No recuerdo haber leido ninguna mencion a este disco en LCDM. Bueno,
despues de todo soy un relativo recien llegado a ella: la vengo leyendo
apenas desde el numero 174, asi que me disculpan si estoy lloviendo
sobre mojado. Creo que todos los fans de Steve deben dedicarle unas
buenas horas a degustar este trabajo. Es el homenaje que le rinde un
artista en su brillante madurez a otro que marco sus agnos mozos, no
tanto por la huella musical que haya podido dejar, sino por lo que
podriamos llamar la huella emocional. Steve decia en una entrevista que
Bob Dylan habia marcado su adolescencia en cuanto que lo habia
confirmado en su intuicion de que queria ser un rebelde, no tanto en el
sentido de un rebelde social, sino en el sentido de que el no estaba
dispuesto a llevar una vida convencional, con un trabajo convencional y
una rutina convencional. No, el lo que queria era ser musico, y fue Bob
Dylan, con sus maneras, con su postura ante la vida, con esa mirada de
poeta desgregnado con la que contemplaba el mundo, quien lo confirmo en
su intencion de no ser como los demas. No en balde Steve llamo a su hijo
Dylan, asi que el hombre se tomaba en serio su idolatria por el bardo.
Entonces, cajeros, es a Bob Dylan a quien debemos que Steve nos haya
regalado su vida dedicandola a la musica. Pasaron los agnos, Steve se
convirtio en un gigante de la guitarra, una referencia obligada en el
mundo del rock a la hora de hablar de los grandes guitarristas del
genero, y he aqui que creyo llegado el momento de homenajear a su
heroe, para lo cual selecciono 12 canciones del cantautor, les hizo sus
propios arreglos aqui y alla con su conocido ensamble de guitarras, y se
busco a un dream-team de cantantes (bueno, debo agregar que el tambien
se incluyo). El resultado es un disco que derrama sinceridad y
honestidad por todos lados, y que contiene varios momentos dignos de
recordacion. El detalle de las canciones lo pueden encontrar en
cualquier site de esos que abundan en la red hoy en dia, pero basteme
decir que mis favoritas son la numero 1, Sad-eyed lady of the low-lands
(canta Jon Anderson, y el resultado es completamente inesperado: ¿hay
una sola voz en todo el rock que parezca ser la menos apropiada para una
cancion de Bob Dylan? Pues bien, la cancion es majestuosa, y desde ya
una de mis preferidas del repertorio de Jon); la numero 3, It's all over
now baby blue, cantada por Annie Haslam, de Renaissance (de quien por
cierto se dice que estan grabando un nuevo album este agno); la numero
7, Lonesome death of Hattie Carroll, cantada por Dean Dyson, una
tristisima cancion que cuenta una historia de crimenes e impunidades, y
por supuesto la 8, Lay, lady Lay, cantada por Keith West, mas por
costumbre y gusto de la cancion que por otra cosa. Las canciones
cantadas por Steve, que son 4, tienen la rara virtud de transmitir una
tristeza que yo creo que es implicita a su voz, y que todos descubrimos
desde su primer album Beginnings. En definitiva, un trabajo que no tiene
nada que ver con el prog (no esperen encontrar aqui una version
a-la-America, recuerden lo que hizo Yes con la cancion de Paul Simon),
pero si un sentido homenaje de uno de los grandes guitarristas del prog
a un viejo maestro.
Daniel
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