Temas
- No Man’s Land
- Hyperborea
- Cinnamon Road
- Sphinx Lightning
Integrantes
- Edgar Froese: sintetizadores, guitarra sintetizada, secuenciador
- Chris Franke: sintetizadores, secuenciador
- Johannes Schmoelling: sintetizadores, secuenciador
Siendo ‘Hyperborea’ el ultimo trabajo que Tangerine Dream grabaria para el
sello Virgin, debo decir que ciertamente se trato de una despedida a lo
grande, pues considero que aqui se concentra buena parte del mejor material
compuesto por la banda durante la era Schmoelling (solo superado por las dos
suites del disco ‘Tangram’). Desde 1980, Johannes Schmoelling unio sus
fuerzas creativas con las de los ya veteranos Edgar Froese y Chris Franke,
aportando al trio una tendencia bien marcada hacia los samplers sintetizados
y los compases secuenciados: esto permitio a TD permeabilizarse a las
influencias tecnopop que por entonces se hicieron tan populares en las FM y
discotecas de Gran Bretaña, la Europa Continental y la costa Oeste de
Norteamerica. Eso si, sin dejar de lado su propio toque de sofisticacion e
inventiva eterea a traves de todo este proceso de modernizacion. Tres de los
cuatro temas de este repetorio superan los 8 minutos de extension, y
muestran un inteligente manejo de texturas de teclado, muy fiel a la
idiosincrasia estilistica de la banda. El unico tema breve es ‘Cinnamon
Road’ (no llega a los 4 minutos), pegadizo y ligero, muy a lo tecnopop en
una linea similar a la de sus paisanos de Kraftwerk y los britanicos de
Ultravox: en el fondo, este numero funciona como una ventana abierta al aire
fresco en medio de un repertorio mayormente solemne y variadamente refinado.
‘No Man’s Land’ da inicio al album con una actitud bastante energica
plasmada en la secuencia ritmica tribal de corte africano bien acompañada
por samplers de flautas de Pan – algo inusual para los patrones habituales
de TD, quienes por lo general prefieren abrir sus discos con sonidos tenues
y/o cosmicos. El empuje tribal de ‘No Man’s Land’ persiste por 9 minutos,
mantenido por leves variaciones de acordes sobre una base de cortinas de
teclado bien definidas: la idea no es tanto jugar con la monotonia como la
de aparentemente evocar el caracter ritualistico de una danza conmemorativa.
A continuacion viene el misterioso tema que da titulo al disco, una hermosa
pieza meditativa que parece reflejar una mirada intimista hacia el lado
mistico de la vida (de hecho, la Hyperborea es la dimension divina
ultraterrenal segun la mitologia clasica griega): los dos motivos que se
suceden a lo largo del tema se apoyan en sencillas pero efectivas
progresiones de acordes traducidas en evocativas cortinas de teclado que
casi parecen “susurrar” al oido del oyente. Un numero grandioso en verdad,
aunque no tanto como la suite ‘Sphinx Lightning’, que con sus casi 20
minutos de extension ocupaba todo el lado B del vinilo. Esta pieza de cinco
secciones recapitula de manera fluida los sabores etnicos del tema 1 y el
espiritu mistico del tema 2, incorporando ademas la huella de la
inescrutable parafernalia sintetizada de los clasicos ‘Phaedra’ y ‘Rubycon’,
y unos tonos del sinfonismo elegante de ‘Force Majeure’. Que quede claro que
estas referencias y guiños al pasado no implican una violacion del espiritu
general del disco, que tal como dijimos al inicio mantiene una afinidad con
la vanguardia electronica de su tiempo: la produccion de sonido y la
articulacion de los dialogos y complementaciones entre los diversos
sintetizadores suena muy a los primeros 80s, aunque ciertamente las
pretensiones artisticas de ‘Sphinx Lightning’ hacen inevitable la referencia
a algunos de los momentos mas gloriosos del TD de los 70s.
En resumen, un disco excelente y exquisito de un Tangerine Dream que aun no
daba muestras de agotamiento creativo: sus mayores virtudes estan en la
conservacion de una genuina frescura en las ideas musicales y una pulcritud
refinada en las bien cuidadas ejecuciones.
Cesar Mendoza
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