Temas
- U rigiru (15:59)
- I lagramanti (11:03)
- A mubba (3:17)
- U sterpamondu (bonus en vivo, 1977) (13:42)
- A man di Diu (bonus, 1976) (5:05)
Integrantes
- Christophe Mac Daniel: órgano, piano Fender, sintetizadores, voz
- Dominique Gallet: violín, voz
- Gilles Rennes: guitarra
- Francois Mac Daniel: bajo, coros
- Olivier Renne: batería, percusión
- Jean-Philippe Gallet: coros
- Francoise Augé: coros
Proveniente de la isla de Córcega, Rialzu fue un ensamble musical tan
entusiasta como talentoso cuyas vertientes creativas se enfilaron decididamente
por las áreas convergentes del jazz con claros toques progresivos y el
estereotipo zeuhl de Magma. Desde su formación en 1976, la intención de Rialzu
de rendir homenaje cercano a su propio entorno cultural se evidencia en su uso
del idioma corso en las secciones cantadas (con letra, es decir, cuando el
ensamble vocal no está tatareando). De hecho, a pesar de su corta duración como
grupo, Rialzu logró, con sus eventos musicales realizados en un lapso de poco
más de un año y medio, alzarse como una voz importante dentro de la vida
cultural de Córcega dentro de sus vertientes nacionalistas.
El disco comienza con ‘U rigiru’, el cual se enmarca inicialmente dentro de
climas ceremoniosos que parecen indicar algo majestuoso en ciernes. Una vez
encuadrado el ensamble completo dentro de un esquema de trabajo reconocible, se
abre campo para un jam jazzero que tiene mucho que ver con Potemkine,
Mahavishnu Orchestra y Le Grand Nebuleux. En todo cas, los teclados sobresalen
por encima de los guitarreos, y también tenemos a la batería en un lugar muy
bien posicionado. Luego sigue un pasaje reposado, un tanto lírico pero más que
nada etéreo – de este modo, con una pauta lenta se organiza un contexto para el
surgimiento de la parte cantada, la misma que termina erigiéndose en el cuerpo
central de la pieza. Los ornamentos de sintetizador van creando unos aires
sutilmente épicos, no excesivamente llamativos a fin de preservar
meticulosamente la etérea fineza del momento. Con el solo de batería se produce
una secuencia de forma improvisadamente libre, y de paso, se crea el camino
para la vibrante coda que reelabora el pasaje central con pura intensidad. ‘I
lagramanti’ tiene una estructura inversa: comienza de manera tenue y flotante,
prontamente desparramándose en potentes corales grisáceas para finalmente
desarrollarse hacia pasajes más explícitos, bien armados sobre un swing
exquisito de patente tono fusionesco. En los pasajes más misteriosos, el órgano
ocupa un rol protagónico con sus cortinas góticas, ligeramente tétricas y bien
enmarcadas en atmósferas grisáceas. De todos modos, rápidamente estas cortinas
tornan hacia urgentes reapariciones de cadencias jazzeras que permite crear
variantes muy interesantes, especialmente en lo concerniente a los solos de
violín que se abren paso en tales momentos. ‘A mubba’ cierra el disco con sus
aires fusionescos muy bien tirados hacia el estándar de Weather Report, aunque
también portando una cierta calidez que nos puede recordar a grupos italianos
como Il Baricentro y Perigeo. La presencia de algunos coros añade un adorno de
tensión y misterio, pero básicamente el swing es tan imponente que la agilidad
regula el status quo de la pieza. Este tema fue compuesto sobre el camino por
el guitarrista de la banda con miras a completar el lado B del vinilo. Este
disco fue en realidad grabado en un solo día y mezclado en dos o tres, lo cual
es una clara señal de las condiciones tan informales en las que Rialzu tuvo que
trabajar en esta única oportunidad de plasmar parte de su arte en un acetato.
Un suceso más triste fue que el bajista Francois Mac Daniel se dañó un dedo con
una lata de conserva, por lo que algunas partes de bajo tuvieron que ser
grabadas por el guitarrista. Mala suerte…
El CD contiene dos bonus tracks – ‘U sterpamondu’ y ‘A man di Diu’. ‘U
sterpamondu’ tiene una majestuosidad grisácea muy semejante a la de ‘I
lagramanti’. De hecho que esta pieza tiene más polenta y extravagancia que
cualquiera de los dos temas largos de estudio, lo cual incluye una mayor
relevancia de la sección vocal: es una pena que no haya sido parte del
repertorio oficial del disco. ‘A man di Diu’, por su parte, contiene una
prestancia más contemplativa, en no poca medida inspirada en el progresivo
germinal que se gestaba en manos de Pink Floyd y King Crimson antes de la
plenitud de los 70s. Las cortinas de órgano y violín portan una candidez
contemplativa bastante efectiva, siendo así que los arreglos vocales se hacen
debido eco de esta atmósfera. De este modo termina este disco en el que Rialzu
justifica con creces su status de tesoro raro del zeuhl clásico: a pesar de que
evidentemente el grupo no alcanza la consistencia sonora ni la grandilocuencia
musical de os grandes líderes eternos de este subgénero progresivo, sin duda
que resulta un ítem sumamente importante para que los coleccionistas adquieran
y valoren.
César Mendoza
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