Por Claudio Garrido
Por Claudio Garrido
En su septimo anyo de existencia como una de las bandas seminales del rock
clasico y despues del sobreenfasis sinfonico-operatico registrado en su
album anterior, Procol Harum trabaja en su tambien septimo album de estudio.
En este trance retoma el especial equilibrio que caracteriza su forma de
expresar el rock: contundente pero no destemplado; sutil pero no pusilanime;
directo pero no anunciado. En fin, es esa feliz paradoja que el genio de
Gary Brooker resuelve llevandolo al acetato, en este caso con el rotulo
Exotic Birds and Fruit.
En esta nueva complicidad de la dupla Brooker-Reid, se cuenta como desde el
principio, con la invaluable compañia de B.J. Wilson y el perseverante
Chris Copping, ex Paramount quien se reencuentra con Brooker a partir del
cuarto album (Home). Se suma a este trabajo Alan Cartwright al bajo y
Mick Grabham en guitarras. El productor Mick Thomas, al cual se alude en los
primeros segundos del disco participa tocando strings en ese surco y B.J:
Cole toma parte tocando slide guitar en el surco tres.
Exotic Birds & Fruits abre con Nothing But Truth. un tema de rock franco y
contundente que nos hace pensar que hay Procol para rato. La fuerza de esta
cancion no consiste en la dureza y menos en la estridencia, sino en la
implacable metrica del piano de Brooker que no da pausa al enjuto hombre de
la bateria quien parece moverse a sus anchas en esta nueva aventura musical.
Este tema alucino a la critica especializada de la epoca y algunos
entusiastas llegaron a hablar de un retorno a la etapa Troweriana, pero la
verdad es que el trabajo en guitarra no siendo malo es demasiado discreto
comparado con el Home (Whisky Train) o el Broken Baricades (Simple Sister);
aun asi, es una impresionante entrad! ! a al album.
A modo de respiro el segundo surco Beyond the Pale es una apacible
composicion con ciertos tintes germanos o piemonteses.Una cancion de
variedades de impecable ejecucion.
La tercera cancion del album es, a mi parecer, una de las mejores y mas
bellas melodias en la discografia de la banda. As Strongs As Samson tiene
una estructura ortodoxa.Tres estrofas in crescendo con su correspondiente
estribillos cada una; el interludio a cargo del omnipresente organo
Hammond y el remate repitiendo el ultimo estribillo hacen de esta
composicion mi tema favorito en este acetato.
Cerrando la cara A del album le sigue lo que es para muchos el plato fuerte:
The Idol, una especie de marcha procesional en la cual la voz de Brooker
solista y doblada para los coros es la tonica dominante. Hacia el final de
esta suerte de imprecacion pagana, irrumpe por fin la guitarra en timbre
procolhariano al cien por cien; un punteo lacerante, seguro e inequivoco
que nos recuerda que estamos ante todo frente a una banda de rock.
The Thin Edge of the Wedge abre la cara B. El mas intelectual y complejo de
los temas en el cual se perciben sutiles disonancias y otros entramados
vanguardistas que despues se oyeron en bandas como V.D.G.G. o Gong, hacen
de este surco algo no recomendable para oidos faciles.
Le sigue Mousieur R. Monde, un Ryth & Blues, pero al estilo Procol, no con
ese facilismo de falsa bohemia; una joya del género. La percusion
intrincada de B.J. Wilson y el uso del cencerro, ese humilde trasto que B.J.
Wilson maneja como los dioses y la voz descarada de Brooker hace que hacia
el final el tema llegue a niveles muy altos. Brooker hace de las suyas con
un mini solo de piano pero finalmente le da el pase a la guitarra de Mick
Grabham para que remate el tema y lo termine al cuando el lo ordena con un
silbido.
Fresh Fruit, quiza el tema menos destacable, con sabor angloamericano que
bien pudiera ser una buena canción de Wet Willie, Dr. John o Sea Train
pero con la voz de Gary Brooker. Junto con Butterfly Boy, una cancion un
tanto sosa, no aportan gran cosa ni al album ni a la discografia de la
banda.
Afortunadamente nuestros sentidos son nuevamente arrobados por la magia de
New Lamps For Oil, una hermosa balada que se encarga de cerrar el vinilo con
esa combinacion y contrapunto de piano y organo que es la rubrica del
Procol Harum primigenio, se nos regala un final feliz.
En resumen un album de una banda que a esa alturas estaba mas que
consolidada, sin grandes sorpresas pero bastante revindicativo con su
estilo. Recomendable.
Cogito Ergo Rock, Claudio.
|