Temas
- Introduction
- Dareios the Emperor
- Alexander
- Confrontation of the Armies
- The Battle
- Bagoas
- Roxane
- Babylon
- Looking Back
Integrantes
- Robert Jan Stips: teclados, vibráfono, voz
- Ron van Eck: bajos
- Charlie Mariano: saxofones, flauta
- Herman van Boeyen: batería, percusión
Después de la edición de un recopilatorio de lados A de singles y temas en
vivo en la colección “Superstarshine”, vino la crucial gran crisis en la
formación de Supersister: el abandono del flautista y del baterista, debido
precisamente a que ninguno de ellos estaba de acuerdo con la idea de
encaminar el sonido del grupo hacia un marco más plenamente tirado al
jazz-rock de inspiración norteamericana y menos inmersa en las agudas
vibraciones de Soft Machine-con-Zappa que tan fundamentales habían sido
hasta entonces para su idiosincrasia. Stips y van Eck permanecieron en la
banda para seguir adelante con esta visión, y para ello recuperaron el
formato de cuarteto con dos nuevos miembros: un baterista jazzero con un
estilo no muy diferente que el de su predecesor, pero con mayor punche en
sus estructuras rítmicas, y un vientista que daba prioridad al saxo sobre la
flauta. Este último elemento es uno de los más notables en esta nueva etapa
de Supersister, pues los vientos asumen una nueva actitud frente a los
teclados de Stips, siendo así que ocupan incluso un rol explícitamente
protagónico en los vuelos instrumentales del grupo. El breve tema
‘Introduction’ con el que comienza el disco es precisamente un solo de saxo,
puesto ahí como si se quisiera hacer un tipo de declaración – sus acentos
exóticos son adecuados para el tema central de este disco. Y ahora que
menciono esto, completo la información: “Iskander” es un disco conceptual en
torno a la figura de Alejandro Magno. Otro dato llamativo es el
aminoramiento de la presencia de partes cantadas: por lo demás, a pesar de
que el grupo da mayor cabida a la inteligencia musical en detrimento del
relevante humor ágil que tan peculiar huella dejó en los discos de la era
Van Geest, sigue habiendo una envolvente prestancia celebratoria y un
dinamismo cálido en las ideas musicales y sus correspondientes arreglos.
El solo de saxo introductorio está engarzado con “Dareios the Emperor”, una
pieza elaborada sobre un esquema que combina sonoridades de Weather Report y
otras emparentadas con el lado jazzero de Focus (no voy hasta el extremo de
decir que Van der Leer y compañía influyeron a este refaccionado
Supersister, pues la cosa no llega a tanto). Mariano emite ciertas
influencias de Elton Dean, lo cual supone el único vestigio de la influencia
softmachineana. “Alexander” ahonda en la línea de trabajo vertida en el tema
anterior y le añade un aire más épico, y de paso sea dicho, también más
sombrío: ese esquema rítmico marcial y esas casi siniestras cortinas de
órgano organizan un adecuado trasfondo para el neurótico (aunque demasiado
breve) solo de saxo. Cuando el piano eléctrico asume el rol principal en la
base, el saxo cambia de registro y se torna evocativo, aunque la pieza en su
todo íntegro conserva un aura de grisáceo misterio. Los últimos dos minutos
están repletos de exaltado colorido tan majestuoso como lo permite el estilo
esencial de Supersister: todo está exquisitamente orquestado aquí - las
líneas de saxo, las armonías de órgano, los adornos de tímpanos y vibráfono,
e incluso hay una sensación de unísono en los momentos en los que el órgano
y el saxo van en paralelo por caminos de demencia controlada. Tan frustrante
como puede ser para algunos melómanos el que este clímax no sea más extenso,
se perdona por la cándida y juguetona belleza contenida en el siguiente
tema, ‘Confrontation of the Armies’, una pieza donde la banda procura traer
algo de la peculiaridad originaria dentro del nuevo esquema. El quinto tema
‘The Battle’ comienza con una breve orgía de tímpanos (que quizá no hubiese
estado fuera de lugar en uno de los lucimientos de Carl Palmer en la etapa
clásica de ELP), la misma que engañosamente sirve de preludio a un pasaje
etéreo marcado por cortinas de órgano, retazos de saxo barítono y casi
escondidos efluvios de vibráfono. Este pasaje es a su vez un puente
anticipatorio del primer motivo principal, el mismo que me suena a un
híbrido entre Weather Report y Egg (mmm… parece que Supersister no puede ni
quiere desprenderse de su núcleo canterburyano, después de todo). La
emergencia de un interludio de aspecto lánguido ayuda a crear una oportuna
variedad dentro del compacto dinamismo de la pieza – el estupendo solo final
de saxo es explosivo de forma exquisita, y también estupenda fue la entrega
de las partes de batería, pletórica de ingenio y exaltación. Este tema y
‘Alexander’ son los picos absolutos de “Iskander”, debido en no poca medida
a su bien logrado espíritu épico.
Los dos temas que vienen a continuación bajan un poco los decibeles de
esplendor progresivo a favor de un colorido más grácil. ‘Bagoas’ tiene una
aureola coqueta, moderadamente juguetona, asistida por el canto casi
susurrante de Stips y pertinentemente bañada de elementos exóticos en las
percusiones y los fraseos solistas al alimón entre el teclado y la flauta.
‘Roxane’, por su parte, se delinea por un camino más bucólico, penetrando en
un ambiente romántico bien armado, con mucha elegancia y una genuina
capacidad evocadora, especialmente en lo que se refiere a las bellas líneas
de flauta; mientras tanto, Stips da rienda suelta a su faceta más clasicista
en el piano. ‘Babylon’ tiene una duración igual a ‘The Battle’, pero su
orientación es distinta: su esquema se articula sobre una serie de jams
hilvanados sobre variados compases a medio tiempo: una vez más Supersister
nos remite a paralelismos con Weather Report. La sección rítmica se comporta
soberbiamente, con una batería que sabe por dónde ir adornando el asunto y
por dónde plegarse a la comunión con el bajo. A partir del jam que se inicia
en el cuarto minuto, se nota una ampliación de la personalidad en el sonido
del bajo de Van Eck, mientras que Charlie Mariano sigue y sigue solazándose
con sus vuelos de saxo. Las cosas se van poniendo gradualmente más intensas
a medida que nos acercamos al clímax, el cual incluye una secuencia de solos
parciales de batería. ‘Looking Back’ completa los últimos 4 ½ minutos del
disco, con un aire medianamente tirado al Latin jazz lento (ya hemos
encontrado este recurso en pasajes sueltos de su discos anteriores) – la
triangulación armada por el bajo, flauta y piano eléctrico aterriza en una
coda consistente en una retoma del solo de saxo que conformaba
‘Introduction’. Este final en círculo designa el fin de nuestra experiencia
melómana con “Iskander”, una obra un tanto distinta dentro de la ideología
de Supersister – se extraña el brillo peculiar de la era Van Geest, pero
también estos renovados trayectos estilísticos merecen la aprobación del
melómano más exigente.
César Mendoza
|