Temas
- Enilek (8:25)
- Douz (7:16)
- L'an 01 (6:26)
- Béba (8:40)
- Ceux d'En Face (6:39)
- Voyage Au Bout De La Nuit (19:15)
Integrantes
- Anthony Béard: bajo
- Fransois Mignot: guitarra
- Jeremy Van Quackebeke: piano
- Guillaume Lagache: saxofón alto
- Francois Thollot: batería
Scherzoo es un nuevo proyecto de música progresiva vanguardista encauzado por
el multi-instrumentista Francois Thollot, quien para la ocasión se pone detrás
de los tambores, bombos y platillos para formar parte de la dupla rítmica. Las
huellas de Eskaton y el Zao de la etapa "Kawana" son fáciles de advertir,
aunque Scherzoo asume una dosis extra de fuerza expresiva que los sitúa muy en
línea con otros nombres contemporáneos del zeuhl como Neom y Setna, con el
atenuante de que el enfoque abordado por Scherzoo da preferencia a sonoridades
un poco más adustas, por tanto, menos estilizadas que las expuestas por los dos
grupos antes mencionados. Algunos de los temas de este disco debut de Scherzoo
son versiones nuevas de alguno de los discos solistas de Thollot: el asunto
ahora es darles un vigor nuevo a partir de un formato grupal constante.
'Enilek' ocupa los primeros 8 minutos y pico del álbum, ofreciendo desde ya una
descarga grupal sin mayores preámbulos ni tanteos, de frente encarando la
situación con una armazón rítmica efectiva y un saxo que no demora ni 5
segundos en desarrollar fraseos neuróticos: poco después de pasada la barrera
de los 2 minutos y medio, se inicia un interludio sereno y sutilmente sombrío
antes de que el ensamble en pleno retome el motivo inicial y explore su
potencial hacia niveles más elevados de vitalidad y fiereza. La idea temática
se completa con un nuevo interludio y una breve coda explosiva; así, tenemos
que la pieza dio dos vueltas sobre su propio eje para asentarse de una forma lo
suficientemente llamativa como para causar un impacto contundente al inicio del
repertorio. 'Douz' sigue a continuación para seguir explorando las vías
iniciadas por el primer tema y generar desde ellas senderos más sofisticados en
los que el ímpetu se maneja con creciente esplendor. Aparte de la siempre
destacada labor del saxo, vale destacar el determinante despliegue de las
líneas de bajo a la hora de sostener los pasajes de ambientación más contenida,
un bajo muy genuinamente crimsoniano. En general, esta pieza encarna un punto
culminante del disco. 'L'an 01' tiene un esquema un poco más firme que los dos
temas que le precedieron, asentándose sobre una consistente cadencia jazzera
que reafirma inconfundiblemente el nexo con el legado de Eskaton, mientras que
las influencias de Return To Forever y Zappa se filtran de alguna manera.
'Béba' mantiene una prestancia de elegante robustez sónica que en buena medida
recibe las vibraciones de 'Enilek' y 'Douz', inclinándose así por enfatizar
muchas de las ambientaciones más densas que se habían expuesto en éstas. Por su
parte, 'Ceux d'En Face' se orienta principalmente hacia el armado y la
preservación de un swing llamativo, lo cual la emparenta con 'L'an 01' hasta
cierto punto: en comparación, 'Ceux d'En Face' resulta menos extrovertida, y
por ende, más afiliada a la exquisita neurosis musical que ha venido marcando
los mayores recovecos instrumentales generados por el ensamble. Con todo, no
deja de ser una pieza mayormente amable. 'Voyage Au Bout De La Nuit' es la
pieza encargada de ocupar los últimos 19 minutos del álbum. sus primeros
minutos se centran en reiterar el factor jazzero del grupo aunque dejando en
claro su solvente ligazón con las herencias del zeuhl clásico. Las florituras
arabescas del saxo que marcan el motivo más recurrente plasman un aura
extrovertida bastante atractiva. A poco de pasada la barrera del quinto minuto
y medio, pasamos a una sección misteriosa donde los espartanos acordes de piano
eléctrico y las líneas del bajo establecen la base para la atmósfera
engañosamente cansina en curso, aunque en realidad se trata de un momento de
tensión parcialmente contenida: los cósmicos efectos de sintetizador en el
trasfondo y los torturados vuelos del saxo dan plena constancia de la energía
patente que escoge parajes un tanto rebuscados para dibujar su manifestación.
Lo que sucede a partir del décimo minuto es el ingreso de una ilustre
demostración de matices crimsonianos coloreados con brochazos canterburianos
oportunamente curtidos para la ocasión, no muy larga pero sí con bastante
carácter como para provocar la gestación de un bien logrado contraste con el
grisáceo pasaje calmado que le sucede. Así pues, a pocos segundos de pasado el
cuarto de hora, la banda regresa a momentos expansiva extroversión, retomando
también algunos momentos de neurosis aunque sin asumir dosis especialmente
recargadas, lo cual hace que el tránsito hacia el pasaje contenido del final se
vaya armando de forma muy natural.
He aquí todo lo que podemos decir sobre la dinámica musical de Scherzoo, su
opción estética en pos de la reavivación de una tradición específica, su manera
de generar una propuesta ágil y consistentemente expresiva para la vanguardia
progresiva de nuestros días: "01" será un disco a tener muy en cuenta cuando
llegue la hora de hacer un balance general de la música progresiva hecha en
2011.
César Mendoza
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