Temas
- Hyderomastgroningem
- Brixon Varromicks
- 0’33”
- Economic Mond Possa
- Pig Brag Crack
- Prrifth
- Pontemcorary Music # 1
- Zurna Taksim
- Comme a la Radio
- Gravestone
- Memories of Zworrisdesh
- Skyscraper
- Doinnen Vlast
- Stone Eater
- Pontemcorary Music # 2
- Del Fanci Kant
- Bonze from Hell
- Speed Ball
- Ordinary People in idaho
- Bliezzaning Moltz
Integrantes
- Tatsuya Yoshida: bateria, percusion, voz
- Ryuichi Masuda: bajo, radio, voz
Si existe algo asi como una divinidad encarnada del lado mas bizarro del
rock experimental, el power-duo Ruins es uno de los mas firmes candidatos
para ser considerado tal. Con una alucinada oferta donde confluyen las aguas
respectivas del RIO, el zheul, el jazz-rock, el punk-rock, el thrash-metal,
el crimsonismo, la farsa dadaista zappiana, la musica concreta y la
vanguardia psicodelica a lo Faust, todas ellas en su maximo grado de
ebullicion. Y si, este vendaval sonoro esta creado por dos instrumentistas:
un baterista/percusionista llamado Tatsura Yoshida, quien es lider y unico
miembro constante del grupo a traves de toda su trayectoria, y un bajista de
turno dispuesto a mandarse con la variante de 6 cuerdas – en este caso,
Ryuichi Masuda, quien tambien aporta trucos sonoros con un radiotransmisor.
El empleo de vocalizaciones onomatopeyicas y cantos en falsete y otras
distorsiones varias ayuda a crear ese halo combinado de imprecacion,
travesura, burla y furia que inunda el repertorio de este disco. En efecto,
las vocalizaciones operan como un complemento al vendaval provisto por los
instrumentos. Solo tengo este item de Ruins en mi coleccion hasta ahora,
pero puedo asegurar desde ya que he sido capaz de captar la linea musical
del grupo: en muchos sitios de Internet he leido que “Hyderomastgroningem”
es uno de sus discos mas celebrados por los conocedores. Como dato curioso,
cabe indicar que este disco esta dedicado a la memoria de John Cage, el
paladin de la vanguardia musical academica de la 1ra. mitad del siglo
pasado.
El homonimo tema de entrada envia una breve descarga de perturbacion
moderada, pero para cuando llegamos al siguiente, las cosas si se ponen
horrendas: claro esta, horrendas bajo los parametros de la experimentacion
autoindulgente y nada complaciente, en una aventura que se extiende mas alla
de los nueve minutos y medio. Semejantes indicios de aberracion sonora se
hallaremos despues en ‘Del Fanci Kant’ Mas adelante nos encontramos con
‘Prrifth’ [aun no me entra en la cabeza que ese alucinado solo de guitarra
que explota sobre las notas de marimba esta ejecutada por un bajo, pero
bueno, quien soy yo para discutir a los editores de los creditos], los dos
‘Pontemcorary Music’, y la estupenda clausura ‘Bliezzaning Moltz’, todas
ellas piezas que exhiben una suerte de estilizacion en medio del despliegue
de neurosis autodestructiva que el disco destila a raudales. ‘0’33”’, ‘Bonze
from Hell’ y ‘Comme a la Radio’ son sendas exhibiciones vocales alucinadas
que, a pesar de su notoria brevedad, logran crear toda una experiencia
estetica de crispacion y aturdimiento. ‘Gravestone’ y ‘Stone Eater’ exponen
un sonido crimsoniano-metalero con corales circenses: incluso Ruins puede
componer un tema con cierta dosis de gancho, siendo asi que lo mismo sucede
con ‘Memories of Zworridesh’, uno de los temas mas alevosamente graciosos
del disco (algo asi como un Primus a la quinta potencia). Para quien quiera
mas experimentacion meta-Primus, alli esta ‘Ordinary People in Idaho’.
En concisas palabras, “Hyderomastgroningem” me parece toda una joya de rock
experimental: no lo puedo recomendar de entrada para los acerrimos de los
parametros melodicos del sinfonismo, sino, en principio, a aquellos que
disfrutan a rabiar de la faceta mas energica de Magma, los delirios burlones
de Primus y Zappa cuando estan en su sazon y/o la deconstruccion radical
post-moderna del RIO, o tambien aquellos que se hayan preguntado alguna vez
a que hubiera sonado Samla Mammas Manna si hubiera padecido una
psicopatologia criminal. Ruins es un grupo que no ha de pasar desapercibido
a ningun oyente... ni siquiera a aquel que no entre en su onda. Pero aquel
que si lo haga, encontrara en Ruins un interlocutor ideal para su lado mas
“autodestructivo”: su manera tan bella de desafiar la belleza me parece
cautivante, mas alla de las leyes habituales (o mejor dicho, aburguesadas)
del disfrute, algo virtualmente inaguantable que sobrepasa cualquier
concepto estetico que podamos tener antes de colocar el disco bajo la lente
laser y que nos invita a escalar las montañas de nuestro yo a fin de
trascender sus alturas.
Cesar Mendoza
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