Temas
- Cherokee Lane
- Monolight
- Coldwater Canyon
- Desert Dream
Integrantes
- Edgar Froese: sintetizadores, piano, mellotron, guitarras electricas,
efectos
- Chris Franke: sintetizadores, mellotron, secuenciadores, percusion
electronica
- Peter Baumann: sintetizadores, mellotron, piano electrico, secuenciador
“Damas y caballeros, Peter Baumann, Edgar Froese y Chris Franke... Tangerine
Dream!”: asi anuncia el maestro de ceremonias el esplendoroso despliegue
sonoro que habria de conformar el que para muchos (incluido quien escribe)
es el registro en directo definitivo de toda la trayectoria de Tangerine
Dream, “Encore”. Este es el testimonio del trio Froese/Franke/Baumann en su
etapa de maximo esplendor creativo, pleno de fineza estilizada a la vez que
conservaba el fuego vanguardista en el manejo de los recursos electronicos
de teclado y otros varios para crear sus osadas amalgamas musicales. En
general, “Encore” debe ser visto como un broche de oro para esta era, dado
que esta gira europea-norteamericana de 1977 habria de ser la ultima serie
de presentaciones con Baumann en TD.
‘Cherokee Lane’ abre el registro con una onda que me recuerda bastante a la
mezcla de languidez majestuosa y entusiastas entramados electronicos que
caracterizo el esplendor de albumes como “Phaedra” y “Rubycon”, asi como la
segunda parte de ‘Ricochet’. Lo mismo habra de suceder con el tema de cierre
‘Desert Dream’, cuyo espectro sonoro es mas variado y desafiante aun: la
gracia particular de este ultimo proviene de la introduccion de algunas
cortinas de teclado arabigas, las mismas que vienen recicladas de ‘3 AM at
the Border of the Marsh of Okefenekee’, uno de los numeros de “Stratosfear”.
Dado que esta gira sucedio al lanzamiento de este disco en cuestion, no es
de extrañar que haya bastantes elementos de su repertorio insertos en el
material de este concierto. El caso mas notorio es el del esplendoroso
‘Monolight’, una suite de casi 20 minutos de extension que porta un marcado
corte prog sinfonico; entre sus diversas secciones se incluye el motivo
principal de ‘Stratosfear’, y en el cierre, el epilogo clasico de ‘Invisible
Limits’. Mas alla de lo mucho que me gusta el disco “Stratosfear” per se, el
hecho es que ‘Monolight’ es una de las cosas mas hermosas e hipnoticas que
ha creado TD jamas; pero lejos de caer en la tentacion de la condescendencia
que tan peligrosa puede resultar en terminos de caer en lo meloso o lo
previsible, el trio siempre procura introducir algunos momentos
perturbadores que evocan algo sombrio o impenetrable, como efectos de
truenos o algunas disonancias armadas con sutil elegancia. Creo que una de
las mejores estrategias para suceder a un tema tan impresionante como este
sin perder la atencion del oyente es la de ofrecer un numero mas agresivo, y
eso es precisamente lo que hace TD con ‘Coldwater Canyon’, una pieza de 17
minutos y medio de duracion apoyada sobre un compas continuo y una serie de
cortinas y secuencias sintetizadas que mantienen un nivel minimo de
variaciones, con el proposito de crear un paisaje para que la guitarra casi
frippiana de Froese pinte una serie de retazos contundentes en un ejercicio
inteligente de libertad, sin desligarse de la comunion con las bases armadas
por sus dos compañeros.
En suma, solo me queda reiterar algo que dije al inicio: “Encore” refleja a
TD en uno de sus momentos cumbre como creadores e interpretes, y resulta uno
de los discos mas reveladores de la ola progresiva krautrock.
Cesar Mendoza
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