Temas
- Porciones Bajas
- Las Polillas
- Nube Baja
- La Vigilia y el Nácar
- Desenso Sedoso
- Primer Manual Para lo Inexpresivo
- Almuerzo
- Mi Brazo Roto
- El Verdadero Dios
- Tres Cosas Incesantes I
- Tres Cosas Incesantes II
- Todo Está en Descanso
- Anna y las Palmas
Rubén d’Hers: guitarras, piano, violín, bajo, procesadores y efectos de
sonido
El aventurero músico caraqueño Rubén d’Hers, una de las fuerzas creativas
del ensamble progresivo experimental venezolano kRé, también tiene mucho que
decir como solista. Su primer trabajo solista es “Todo Está en Descanso”,
una trama musical seriamente comprometida con el minimalismo, la
ambientación electrónica, el post-rock y la musique concrete. Las intensivas
manipulaciones de las cintas magnetofónicas operan más como un instrumento
que como un mero recurso tecnológico. La serie de imágenes mentales
motivadas por el repertorio de este disco alude a paisajes irreales y
atmósferas etéreas plagadas de misterio, niebla y magia inescrutable. Todo
eso en el lapso de una hora y medio minuto.
‘Porciones Bajas’ comienza con ambientes tétricos armados bajo una aureola
distante donde capas irreales y aleatorias escalas disonantes se confunden
en un efluvio concreto. ‘Las Polillas’ tiene, por el contrario, una
tendencia a la candidez merced a las imágenes aludidas por los solitarios
acordes de guitarra, los mismos que sirven para dirigir el desarrollo de las
capas sonoras que se van sumando y escondiendo cuales olas en la playa.
‘Nube Baja’ tiene una tendencia más oscura, definitivamente enmarcada bajo
(que no absorbida por) la huella del chamber-rock o RIO en su dimensión más
recalcitrantemente reconstructiva. La serie de inquietantes retazos de
violines múltiples establece una constante bizarra a contrapelo de las
inconstantes apariciones de la guitarra, las mismas que emergen y
desaparecen cuales traviesos espectros en una mansión abandonada y
decadente. Luego surge una brisa opresiva como si se hubiese abierto al
ventana a un mundo aun más aterrador: esto es más un paisaje musical que
música en el sentido habitual del término. ‘La Vigilia y el Nácar’ es un
homenaje a los paisajes oníricos del post-rock en su prototipo más lánguido:
los efectos (“naturales” y artificiales) y acordes de guitarra exponen un
retrato prodigioso de melancolía contemplativa en un ambiente otoñal,
mientras que ‘Desenso Sedoso’ continúa explorando esta veta con incorporados
alientos de minimalismo electrónico, para nada ajenos a la influencia de la
vertiente más espacialmente onírica de la primera oleada del krautrock
(p.e., Cluster, Klaus Schulze). Definitivamente, gracias a esos etéreos
rasgueos de guitarra acústica, ‘Desenso Sedoso’ es un número bastante cálido
en medio de este contexto. Otro tema que más adelante apelará a ambientes
similares es el octavo, ‘Mi Brazo Roto’, aunque a mitad de camino se enrumba
por matices sonoros más inquietantes, como creando una exaltación de la
mente encerrada en su propio cubículo espiritual. ‘Primer Manual de lo
Inexpresivo’ es, esencialmente, un mini-catálogo de efectos: pura
deconstrucción de las formas habituales, como si se tratara de un homenaje
al movimiento multi-artístico Fluxus. ‘Almuerzo ‘sigue el mismo camino pero
apunta al señalamiento de una cadencia rítmica concreta, armada con lo que
parecen ser efectos de sonido que reciclan sonidos bucales tales como
jadeos, absorciones, movimientos de la mandíbula,… Con sus ásperos rasgueos
lentos de guitarra y sus atmósferas de desgarradora melancolía manifestadas
por la orquestación de violines, ‘El Verdadero Dios’ nos remite más
directamente al padrinazgo de Sigur Rós. La dupla de los temas ‘Tres Cosas
Incesantes’ ofrece sendos collages de ideas que van fluctuando y
sucediéndose bajo un arropamiento de capas mínimas sostenidas en el aire
como un mismo cielo que contempla las cosas que pasan y pasan en el círculo
perpetuo de la vida. La tendencia distante de la producción sonora da un
aspecto de raro ensueño al asunto, incluso en las ideas más bizarras. Y de
hecho que las hay en buenas dosis, como ese lamento surrealista de violín
con el que concluye la segunda pieza de esta dupla. El tema homónimo es, en
buena medida, una continuación de los aspectos más recurrentes del díptico
precedente, aunque viene adornado por tarareos en falseto (muy semejantes al
registro vocal de Jónsi Birgisson, de Sigur Rós). Estas alusiones al
post-rock sirven para, una vez más, engarzar con la siguiente pieza, ‘Anna y
las Palmas’, la misma que cierra el disco. En compás de tres cuartos, los
retazos de guitarra, capas sonoras y tarareos en falsete están lejos de
suponer un misterio en cuanto a las fuentes de inspiración
“Todo está en Descanso” es un disco muy especial, presto a ser degustado con
una disposición particular y a ser disfrutado con nuevos esquemas mentales
que el oyente deberá ir armando tentativamente a medida que va fluyendo el
repertorio. Éste es un disco variado y coherente por igual, y a pesar del
racimo de influencias, también un manifiesto de originalidad creativa. Rubén
d’Hers es un verdadero visionario de la música contemporánea, y realmente
creo que su legado presente resulta lo suficientemente valioso como para que
se lo valore y difunda como merece. Este disco puede bajarse desde la misma
página web del músico: visitar el enlace
http://www.dhersmuzik.com/download.php
César Mendoza
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