Temas
- Dioscuros
- Letargia
- Semjases
- Ocelos
Integrantes
- Pilar Núñez: voz soprano
- Bárbara Wilson: voz contralto
- Morus: teclados
- Pablo Lizana: guitarra y bajo
- Óscar Arias: batería
Tras cinco años de formado en la localidad de Antofagasta, el grupo chileno
R-U KAISER lanza al mercado su disco debut, el cual supone también el debut
del sello Watcher Récords (www.watcher.cl). El sonido del grupo es potente y
fastuoso, aunque sin recurrir tanto a lo estrepitoso como a lo épico, algo
que tiene mucho sentido con la prioridad de orquestaciones envolventes y
atmósferas cósmicas que Morus proporciona a través de sus teclados; por
supuesto, cuando solea, la parafernalia es fácil de notar, aunque tales
solos (casi siempre con sonidos de Moog) tienen una pirotecnia medida. El
empleo de vocalizaciones duales femeninas también ayuda a realzar este tenor
épico, teniendo en cuenta que sus estilos se engarzan con lo operático. El
sonido de la banda, a modo de referencia, es como una confluencia entre
Ayreon, el Wakeman de los últimos años, Glass Hammer, además de sus paisanos
de Entrance y Matraz – el empleo de recursos propios de la psicodelia
electrónica ayuda a crear un contrapeso eficaz a las tendencias pomposas
provenientes de las anteriores influencias mencionadas. El disco en sí no es
muy largo, pues dura apenas 35 minutos, pero tres de los cuatro temas de su
repertorio duran entre 8 ¾ y 11 minutos, lo cual revela la intención de R-U
Kaiser por explotar debidamente las expansiones de los motivos que conforman
las sucesivas canciones.
Los primeros 9 minutos del disco están ocupados por el llamativo tema
‘Dioscuros’, el cual muestra de frente y sin mayores preámbulos a la faceta
explosiva del grupo: la labor de los teclados se mueve entre Wakeman,
Emerson y Ozric Tentacles, mientras que la triangulación organizada por la
dupla rítmica y la guitarra atornillan al sonido grupal a un cimiento
parcialmente inspirado en el prog-metal. Las letras, organizadas al modo del
canto de un relato entrecortado, parecen estar a cargo de presentar las
situaciones aludidas en forma de sonido por los diversos viajes
instrumentales concatenados. ‘Letargia’ cambia totalmente de registro,
pasando a un ambiente más contemplativo, con unos arreglos de piano que
introducen el paisaje con la complicidad de ruidos de oleajes. Cuando la
instrumentación general se va asentando, nos topamos con una serie de
pasajes que van entre lo melancólico y lo onírico: yo personalmente destaco
ese pasaje de armonio sintetizado que al poco rato es sustituido por
arpegios de guitarra. Todo está organizado de manera muy controlada, con
matices muy bien dispuestos a fin de mantener una delicada cohesión en una
dimensión consistentemente etérea – me recuerda un poco a Matraz en sus
momentos más introspectivos, aunque con esto no pretendo en lo absoluto
desestimar la originalidad de esta banda que tenemos aquí. El final con
sonidos reminiscentes al mellotron y al VCS3 resulta una oportuna
incorporación de elementos a lo Tangerine Dream 74-77 para así crear un
cierre místico. ‘Semjases’ comienza con una continuación del paisaje etéreo
precedente como una breve catapulta hacia un ejercicio de space-rock
impregnado de cadencias melódicas sinfónicas en alternancia con otros
pasajes más pesados, algo así como un híbrido entre Ozric Tentacles, Rick
Wakeman y el Dream Theater del “Images at Words”. Me da la impresión de que
esta pieza se pudo beneficiar de una mayor expansión para ciertos motivos,
lo cual hubiese resultado interesante para el desarrollo del mismo y la
acentuación de la pieza como un todo. De todas maneras, el balance general
sobre este tema debe ser positivo, aunque no iguala el fulgor plasmado en el
tema de entrada. El último tema es el homónimo. Siguiendo con la lógica del
álbum, esta pieza comienza como una especie de continuación de las
atmósferas prioritarias del anterior, aunque esta vez puedo decir que la
ilación de los diversos motivos y el desarrollo de los mismos resultan más
contundentes. Una vez más, para que el lector de esta reseña se pueda formar
una idea, me remito al paralelo con Entrance en su faceta más explícitamente
pomposa (las suites de su disco “En la Tierra”). Con esta mención me refiero
indirectamente a la confluencia de la tradición ELP-Yessiana con la
modernizada actitud del prog-metal. En especial, la segunda mitad de esta
pieza de casi 11 minutos de duración resulta una significativa compilación
de las más saltantes virtudes artísticas del grupo.
R-U Kaiser es una banda obediente a las reglas del rock progresivo, y a la
vez, se nota una intención de crear una sonoridad propia y moderna dentro de
esta actitud. “Ocelos” es una obra eficaz y llamativa, idónea para el presto
disfrute del fan promedio del rock sinfónico.
César Mendoza
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