Temas
- Arrive Alive (4:17)
- 5 To 4 (10:11)
- Queen of the Deep (11:27)
- Flashpoint (7:01)
- The Ripper (14:42)
- Crown of Thorns (9:25)
- Paris Is Burning (5:12)
- The Hammer Falls (5:20)
- Stranger on the Edge of Time (5:35)
Integrantes
- Ronnie Brown: teclados
- Derek Forman: batería
- Euan Lowson: voz
- Nial Mathewson: guitarras
- Graeme Murray: bajo, pedales bajos, voz
Antes de concretar su debut oficial con el concept-disc “The Sentinel” en 1984,
Pallas ya había a empezado a difundir fonográficamente su naciente legado
progresivo con “Arrive Alive”, originalmente en casete. Se trata de una
selección de temas recogidos ya en formato demo (1, 6) o en vivo (2–5), la
misma que da buena cuenta del tipo de sonido filudo que este ensamble
canadiense quería aportar a la así denominada nueva ola del rock progresivo
británico. La participación de Euan Lowson como vocalista del grupo permitió al
material recibir una dimensión teatral especial (un caso destacado era la
tétrica mini-suite ‘The Ripper’, basada en el tristemente célebre “Destripador
de Yorkshire”): no cuenta con un registro muy amplio ni una técnica refinada,
pero ciertamente su estilo agresivo le hacía parecer como una mezcla de Paul
Di’Anno y un Ozzy Osborne “baritonizado”, lo cual repercutía favorablemente en
el despliegue continuo de polenta de parte del ensamble global. Cabe destacar
principalmente la solvencia del bajista Grame Murray y los constantes coloridos
emanados por la guitarra de Niall Matthewson, mientras que Ron Brown
proporciona efectivos llenados de sonido con su arsenal de teclados (cortinas
armónicas, orquestaciones y solos ocasionales). Pero a fin de cuentas, la
calidad de la producción de sonido es amateur e irregular, por lo que varias de
estas cualidades que menciono son más producto de la intuición del melómano que
de una efectiva plasmación en este registro fonográfico.
La canción ‘Arrive Alive’ abre este disco con su gancho directo, no exento de
algunos suaves cambios de ritmo (a 7/8 y 9/8), aunque en general es un
equivalente del ‘Marquet Square Heroes’ de Marillion: aquí el arreglo tiene una
porción cantad extra a la versión definitiva que abría “The Sentinel”. El
festín de largos desarrollos temáticos comienza con ‘5 To 4’ tiene también una
actitud llamativa, pero esta vez se adorna con ambientes casi góticos que se
compenetran muy bien con las cortinas de Novatron (debe serlo, pues fue uno de
los teclados de cabecera de Brown durante los 80s) y el compás semi-lento de
6/8 que se utiliza durante casi toda la canción. Personalmente siento que este
tema podía haber dado para un desarrollo melódico más armado, pero bueno, se
trata de una pieza interesante por lo menos. Una vez que hemos atravesado esta
puerta sinfónica, estamos listos para esa pequeña joya Pallasiana que es ‘Queen
of the Deep’. Éste es el primer ejemplar claro del tipo de expansiones
melódicas al cual siempre ha sido afecta la banda: después del bonito preludio
de corte céltico, se suceden entusiastas secciones cantadas con otras
instrumentales en las que la guitarra y el teclado se suceden en el
protagonismo. También hay un interludio lento que comienza lánguido y continúa
por sendas sonoras más patentemente etéreas, al modo de un misterio
supraterrenal. Por su parte, ‘Flashpoint’ apela más precisamente a un gancho de
rock duro melódico, casi al estilo de Rainbow, aunque con un desarrollo
instrumental extenso al más puro estándar progresivo – tal vez tengamos aquí
las mejores intervenciones de Matthewson a la primera guitarra. ‘The Ripper’ es
prácticamente “la canción emblema” de Pallas durante esta fase pre-histórica:
sus densos climas grisáceos que oscilan continuamente entre lo gótico, la
psicodelia heavy y el rock metálico (casi a lo Sabbath) bajo un pretencioso
esquema netamente progresivo exponen la dimensión más ambiciosa del grupo. Los
diversos clímax y los tránsitos a ambientes tétricamente reposados están
hilados de manera eficaz; por supuesto, las risotadas sádicas y susurros
patológicamente pueriles que emite Lowson mientras canta los delirios
esquizofrénicos de Peter Sutcliffe – “El Destripador de Yorkshire” – son
esenciales para completar el ambiente general. Aquí
(http://www.youtube.com/watch?v=gigk9u3Nnm8) hay un vídeo de la banda,
acompañada por Lowson como invitado especial, que ilustra muy bien cómo debe
haber sido la experiencia de ‘The Ripper’ en aquellos años primarios de Pallas,
en los mismos locales pequeños y medianos donde también tocaban IQ, Twelfth
Night, Marillion, Pendragon y Abel Ganz. El repertorio original de “Arrive
Alive” termina con otra gema adorada por los fans de Pallas – ‘Crown of
Thorns’. Sin duda, su estructura melódica es la mejor definida dentro de este
repertorio primigenio del grupo, portando un colorido cuya intensidad debe
mucho a las tradiciones de Yes y Genesis: su tono netamente optimista,
predominantemente cálido, opera como un contrapeso al terror tenso de ‘The
Ripper’.
Esta edición digital recoge también tres bonus tracks que, hoy por hoy, suponen
tesoros musicales valiosos para los ávidos coleccionistas del género: ‘Paris Is
Burning’, ‘The Hammer Falls’ y ‘Stranger on the Edge of Time’. ‘Paris Is
Burning’ es una semi-balada construida bajo un meticuloso armazón melódico que
a ratos emula la vibración evocativa de la Nouveau Chanson. ‘The Hammer Falls’
también tiene mucho de reflexivo en su primer minuto y medio: a partir de ahí,
el tema vira hacia una garra extrovertida afín a la que hallamos en ‘Crown of
Thorns’, eso sí, con un grado menor de sofisticación. ‘Stranger on the Edge of
Time’ más propiamente parece un tema sacado de un disco de Gary Numan o de
Ultravox (1980-82); de todos modos, su dinámica tecno-pop es llevada a un nivel
más fastuoso que el del prototípico single popero, especialmente por la estela
envolvente emanada por los sintetizadores de Brown. De este modo concluye este
interesante repaso por la infancia y adolescencia de Pallas, banda que aún
entonces estaba en aras de completar su propia aura sonora, pero que desde ya
daba amplias muestras de entusiasmo e ingenio dentro de una escena británica
underground que pugnaba por reciclar los patrones progresivos. “Arrive Alive”
es un genuino ítem de coleccionistas.
César Mendoza
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