01. Let there be more light (05:38)
02. Remember a day (04:33)
03. Set the controls for the heart of the sun (05:27)
04. Corporal clegg (04:12)
05. A saucerful of secrets (11:59)
06. See-saw (04:36)
07. Jugband blues (03:00)
- ROGER WATERS: Bass, vocals (1, 3, 4, 5)
- DAVID GILMOUR: Guitar, backing vocals (5)
- RICHARD WRIGHT: Piano, Hammond Organ, Mellotron, vocals (2, 5, 6)
- NICK MASON: Drums, percussion
- SYD BARRETT: Guitar, vocals (7)
Hablar de una agrupación como Pink Floyd, tan importante en el devenir de
la música popular de la segunda mitad del siglo XX en general y en los
estilos más "progresivos" (en el sentido más literal del término) en
particular, sin dejarse llevar por la pasión es una tarea bastante difícil,
aunque no imposible. Pink Floyd es un nombre que ha estado ligado siempre a
los ámbitos más innovadores dentro del trinomio música (o sonido)-literatura
(o textos y sus simbolismos)-tecnología (en todas
sus apreciaciones) en función de una categoría que se podía denominar como
"conceptual". En cuanto al discurso musical de los Floyd, sería posible
decir que han sabido muy bien captar, a su favor, los recursos estéticos que
propiciaban los diferentes momentos creativos que se dieron a partir de
finales de los 60's: desde la psicodelia, el space-rock y el espíritu de la
vanguardia académica (como la Música Concreta) presentes en sus primeros
trabajos, hasta el cultivo de un rock
progresivo-sinfónico con influencias de la "música negra" y el musical
americano durante la década de los 70's.
"A saucerful of secrets" marca un cauto y lógico paso adelante en la
búsqueda por la experimentación y por la construcción de un discurso
artístico sólido y coherente, tras la muy personal tarjeta de presentación
que había constituido, el año anterior, "The piper at the gates of dawn"
(uno de los iconos del universo musical psicodélico). Su debut discográfico
venía marcado por la muy acentuada mente creativa de Syd Barret, quien junto
al resto del grupo supo plasmar imágenes oníricas y surrealistas en
aventuras sonoras con cuidados arreglos instrumentales (en conjunción con
obras como "Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band" de The Beatles, 1967),
combinadas con extensas piezas-jam de mayor experimentación e improvisación
(como "Interestellar overdrive"). En "A saucerful of secrets" se produce la
marcha de Barrett (quien deja su constancia en "Jugband blues", que
inevitablemente suena a despedida) y la entrada de David Gilmour, presencia
que poco a poco irá empastando con el resto hasta hacerse muy patente en el
ámbito compositivo del grupo. Por todo ello, "A saucerful of secrets" bien
podría considerarse como un trabajo de transición en donde, por una parte se
pueden escuchar aún reminiscencias de su primer
trabajo, con ecos "beatlescos" y el influjo, aún en el ambiente, de Syd, y
por otra se está asistiendo a un tímido alejamiento y profundización en
otros derroteros más experimentales (que acabarán desembocando en
"Ummagumma", uno de sus trabajos más diversos, imprevisibles e
incomprendidos).
El álbum se habla con LET THERE BE MORE LIGHT, pieza de Waters que se
inicia con un potente riff de guitarra sobre el que el Hammond se deja
llevar con gran dinamismo, tras lo cual comienza la estructura principal de
la canción, con pinceladas épicas (tanto en las voces como en su guitarra
final) y algo de presencia Barrettiana (guiño en las letras a "Lucy in the
sky with diamonds"); REMEMBER A DAY, composición de Wright, tiene unas
ciertas connotaciones melancólicas, acentuadas por el piano y la voz de
Wright. Guiño también al código morse de "Astronomy domine", del primer
disco de Pink Floyd; SET THE CONTROLS FOR THE HEART OF THE SUN, compuesta
por Waters, supone una incursión en un envolvente rock oscuro y atmosférico
con acentos orientales. Es una pieza muy progresiva, en su concepción más
literal, a partir de diferentes crescendos expresivos. Aquí se muestra un
paso adelante en la depuración de sus piezas experimentales de carácter más
repetitivo (como la posterior "Careful with that axe, Eugene"); CORPORAL
CLEGG, también de Waters, es una de las piezas en donde se muestra más
claramente esa transición entre el estilo del primer disco y los avances
hacia otros terrenos musicales, simbolizados, de alguna manera, con la
alternancia de las dos partes de la canción. A destacar el trabajo coral,
las bases de órgano de Wright (parece que es una muestra de lo que está por
venir) y esos interludios festivos instrumentales de carácter lúdico.
A SAUCERFUL OF SECRETS se erige como uno de los temas principales del
álbum, trabajado en conjunto por el grupo, y siendo el más experimental, en
conjunto, de la obra, sentando de alguna manera las bases de su siguiente
proyecto "Ummagumma" (realizado tras la grabación de la BSO de "More",
película de Barbet Schroeder). En sus casi 12 minutos hay tiempo para todo
tipo de emociones, desde las inquietantes atmósferas iniciales, hasta el
violento caos sustentado por un ritmo baterístico de concepción casi tribal,
pasando por unas penetrantes progresiones de órgano Hammond que crecen hasta
configurar una línea melódica a la que pronto se añaden unas voces
celestiales que le dan un carácter más épico. Posiblemente sea el momento
más recordado del álbum y uno de sus primeros acercamientos a un rock con
pretensiones sinfónicas (esta línea, además, se volverá a utilizar
ligeramente modificada al final de "Cirrus minor", en la ya aludida BSO de
"More", ese mismo año). Por cierto, en la versión en directo que se
encuentra en "Ummagumma" presenta un carácter más directo alcanzando un gran
clímax expresivo al final, con todo el grupo en plena apoteosis.
SEE-SAW es una pieza cargada de una cierta ensoñación, cortesía de Wright,
que se ve envuelta en cierta cubierta psicodélica presentando además una
cierta ambición tímbrica en la instrumentación (cargada de teclados que
otorgan mucha riqueza textural, un tratamiento percusivo bastante versátil
y, una vez más, unos muy cuidados arreglos corales). Por último, JUGBAND
BLUES supone la despedida de Syd Barrett, un amable epílogo que, aunque
rompe algo el tono general del álbum (habría encajado mejor en su álbum
anterior), no desentona en absoluto y deja un buen sabor de boca, con final
experimental incluido en donde se superpone una banda de metales tocando
junto a las atmósferas más ruidistas del grupo (más guiños a The Beatles y
al Sgt. Pepper's).
En conclusión, este "A saucerful of secrets" es un trabajo que demuestra
que, aunque la personalidad de Pink Floyd se había afianzado bastante fuerte
con la presencia de Syd Barrett en su primer álbum, las inquietudes del
resto del grupo y del recién incorporado Gilmour seguirían floreciendo,
dejando ver otras interesantes líneas de trabajo y anunciando futuros
tránsitos musicales que estaban por llegar, un "nuevo ladrillo" en su "muro"
particular.
!Un saludo para tod@s!
Eduardo García Salueña
www.senogul.tk
www.myspace.com/senogul
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