Temas
- Gaménida: Oda por la Primera Epopeya
- Marcelino Pan y Paleta de Ardilla
- Línea Muerta
- La Flor Blanca
- Unicornio 13
- Crónica de Muerte (1492-1992)
- La Primera Pesadilla de Eustaquio Rahán
- Ella Mira la Tranquilidad de la Tarde
- La Guelageisha
- X Música
Integrantes
- José Álvarez: voz, trombatrón, flautas, trompeta
- Arturo Romo: sampleos, trombatrón, guitarra, coros
Colaboradores – J. Antonio Rotuno (guitarra en 1), L. Alberto Partida
(sampleos y programación en 1), Manuel Partida (sintetizador en 1), Rolando
Chía (guitarra en 3, 9 y 10), Armando Velasco (teclado y programación en 3,
9 y 10, guitarra en 9 y 10), Arturo Meza (teclado en 4, percusiones y coros
en 6), Alquimia (voces y percusiones en 6), Víctor Méndez (guitarra en 8),
Ma. Elena Durán (voz en 8)
Oxomaxoma es uno de los nombres más respetados dentro de la vanguardia
musical mexicana. Con muchñisimos años de trayectoria cuyos inicios se
remontan a los inicios de los 80s, este grupo que ha conservado el núcleo de
José Álvarez y Arturo Romo a través de sus diversas formaciones ha logrado
crear una personalísima recreación de las herencias del krautrock más ácido
(Can, Faust, Neu!), el minimalismo académico, la electrónica y el ruidismo.
“Espíritus en Rojo y Negro” es una selección de piezas grabadas en diversas
etapas, desde 1990 hasta 1999. La patente ambición por crear sonoridades
instrumentales insólitas (incluso a través de instrumentos inventados por
ellos mismos, como es el trombatrón… no me pregunten en qué consiste, por
favor) es tan llamativa como el canto de José Álvarez, quien se empapa de
las esencias de Damo Suzuki y Jesus and Mary Chain para verter sus cantos
mayormente onomatopéyicos, más parecidos a recitaciones, exorcismos,
lamentos, clamores nerviosos, alocuciones esquizofrénicas.
Una vez que el oyente empático con vanguardias inesperadas empieza con el
disco, ‘Gaménida’ lo cautiva con sus ambientaciones casi robóticas en una
maquinaria que destila una cierta aura de desencanto. No así en ‘Marcelino
Pan y Paleta de Ardilla’, que es maquinaria pura en una exhibición de
delirio cerebralmente hipnótico. Con el tema anexado ‘Línea Muerta’, surge
una expresión de furia visceral encapsulada en un esquema electrónico bien
definido: un híbrido ingenioso entre la pulsación precisa de la máquina y el
frenesí propio del alma humana perdida en sus inquietudes más profundas. Más
sereno pero no por ello relajante, sólo inquietante a través de otros
matices más lánguidos, ‘La Flor Blanca’ es un viaje instrumental de abierta
tendencia minimalista, adecuada para reflejar la idea de una mirada
silenciosamente inescrutable hacia la inmensidad de un mundo oculto: el
cariz étnico de las percusiones étnicas sampleadas ayuda a crear algo de
candidez en medio de todo esto, aunque los silencios mostrados por la
guitarra y las cortinas de teclado ayudan a lo tenebroso a hacerse
predominante. Luego siguen dos piezas armadas sobre una actitud de apertura
hacia la fusión: ‘Unicornio 13’ y ‘Crónica de Muerte (1492-1992)’.
‘Unicornio 13’ reconstruye el carácter celebratorio de danzas tribales
desérticas en una deconstrucción marcada por eventos electrónicos, en no
poca medida semejantes a los del tema de apertura. ‘Crónica de Muerte’ es un
obvio anti-homenaje al Quinto Centenario del Encuentro de las Culturas
Hispánica y Americana – el compás tribal en 3/4 descubre su lado más
fantasmal cuando Álvarez se manda con sus intervenciones vocales, cuya
emotiva expresividad queda realzada por el hermetismo de su fonética.
‘La Primera Pesadilla de Eustaquio Rahán’ es la pieza más inquietante del
disco: un largo viaje minimalista de 6 minutos de duración que, en efecto,
traduce en sonidos tétricamente etéreos el estupor insoportable que produce
el soñar una pesadilla de la cual parece que uno no podrá escapar jamás. En
verdad, cada partícula de sonido parece una parte de un eco interminable…
Una pieza osada bajo sus propios términos. Para ‘Ella Mira la Tranquilidad
de la Tarde’ la ilustre invitada Ma. Elena Durán toma el micrófono. Los
efectos electrónicos de sampleos emulan la caída del rocío según el ritmo de
los latidos de la Tierra, mientras que el canto de Durán y los fraseos de
guitarra a cargo de Méndez evocan por primera y única vez en este disco algo
de carácter romántico (de alguna manera, al menos). ‘La Guelageisha’ y ‘X
Música’ son sendos ejercicios de fusión al estilo de Can en su disco “Future
Days”, alojando ambientes de tendencia lánguida en esquemas sonoros
mecánicos organizados sobre pautas de relax y contemplación. El disco cierra
con un curioso epílogo: un breve discurso de agradecimiento al público
asistente a un show. Y pus gracias… a Oxomaxoma por este notable disco de
música radicalmente experimental – “Espíritus en Rojo y Negro” es una hazaña
de nocturnidad musical perpetrada con auténtica lucidez estética.
César Mendoza
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