Temas
- CE3
- La Llave Thompson
- Metamorfosis
- A Paip
- Vamo
- El Áspero
- Suspensión
- Bajos
- Arkm... (Parece que se Viene el Diablo)
- Qué Masón
- Vientos de Marte
- Coleman
- Colguín
Integrantes
- Fabricio Moras: teclados, guitarra en 6
- Sebastián Teves: bajo
- Pablo Dalmasso: batería
“Estados” es el segundo disco del ensamble jazz-rockero argentino Sur
Oculto: grabado entre junio y noviembre del año pasado, su salida al mercado
muestra a un grupo bien afiatado que derrocha una energía alucinada y
arrolladora, a la par que mantiene una consideración patente por el aura de
distinción propia de la música jazz. El carácter arrollador de Sur Oculto se
sostiene por la manera tan decidida en que el grupo se dispone a operar como
un power-trío en el sentido más literal del término: parece como si su
sendero esencial fuera el de emanar poder ostensivamente a través de sus
despliegues instrumentales. Éste es el segundo trabajo que sacan al mercado,
sucediendo a un disco-demo que publicaron hace algunos años: “Estados” es su
primer acetato grabado con una producción a nivel profesional.
Ya desde el tema de apertura, ‘CE3’ tenemos una idea de la onda musical que
Sur oculto hace propia: juegos de interacciones entre los tres músicos que
robustamente dan vueltas sobre ideas básicas, explorando algunos de los
filos más agresivos y oscuros del jazz-rock con la incorporación de
ambientes psicodélicos emparentados con el progresivo hard. Las pulsaciones
de piano y bajo son enriquecidos por la solventemente compleja labor
percusiva del baterista en lo rítmico y ornamentos de órgano en lo armónico.
‘La Llave Thompson’ los pone más cerca del sonido tipo Niacin (mención
especial para el lucimiento de Teves), del mismo modo que lo hace la
siguiente, ‘Metamorfosis’, aunque esta vez con un despliegue de neurosis
musical mayor. En ‘Metamorfosis’ el bajo de Teves suena como una mole, lo
cual acentúa la cadencia sincopada de la sección rítmica a la par que
colabora con las ambientaciones propuestas por los teclados de Moras. ‘A
Paip’ comienza con un tenor de jazz clásico con su formato de
piano-bajo-batería, aunque bien pronto las cosas se ponen tan intensas como
en los temas precedentes: el espacio de sus 7 ½ minutos de duración es
aprovechado por la banda para establecer un lucimiento distinguido muy a lo
Chick Corea, incluidos un solo de piano y otro de bajo a lo Les
Claypool-con-Stanley Clarke. Tras el breve interludio funky ‘Vamo’, viene
una pieza realmente explosiva del disco, ‘El Áspero’, en el cual Sur Oculto
explota su faceta más rockera: Moras toma la guitarra y pone fuego a los
riffs. Lo bizarro está puesto por los tenues interludios de piano que crean
un impredecible contraste con el incendio musical que tenía lugar, un
contraste que termina siendo superado por la retoma del motivo de apertura.
‘Suspensión’ apunta hacia lo más lánguido, creando un clima etéreo centrado
en ambientaciones oscuras, las cuales un poco que me recuerdan al
minimalismo tipo krautrock. Tras ‘Bajos’, que es una breve exhibición de
varias pistas de bajo a cargo de Teves, vienen ‘Arkm...’ y ‘Qué Masón’ para
devolvernos la polenta de ‘Metamorfosis’ y ‘El Áspero’. ‘Vientos de Marte’
suena casi como un ritual exótico, con esos compases medio tribales a cargo
de Dalmasso que sostienen las intervenciones espartanas del bajo y los
teclados – imaginemos al ‘Set the Controls for the Heart of the Sun’ de Pink
Floyd con una sonido más estilizadamente moderno y una fastuosidad mucho más
contenida. Esta psicodelia frontal se reitera en ‘Coleman’ (ese ruido
semejante a un viento tormentoso de la intro es ciertamente perturbador),
aunque en esta ocasión lo jazzero vuelve en todo su esplendor, como para
re-crear su propio predominio: el solo de batería pone bastante polenta al
asunto. ‘Colguín’ culmina el disco con una aureola introspectiva, evocativa.
“Estados” es un disco que me parece realmente asombroso: no busquemos
elaboraciones melódicas concienzudas ni pirotecnias exacerbadas en él, sino
juegos de ambientes y montones de matices sonoros que se exploran sin dejar
que el colorido aludido se haga patente. Ésta es la línea de trabajo
compositiva de la que Sur Oculto se apropia, y ciertamente, saben
cristalizarla eficazmente por causa de la fluida confluencia entre los
talentos de los tres componentes.
César Mendoza
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