Negro (6:00)
- Réquiem (5:34)
- Marte (5:25)
- Lilim (7:24)
- Espírita (7:57)
Integrantes
- Esteban Girón: guitarras eléctricas, acústica y española
- Alberto Tocados: bajo, sintetizador
- Víctor García-Tapia: guitarras eléctricas y acústica
- Álex Pérez: batería, percusión
Colaboradores - Álvaro Escribano (guitarra), Luis Miguel García (violín),
Guillermo Manzanares (viola), Álvaro Llorente (cello), Carlos Santos (teclados,
voz), Manuel Iglesias (teclados, metalófono, trompeta, voz), Mar Iglesias
(voz), Rubén Mingo (percusión)
Toundra vuelve a la carga de forma arrolladoramente rotunda con su tercer disco
de estudio, lacónicamente titulado "III". Con una portada alejada del lirismo
retorcidamente sádico de "II", esta vez orientada hacia un ensimismado paisaje
nocturno donde conviven una bruja con cuerpo de ninfa y una calavera
visionaria, "III" desarrolla un muestrario de lo que Toundra es capaz de hacer
cuando explora con meticulosa intensidad y convincente soltura las aristas
oscuras de su propuesta post-metalera: de esta manera, la banda logra hacer de
su ingeniería sonora una auténtica expresión del acero hecho música. Las
influencias de Isis, Helmet y Pelican siguen siendo relevantes para entender a
dónde se proyectan los sólidos vuelos instrumentales con los que Toundra arma
la mayor parte de su repertorio, pero su fuerza expresiva se impone por sí
misma con una solvencia que grita con voz ardiente su propio ser original.
Durando poco menos de 8 minutos, "Ara Caeli" con una apabullante exhibición de
atmósferas oscuras planteadas y organizadas a través de una arquitectura sónica
grisácea: tras una primera sección donde lo amenazante se sostiene como la
fuerza expresiva predominante, la segunda emerge en un contundente impulso
hacia cadencias más ágiles, logrando así que la polenta en curso se reconstruya
con una vivacidad notoriamente aumentada. "Cielo Negro" sigue a continuación
para potencializar la agilidad ya instaurada, elaborando una reactivación de
las sonoridades pesadas que al grupo siempre se le dan tan bien. "Réquiem" vira
hacia un registro totalmente distinto, combinando estilizaciones barrocas,
densidad psicodélicas y vuelos post-rockeros a lo GYBE! Con una solidez
infinita: la atmósfera de pérdida y desolación está muy bien transmitida por la
amalgama de instrumentos rockeros y ensamble de cuerdas en los momentos
climáticos de la pieza. Las cosas vuelven a electrizarse contundentemente con
el arribo de "Marte", tema que retoma la furiosa extroversión de "Cielo Negro"
y la retroalimenta con algo de la punzante oscuridad de "Ara Caeli". "Lilim"
porta un aura menos frenética aunque todavía se trata de una pieza que desborda
energía rockera: en todo caso, mantiene una espiritualidad melancólica a través
de su patente vigor, algo que los asemeja a Isis. En fin, "Espírita" cierra el
disco expandiéndose en un dinamismo magnético y grácil en el que el grupo
sintetiza las varias dimensiones de su fragor rockero, alternando nexos
estilísticos con "Lilim" y "Ara Caeli".
"III" se explaya en un espacio no muy mayor de 40 minutos: se trata de un disco
relativamente breve la manifestación de rotundidad rockera que se encapsula en
ella es imposible de relativizar, sino que por el contrario, impone su
presencia y su magia de una forma inapelable. Toundra logra con este disco
elaborar y redondear una evolución exitosa hacia dinamismos que permiten el
reflorecimiento continuo del vigor propio de Toundra. Este grupo no nos deja de
sorprender con su peculiar grandeza musical.
César Mendoza
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