Temas
- Despertar del Sol
- Slick Groove
- Pero No Importa
- Polos
- Si Volase
- Kalos Eidos
- Plenitud
- Simplest Word
- Aquí Les va
- Sopapo
- Misiva
- Ancestros
Integrantes
- Felipe Moroni: guitarra
- Eduardo Moroni: batería
- José Tomás Mújica: guitarra
- Carlos Martínez: bajo
- Mauricio Nader: teclado
Prisma-X es una banda chilena que entusiasta y hábilmente cultiva un sonido
jazz-rock con mucha polenta, ubicándose decididamente dentro del ámbito de
influencias de LTE, Tribal Tech, CAB y Colosseum II. Hay amplio espacio para
que los fraseos de guitarra se desplieguen en el primer plano, evocando a
veces a Holdsworth, otras veces a Steve Howe, y otras más a Satriani. La
dupla rítmica reparte la mayoría de sus bases estructurales entre el funk y
el rock duro, con suficiente gracilidad como para sostener solventemente a
las piezas del repertorio en sus respectivos desarrollos. La banda casi
siempre coquetea con el espectro más pesado del rock (a veces incluso con el
prog-metal melódico), pero el núcleo artístico se enraíza en el jazz-rock de
tendencia moderna. Alejandro Gajardo es el actual teclista de la banda, por
lo que este disco es, a la vez, una primera demostración de oficial de la
propuesta del grupo y un testimonio de lo que Mauricio Nader dio a Prisma-X.
‘Despertar del Sol’ es una introducción basada en progresiones de acordes
que se desarrollan con una pomposidad contenida; la verdadera explosión
surge con ‘Slick Groove’, un tema bastante ágil que refleja muy bien esa
combinación de jazz-rock y rock sinfónico que conforma la mejor sazón de
Prisma-X. También sintomático de la esencia musical de la banda es ‘Pero No
Importa’, tema que se encuadra fluidamente bajo las pautas de energía y
gancho expuestas en la pieza anterior. ‘Polos’ aumenta aun más la potencia
de las guitarras duales, así como el swing funky en un inicio: el arribo de
una sección de signo metalero a poco de pasados los 105 segundos hace que
las cosas viren hacia atmósferas más agresivas, aunque sin caer en lo
caótico ni recurrir a pirotecnias exageradas. Eso sí, qué bueno es el solo
de guitarra que emerge a partir del tercer minuto... !y qué pena que el solo
de sintetizador que comienza en el minuto 2 sea tan breve! La faena se
redondea convenientemente con una retoma del motivo inicial. ‘Si Volase’
tiene un aura más melancólica, en un medio tiempo que permite introducir una
calidez diferente al repertorio: la composición es llamativa en su
sencillez. ‘Kalos Eidos’ es la expresión en griego antiguo para la Idea de
Belleza, la culminación máxima del conocimiento y la virtud según el diálogo
platónico “El Banquete”; también es el título del tema no. 6, el cual nos
muestra a Prisma-X ahondando en la solemnidad que ya había sido aludida en
‘Si Volase’: el compás es relativamente más lento, lo cual es aprovechado
por el teclista para armar unas cortinas casi cósmicas bajo los solos de
guitarra. Durante el último minuto las cosas suben un poco el nivel de
intensidad, pero el espíritu general de la composición se mantiene
consistente.
‘Plenitud’ es un solo de piano adornado con sonidos orquestales, elaborado
por Nader con pulcra exquisitez: sirve casi como preludio a ‘Simplest Word’,
un tema que se mantiene en la línea emocionalmente reposada introducida en
las piezas 5 y 6. Con un título tan explícito como ‘Aquí Les Va’ no es de
extrañar que el andamiaje de jazz, funky y rock pesado vuelva al frente. El
momentum creado pro este tema es convenientemente capitalizado por ‘Sopapo’,
un tema que sin duda hubiese puesto orgulloso a un Scott Henderson o un John
Petrucci si se les hubiera ocurrido a ellos. ‘Misiva’ asume una frescura
mayor que cualquiera de los dos temas anteriores, bajando el tono de
fastuosidad simultáneamente. El disco concluye con el tema más largo,
‘Ancestros’, el mismo que dura poco más de 7 minutos. Parece como si el
grupo aprovechara la ocasión para instaurar un poco más de dramatismo y
trabajar más concienzudamente en el manejo de contrastes durante los cambios
de atmósferas y motivos – el ensamble se acerca más que nunca al estándar
progresivo. La sección estilizadamente tétrica que se desarrolla en el
interludio está inundada por una magia especial.
En fin, tenemos aquí jazz-rock progresivo realizado con destreza, potencia y
buen gusto, con un manejo fluido de las (en su mayoría complejas) ideas
musicales que viene como resultado natural del ensamblaje compacto de los
instrumentistas. Prisma-X es una banda que asume sus influencias sin tapujos
y con talento, lo cual significa que “Instantes” es una excelente carta de
presentación.
César Mendoza
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