Temas
Part One ‘neither here…’
- Just a Bit
- Old Europe
- Tom Hay’s Fox
- Forest
- Beware
- Cuckoo Madame
- Raining in My Heart
- Lullaby for Hamza Part Two ‘…nor there’
- Trickle Down
- Insensatez
- Mister E
- Lullaloop
- Life is Sheep
- Foreign Accents
- Brian the Fox
- La Ahada Yalam
Robert Wyatt: voz, bateria, piano, teclados, percusion, trompeta, corneta
Colaboradores – Jamie Johnson (bajo, coros), Phil Manzanera, Brian Eno y
Alfreda Benge (coros), Yaron Stavi (contrabajo), Gilad Aramon (saxos,
clarinete, flauta), Annie Whitehead (trombon), David Gilmour y Paul Weller
(guitarra), Karen Mantler (armonica, teclados, coros)
“Cuckooland” es uno de los discos mas impresionantes e impactantes del año
2003, y cuanto mas pienso en ello, mas lamento haberlo descubierto recien
ahora que ya paso la primera mitad del 2004. Continuando con ese sello denso
y melancolico que lo ha caracterizado de forma tan consistente desde
aquellos lejanos tiempos de “Rock Bottom”, este disco sigue en buena parte
la huella introspectiva e inescrutablemente relajada que ya se hallaba
presente en “Dondestan”, pero en esta ocasion la instrumentacion es mas
prolija y notoria, como ya sucedia en “Shleep”. En especial, se destaca el
gran peso que asumen los metales en casi todos los temas de este disco,
siendo asi que el mismo Wyatt se encarga con poco disimulado entusiasmo de
las partes de trompeta y corneta. La fastuosidad del repertorio de
“Cuckooland” no se encuentra en la elaboracion composiciones enredadas o
presentacion de temas de pretencioso aliento, pues a la hora de diseñar sus
ideas musicales, Wyatt sigue orientandose por el manejo de una cantidad
limitada de acordes y sutiles giros sorpresivos de estos. Mas bien la
complejidad radica en la manera tan intensa con que la seccion ritmica
maneja la magia del jazz (incluyendo el sutil protagonismo de parte del
contrabajo cada vez que aparece), y las complementaciones que se arman entre
las cortinas de teclado y los retazos que sucesivamente van dibujando los
solos y texturas de metales, maderas, guitarra, armonica...; incluso en mas
de una ocasion encontramos pasajes de corte abiertamente exotico, con un
caracter ligado al latin jazz (como es el caso de ‘Insensatez’) o al
folklore musulman (‘La Ahada Yalam’).
En lo que concierne a la faceta vocal, Wyatt mantiene intacto el mismo
poder evocativo e intimista de siempre, siempre creando un aire de
complicidad con el oyente, invitandolo a participar (aunque sea
momentaneamente) de su vision del mundo y sus reflexiones introspectivas. No
son pocas las ocasiones en que las lineas vocales se instauran en los
nucleos formativos de los temas, aunque respecto a este punto es preciso
destacar que el canto no es el protagonista absoluto (como si lo es en los
discos de Hammill, por ejemplo), sino que mas bien se destila un aire de
interaccion entre las intervenciones vocales y las diversas amalgamas
instrumentales repartidas a traves cada tema del repertorio. Un momento
ocasional de simpatico relax viene con su version del clasico country
‘Raining in My Heart’ de Boudleaux Bryant, reconstruido como una pieza
jazzera de piano solo.
Este repertorio se halla dividido en dos secciones: los ocho primeros temas
conforman la secuencia ‘neither here...’, mientras que los ocho restantes
completan la serie ‘... nor there’. Pero nada de esto oculta el hecho de que
el repertorio funciona una compacidad inmaculada (tanto en coherencia como
en nivel de calidad), y es por ello que se me hace muy dificil resaltar
alguna pieza individual sobre otras: por mi propia experiencia me atrevo a
aseverar que el material esta tan plenamente integrado a traves de todas sus
partes que solo se puede disfrutar adecuadamente como un todo. De todos
modos, puedo mencionar algunos temas de mi especial preferencia a manera de
indicacion para el lector: entre los temas mas extrovertidos, ‘Beware’,
‘Trickle Down’; entre los mas introvertidos, ‘Forest’ (con una brillante
intervencion del invitado de lujo David Gilmour), ‘Lullaby for Hamza’, ‘Life
is Sheep’, el ya mencionado ‘La Ahada Yalam’, que cierra el disco con un
conmovedor aire reflexivo; entre los mas etereos, el poderoso tema de
entrada ‘Just a Bit’, ‘Tom Hay’s Fox’, ‘Cuckoo Madame’, ‘Foreign Accents’.
En bloque, “Cuckooland” resulta una gema exquisita cuyo real disfrute exige
una concentracion de mas del 100 % por parte del oyente.
Cesar Mendoza
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