Temas
- Monkey With The Golden Eyes 97 4:02
- Hobart Got Burned 97 5:55
- Amelia Earhart 97 15:44
- The Adventures Of Captain Boomerang (For Mike Forrester) 97 22:48
Integrantes:
- Billy Swan: bajo, guitarra, piano, percusión extra
- Paul Sears: batería, gong, xilofón, vibráfono, ollas, sartenes, otras
percusiones, flauta celta
- Tom Scott: flautas, saxos soprano, alto y barítono, pícolo, clarinetes, oboe,
flauta dulce soprano, percusión extra
- Dave Newhouse, pianos acústico y eléctrico, órgano, pícolo, flauta, saxos
alto y barítono, clarinete bajo, flautín de caja de cereales, percusión extra
Colaboradores - John Schmidt (corno barítono, tuba), Doug Elliot (trombón),
Larry Elliot (trompeta), Steve Feigenbaum (guitarra, guitarra subacuática),
Greg Yaskovich (trompeta de burbujas)
The Muffins es un referente dentro de la tradición progresiva estadounidense
más escondida durante los 70s, pero con todo, ha logrado cautivar a una
hinchada de culto entre los mismos melómanos progresivos que adoran a bandas
como Happy The Man, However, French TV y Rascal Reporters. Ubicando su
estrategia estilística a medio camino entre el Canterbury y un RIO no demasiado
chocante, la inclinación general suele dirigirse preferentemente hacia el
primero. El disco que reseñamos ahora, "Manna / Mirage", es su debut oficial en
vinilo pero no se trata precisamente de su primera grabación: antes de este LP,
el grupo ya había estado en salas de ensayo y estudios de grabación,
registrando temas mientras aún andaban en busca de un contrato discográfico
permanente. Cuando esto sucedió, el baterista del grupo era otro que el
original y ya no había guitarrista en su alineación: es por ello que los
teclados de Dave Newhouse deben cargar con buena parte del esquema básico de
estos temas, y también que los vientos a cargo de Tom Scott y el mismo Newman
ocupan un lugar preferente en los solos. De esta manera, el factor jazzero de
The Muffins se resalta aún más.
'Monkey With The Golden Eyes' ocupa los primeros cuatro minutos del disco,
creando texturas otoñales de directa orientación minimalista: con las cadencias
de piano eléctrico y los medidos retazos de la flauta y otros vientos, se arma
una base fértil para un ingenioso juego de texturas delicadas, líricas,
ensoñadoras, que poco a poco elaboran un clímax otoñal bastante aventurero.
Cabe decir que, a pesar del carácter esencialmente contemplativo de esta pieza,
nos logra introducir inconfundiblemente en la exquisita mezcla de energía y
estilización de la cual el grupo va a hacer gala de aquí en adelante. Una vez
concluido el clímax del primer tema, emergen las deconstrucciones frontalmente
free-form que dan inicio a 'Hobart Got Burned'. Esta introducción es todo un
manifiesto contra nuestras ideas habituales de estructura a favor de la idea de
caos coyuntural. Para decirlo de una forma más clara, se trata de un tema
desestructurado que debe mucho al Henry Cow 73-74, y de manera indirecta, a las
líneas de trabajo más bizarras del free jazz. Una vez que se asienta un esquema
rítmico más cohesivo, las cosas se ponen bastante vibrantes, revelando
influencias del Soft Machine post-Wyatt sin hacerlas hiperbólicas. 'Amelia
Earhart' comienza con una breve introducción de percusiones tonales y
concretas, la cual precede a un entusiasta cuerpo central que conjuga una
cálida confluencia entre Gilgamesh y Weather Report. El bajista encuentra dos o
tres espacios para lucirse en medio de la amalgama sonora global, y realmente
se muestra dispuesto a ostentar las influencias recibidas del maestro Hugh
Hopper. En general, se nota que el grupo ha sacado buen provecho del espacio
que se ha otorgado a sí mismo para explorar su faceta más extrovertida y
reciclarla con la debida sofisticación inherente a toda intencionalidad
progresiva genuinamente ambiciosa - en este caso, hay una sección lánguida que
emite una sensación de misterioso peligro, la misma que el oyente puede
especular que refleja la soledad de quien realiza un vuelo sobre el océano, o
tal vez sea más bien una elegía en homenaje a la aviadora que terminó
estrellándose sobre aguas misteriosas. La total segunda mitad del disco está
ocupada por una épica composición de más de 22 minutos titulada 'The Adventures
Of Captain Boomerang (For Mike Forrester)'. En muchos aspectos, hallamos aquí
ambientes y arreglos instrumentales similares a los que ya habían marcado el
desarrollo del tema anterior, aunque cabe señalar también que hay adornos tipo
Zappa que permiten a esta pieza aumentar el sentido de aventura. Hay cambios de
motivos y ambientes durante el largo desarrollo de la pieza, pero el grupo se
resiste a jugar con contrastes: los giros y sorpresas se insertan
convincentemente en una travesura fluida y grácil. Los últimos pasajes son
juguetones con un cierto elemento de tensión incorporado, el cual motiva un
efectista final abrupto.
Este disco ha supuesto para mí el cumplimiento de una fantasía progresiva de
larga data: descubrir a The Muffins. De hecho, no conforman precisamente una
mayoría los coleccionistas progresivos que conocen a esta banda, pero por lo
que he descubierto en este maravilloso disco "Manna / Mirage", resulta un
pedazo de historia sumamente importante para entender la relevancia y el
carácter versátil de los aportes estadounidenses al género progresivo.
César Mendoza
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