Temas
- 309 (8:49)
- Mladek (7:39)
- Schipol (6:15)
- Atackla (7:27)
- Batu (10:06)
- Praise Be Man (4:26)
Integrantes
- Mike Sullivan: guitarras
- Dave Turncrantz: batería
- Brian Cook: bajo
Invitado - Phil Karnats (acordeón, cello)
Fundado en Chicago en 2004, Russian Circles es una de las bandas más activas e
influyentes dentro de la vanguardia post-metalera del momento. Ocupando un
sitial magnético que otrora ocupaban grupos ya fenecidos o no tan activos como
en otros tiempos (Isis, Pelican, maudlin Of The Well), la banda nos brinda su
oferta fonográfica para el año 2011, "Empros". Se trata de su cuarto CD de
larga duración dentro de una discografía que también incluye algunos EPs (ya
sea en exclusiva o compartido con otro grupo colega) y bootlegs semi-oficiales
en vivo. Dentro de la dinámica estética ejercida consistentemente por Russian
Circles, "Empros" no es un disco diseñado para romper esquemas pero sí es un
muestrario de que la banda sigue siendo muy creativa dentro de los parámetros
musicales que se ha marcado: de hecho, este disco está signado por mostrar más
recursos de contundencia sonora y una inteligente variedad de trucos
psicodélicos que ornamentan, abren o cierran muchas de las ideas musicales
contenidas en el repertorio. Ya hay varios comentaristas internautas expertos
en las áreas del post-rock, post-metal y stoner que se aventuran a designar a
"Empros" como el mejor disco de RC hasta la fecha.
"309" abre el disco con un ímpetu magnífico y fulguroso tras un breve preludio
cósmico. De hecho, a poco de pasar la barrera del tercer minuto, la pieza
empieza a aumentar la garra antes de desviarse hacia terrenos más sutiles,
primero mediante un decrecimiento de la polenta rítmica, y luego con la
ampliación de matices grisáceos al motivo central. Con esto último, los riffs y
fraseos finales de la guitarra adquieren una muscularidad más tensa en camino
hacia el clímax final. Conectado con este primer tema, "Mladik" ofrece una
muestra de vigor electrizante y a la vez contenido, producto de la
triangulación desarrollada entre los inteligentes juegos de riffs, las
moderadamente coloridas líneas de bajo y la precisa arquitectura rítmica de la
batería. Los pasajes más fuertes se asientan sobre la inercia generada por la
robustez de "309". Cuando llegamos a "Schipol", nos adentramos en frondosas
florestas de nostalgia donde el alma reposa para ahondar en sus propios
cimientos espirituales: la mayor parte del tiempo, el motivo central de se
desarrolla de una manera muy controlada, al modo de una luz latente que solo
emite chispazos, para finalmente desbordarse en su luminosidad sin que se
distorsione la cadencia rítmica de base. "Atackla" empieza haciéndose eco de
esta nostalgia introspectiva, pero eso sucede solamente en la sección de
apertura, pues una vez que se instala la escala recurrente en 3/4 sobre la cual
se sostiene el cuerpo central, la banda modela y va afianzando sostenidamente
una densidad bastante filuda. Una etérea capa sónica minimalista sirve
simultáneamente como coda de esta pieza y puente hacia la siguiente, "Batu", la
cual se erige como la más extensa del disco con su espacio de 10 minutos y poco
más. Comenzando con una cadencia arrastrada que sustenta a una obertura de
amplio cariz siniestro, la pieza seguidamente deriva hacia dimensiones un poco
más extrovertidas, cambiando así lo siniestro por lo aguerrido. Entre estas dos
vertientes se enmarca el desarrollo sónico hasta poco después de pasar la
barrera del sexto minuto, que es cuando emerge una flotante capa minimalista
que incita emociones elegíacas. El último tema del álbum "Praise Be Man", es
una balada post-rockera cuya envolvente languidez atmosférica tiene un cierto
aire a Do Make Say Think, así como a GYBE!, aparte de ciertas connotaciones
inspiradas en el legado del no-wave.
Todo esto fue "Empros", álbum que vuelve a renovar la posición de Russian
Circles dentro de la avanzada rockera de la actual escena estadounidense. La
pleitesía de su hinchada sigue estando plenamente justificada, así como la
posibilidad de expandir su público.
César Mendoza
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