Temas
- Ombres (2:44)
- Tristesse (4:35)
- Intuition (13:07)
- Voir (6:34)
- Ouverture (1:22)
- Conscience (5:05)
- Connaitre (8:12)
- Etre (6:20)
- Unité (10:55)
Integrantes
- Nicolas Candé: batería
- Florent Gac: piano Fender Rhodes
- Natacha Jouet: voz
- Guillaume Laurent: saxofones
- Christophe Blondel: bajo Fender
- Nicolas Goulay: piano Fender Rhodes, sintetizador Mini-Moog
Colaboradores - Benoit Bugeia (piano Fender Rhodes), Mathilde Maisse (voz),
Yves Marie Dien (percusión), James Mc Gaw (guitarra)
Desde la cuna de la vanguardia progresiva zeuhl siguen emergiendo bandas de
nueva generación dispuestas a preservar y reactivar los magníficos legados
musicales que Magma, Zao, Rhesus O, Vortex y otros grupos iniciadores del
género. Setna, el ensamble que traemos a colación en esta reseña, surgió de un
conglomerado de músicos que provenían de las canteras del free-jazz y la
fusión, quienes se juntaron en 2001 para tocar jams en festivales: mientras las
actuaciones se sucedían y nuevos miembros se iban sumando a la formación, iba
surgiendo material original encuadrado dentro de un sólido híbrido de jazz-rock
experimental y zeuhl clásico, material que finalmente vio la luz en la forma de
este disco debut titulado "Cycle 1". Hoy por hoy existe un grupo llamado
Xing-Sa que se deriva de Setna y que en este año 2010 ha lanzado una estupenda
obra titulada "Creation d'el Univers": entender a uno de estos grupos implica
también conocer y entender al otro. Volviendo a Setna, lo que pasa en este
disco parece ser un concepto centrado en el tránsito gradual y sopesado desde
la oscuridad hasta la conciencia: el primer tema se titula 'Sombras' en
español, y el último se titula 'Unidad', en alusión a la convergencia plena
entre la conciencia y el ser dentro de lo que denominamos conocimiento.
Vayamos en este momento al repertorio mismo. 'Ombres' comienza con unas
calmadas notas de piano eléctrico que sutilmente van anunciando el caóticamente
ceremonioso ingreso del ensamble en pleno. Con un momentum de intensidad
exquisita y controlada ya armado, 'Tristesse' surge para instalar una
cadenciosa manifestación de jazz-fusión nostálgico y delicadamente sombrío en
9/8. Algunos adornos de sintetizador parecen traer una amenaza perturbadora,
pero se trata finalmente de un pasaje de efímera inquietud. 'Intuition' ofrece
un pasaje extenso de magnificencia tremendamente sobria: la calculada suavidad
ejercida por la dupla rítmica y los etéreos acordes económicos de los dos
pianos eléctricos (debe haber algún tipo de genialidad en hacer que dos
instrumentos suenen como uno en dosis suave de expresividad) gestan un esquema
adecuado para las evocativas intervenciones del canto femenino y el saxo
soprano. 'Voir' desarrolla una atmósfera más pulsátil sin dejar de dar
preeminencia a las cadencias contenidas (alternando 5/4 y 6/4): aquí se respira
un aire de tensión diferente al de cualquiera de los temas precedentes, y eso
que el esquema instrumental general sigue siendo envolvente y mayormente sutil,
pero de todas maneras se advierte una actitud más explícita a la hora de
generar colorido musical. 'Ouverture' se engarza naturalmente con 'Voir' para
tender un puente de impecable fluidez con 'Conscience', pieza que muy bien
puede definirse como una partitura perdida del Magma pre-"Udu Wudu" arreglada y
ejecutada por un tinglado de músicos de Zao y Potemkine. La pauta rítmica en
7/8 está manejada pulcramente en clave Latin-jazz, un recurso útil a la hora de
preservar la cristalina dinámica en curso. Cuando llega el momento de
'Connaitre', regresan los climas calmados y contemplativos, como si se tratase
ahora de transmitir un retrato sonoro del vuelo intelectual inherente al acto
de conocer y encuadrar un objeto de atención en conceptos. Los cósmicos
ornamentos de sintetizador que entran a tallar en medio de los sobrios vuelos
del saxo conforman uno de los matices sónicos mejor logrados de todo el disco.
'Etre' porta un aura bastante señorial en su particular recapitulación de los
aires fusionescos de 'Conscience' y la vibración contemplativa de 'Connaitre'.
El punto culminante del disco llega con 'Unité', toda una exhibición de intenso
jazz-rock que le saca el jugo a sus casi 11 minutos de duración. Contando con
la presencia de un invitado a la guitarra, Setna desarrolla una dosis especial
de fuerza que alcanza su clímax en el explayamiento simultáneo del Moog y la
guitarra, previo a la coda etérea de piano eléctrico que retoma la atmósfera
inicial de 'Ombres'.
Setna deja constancia de su talento y creatividad al servicio de todos los
nostálgicos del zeuhl que todavía existen por ahí como un subconjunto
importante de coleccionistas progresivos alrededor del mundo. "Cycle 1" es un
disco auténticamente digno de apreciación.
César Mendoza
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