Temas
- Sundering Jewel (5:38)
- Hijacked (3:35)
- Belong To The Stars (8:01)
- MesmerEyes (5:39)
- London Rain [a) Atlantis" Descent; b) The Soul Stalactites; c) Final
Judgement] (8:22)
- A Milligram Of Joy (7:56)
- Electric Stillness (5:43)
Integrantes
- Matteo Ballarin: guitarras eléctricas, acústica, clásica y lap steel, voz,
coros
- Andrea De Nardi: piano, órgano, teclados, voz, coros
- Carlo Scalet: bajo, coros
- Manuel Smaniotto: batería, percusiones
The Former Life es el nombre de un cuarteto de rock progresivo italiano fundado
y liderado por el guitarrista Matteo Ballarin y el teclista Andrea De Nardi,
quienes ya tienen una amplia experiencia como parte de Pink Size, grupo tributo
a Pink Floyd. Entre 2005 y 2008, este dúo estuvo gestando material progresivo
propio, y tras lograr asentar bien las piezas de su proyectado grupo autónomo,
contando inicialmente con las participaciones de Edoardo Papes a la batería y
Giovanni Scarabel al bajo. Así las cosas, el álbum debut "Electric Stillness"
se convirtió en una realidad fonográfica en setiembre de 2011. Hoy por hoy, son
el bajista Carlo Scalet y el baterista-percusionista Manuel Smaniotto quienes
completan el ensamble, siempre bajo la batuta de Ballarin y De Nardi, y es con
esta formación que The Former Life encara el horizonte que se le abre en el
presente año 2012 para reforzar la difusión de los granitos de arena que están
dispuestos a aportar a la escena progresiva de su país.
"Sundering Jewel", la pieza que abre el disco, comienza con un pasaje de piano
rebosante de estilizada belleza donde los acordes y fraseos se pasean con una
pedante ligereza: su extensión da pie al piano para instaurar por sí mismo el
carácter central del tema, el cual termina con un ceremonioso encuadre del
ensamble entero, diseñado para añadir un aire de imponente magnificencia a la
misteriosa melancolía en curso. Las cosas se agilizan de manera relativamente
notoria con "Hijacked", tema instrumental que establece vínculos estilísticos
con Egoband y Mangalla Valis: los músicos demuestran tener un pulso perfecto a
la hora de calibrar los sucesivos momentos de expresividad y sutileza de
acuerdo a las exigencias del desarrollo temático. "Belong To The Stars" está
más ligado al estándar Pink-Floydiano modernizado bajo el paradigma de
Pendragon (y, de forma indirecta, también ligado al Eris Pluvia evolucionado de
"Third Eye Light"). Así, tenemos en este tema una recuperación de la
espiritualidad ceremoniosa antes plasmada en el tema de apertura pero
reactivado a través de un esquema melódico y una arquitectura rítmica definidas
bajo una ingeniería moderadamente fastuosa. "MesmerEyes" tiene la peculiaridad
de sonar a balada neo-prog remozada con una buena dosis de arreglos y cadencias
de corte jazz-pop en su cuerpo central - esto nos lleva un poco a evocar el
buen ejemplo de Gran Turismo Veloce, al menos hasta cierto punto. La pieza
tripartita "London Rain" prosigue, para su primera sección, en la exploración
de las atmósferas y sonoridades predominantes en los dos temas precedentes;
para la dos siguientes secciones, el cuarteto se anima a entrar en una
interesante variedad de ambientes que van desde una robustez alimentada con
calculados ribetes psicodélicos hasta ornamentos coloridos propios de la más
pura esencia del progresivo sinfónico, concluyendo en un epílogo ceremonioso y
candoroso. En bloque, hubiera sido ideal que la canción fuese más larga a fin
de dar mayores espacios de desarrollo y expansión a estas dos últimas
secciones, pero bueno, ésa es tan solo una opinión aproximada sobre algo que ya
está hecho de una manera definitiva. El final de "London Rain" se engarza con
"A Milligram Of Joy", tema que suena y resuena a los legados de Mangala Vallis
y The Flower Kings pre-"Flower Power", incluyendo algunas confluencias con la
vibración melódica concienzudamente elaborada de unos Spock"s Beard. El
momentum generado por el solo de órgano proyecta un brillo especial al asunto,
mientras que el solo de guitarra que le sigue cumple con la misión de aportar
adornos efectivos al aura reflexiva (e n un sentido muy Floydiano del término)
bajo la cual se impulsaba el desarrollo melódico de la pieza. La canción
homónima está a cargo de finalizar el álbum: con un cuerpo central consistente
en una serie bien hilada de climas serenos y contemplativos, la fastuosidad
patente en dicho cuerpo y la inserción de inquietantes pasajes atmosféricos en
el desarrollo temático permiten a la canción reflejar una sensación de misterio
y dramatismo, lo cual repercute en un impactante estímulo final, un imponente
destello antes de cerrar las cortinas y apagar la luz.
En conclusión, tenemos en "Electric Stillness" una muy interesante propuesta de
rock sinfónico para nuestros tiempos, una propuesta enérgica y magnética: para
todos los que pasamos por alto este disco en el año pasado, tenemos una segunda
vía para darle la segunda oportunidad que merece en una próxima re-edición. The
Former Life sabe hacer valer sus méritos como entidad progresiva dentro de un
país tan prolífico en estos menesteres rockero-artísticos como Italia.
César Mendoza
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