Temas
- G-13 (5:38)
- Ukraine (4:23)
- Lanka (5:30)
- Cat Field (2:28)
- Funeral (7:35)
- Fusei-Myaku/Arrythmia (5:20)
- Trininty (3:58)
- 5th Element (6:05)
- Acid Rain (7:24)
- Holy Mountain (5:26)
Integrantes
- Shigekazu Kuwahara: bajo
- Kazuo Ogino: teclados
- Junzo Tateiwa: batería, percusión
- Tomohiro Ueno: teclados
Colaboradores - Kei "Hotal" Fushimi (guitarra en 7), Keiku (voz en 8)
Antes de convertirse en un cuarteto que incluye al violinista Tsuboy,
Pochakaite Malko había comenzado sus días como un cuarteto con dos teclista y
ningún violinista. Su disco homónimo que data del año 2001 fue su carta de
presentación a la comunidad progresiva japonesa, aunque fue recién con su
segundo disco "Laya" (teniendo ya a Tsuboy en sus filas) que Pochakaite malko
empezó a llamar la atención de la comunidad prog mundial focalizada en el
zeuhl, el RIO y otras tendencias de avanzada radical. Concentrándonos por el
momento en este disco homónimo, podemos señalar que esta encarnación primera de
Pochakaite Malko suena emparentada con Amygdala y Runaway Totem, en tanto que
el peso de las atmósferas y orquestaciones propias de los teclados digitales
operan como un reciclador muy peculiar de la renovación del zeuhl y el RIO que
estas bandas asumieron como propuestas para el presente. Pero como dato
particular es necesario indicar que la amalgama de teclados de PM recoge muchas
buenas vibraciones heredadas de la fastuosidad sinfónica (los tics emersonianos
de ELP), así como de desarrollos jazz-prog, con lo cual se permite generar una
aproximación ecléctica para las aventuras progresivas concretizadas en este
álbum.
'G-13' establece 5 minutos y medio de delirio progresivamente arrogante,
desarrollando un ambiente contundente e incendiario bajo el liderazgo del
órgano Hammond y sobre los cimientos elaborados por la robusta dupla rítmica.
'Ukraine' tiene un espíritu un poco más grisáceo en su denso esquema
compositivo, pero la convivencia con la faceta más pomposa del sinfonismo sigue
siendo innegociablemente el modus operandi de la banda. 'Lanka' es ya un
ejercicio de electrificante emersonismo a través de un filtro Ars-Novesco: el
factor zeuhl se refleja exclusivamente en la base distorsionada del bajo y el
modo en que esta arrastra el soporte sobre el cual fluyen los teclados en toda
su magnificencia. 'Cat Field' tiene una vibración más cálida, grácil como
Birdsongs Of The Mesozoic en su faceta más contenida, un momento de
tranquilidad tras los sucesivos bombardeos de esplendor incontenible emitidos
en los cuatro primeros temas. 'Funeral' es una aventura sonora tétrica que
porta una cierta magia etérea a ratos (atención a esos pasajes de piano que
parecen pequeños rayos de sol estival en medio de la predominante oscuridad),
logrando así construir imágenes sonoras donde confluyen la opresión de la
amargura y la sensación de estar en contacto con una realidad más allá del
mundo cotidiano. 'Fusei-Myaku/Arrythmia', el quinto tema, es una de las piezas
más recurrentes en los conciertos de la banda: haciéndose eco del aura
extrovertida que fue tan inmensamente explorada en los tres primeros temas,
esta pieza en cuestión dinamiza esta pauta hasta radicalizar la tensión
cerebral que en 'Funeral' se había trabajado de una forma más lánguida: allí
donde 'Funeral' había expresado inquietud, 'Fusei-Myaku/Arrythmia' despliega
frenesí e ímpetu en sus formas más puras. 'Trininty' ofrece un contraste muy
oportuno a punta de desarrollar climas arábigos en un jam marcadamente
fusionesco: esta vez, las percusiones y el bajo están en el núcleo de la
composición básica. '5th Element' elabora una excursión jazz-rockera que tiene
un inconfundible parentesco con lo que Kenso ha venido haciendo en sus últimos
discos. Y ya que estamos metidos en este tipo de exploraciones musicales, 'Acid
Rain' reitera esta veta jazz-rockera aunque con un dejo zeuhl que se manifiesta
en el modo en que el bajo y la batería arman un base pesada y no ajena a
cadencias pulsátiles en varios momentos: también advierto algunas tonalidades a
lo Happy The Man en los solos de sintetizador (?será un Moog real?). ocupando
los últimos 5 minutos y pico del disco, 'Holy Mountain' despliega un dinámico
juego de disonancias que hace al RIO aproximarse a lugares llamativos,
relativamente accesibles, con mucha polenta y una arquitectura musical
reconocible.
Hay muchas sorpresas japonesas por descubrir en el mundo del progresivo, todo
un mar que esconde tesoros musicales soñados por todo coleccionista progresivo:
el disco debut de Pochakaite Malko es uno de ellos, no me parece que haya
margen posible para el error en su develamiento.
César Mendoza
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