Temas
- Boss Kitty (5:19)
- Half Half & Half (3:21)
- Kaz Hayashi '01 (4:15)
- Chyna, Chyna, Chyna (4:37)
- Tony Baines (5:01)
- Take & Free Miami (5:00)
- Bees Won (3:51)
- Russia Is Here (11:18)
Integrantes
- Natalio Fowler: guitarras
- Marc Miller: guitarras
- Christopher Freeland: batería
Oxes es el nombre de un power-trío estadounidense bien instalado en ese esquema
de rock experimental tan peculiar que es el math-rock. Formado a fines de los
90s, Oxes tiene registrados dos discos propios además de algún EP y un disco
compartido con otra banda. A pesar de que "Oxxxes", el último CD de larga
duración de la banda hasta ahora fue lanzado al mercado hace casi ya 10 años,
Oxes sigue en actividad. De hecho, la ventaja de aproximarnos a esta banda a
través de "Oxxxes" es que éste define (en mi opinión) la expresión más robusta
y madura del aporte que Oxes proyecta para la preservación y potenciación de la
permanente herencia del math-rock. Pasamos a reseñar el disco en sí mismo.
'Boss Kitty' abre el disco con una contenida sección inicial que es en realidad
la catapulta para un crescendo cuyo punto de implosión se explaya en una
dinámica robusta donde los momentos abiertamente extrovertidos y los más
mesurados mantienen un impecable equilibrio. 'Half Half & Half', el tema que
sigue a continuación, es un clásico de la banda: su esquema rítmico tiene un
nivel suficiente de intrepidez, con su inteligente juego de cadencias
permitiendo que los guitarreos desarrollen la fuerza nuclear de la pieza de una
manera que resulta tan neurótica como atractiva. Así las cosas, Oxes está
preparado para seguir ahondando en su esencial fuerza rockera en 'Kaz Hayashi
'01' (otro clásico oxesiano): el trío se pone a desarrollar un juego sónico
donde se prioriza la compleja agresividad, generando así una especie de cruza
entre hardcore y noise-rock, aunque también hay un momento de psicodelia
free-form en el que el trío maneja climas filudamente expectantes por encima de
ruidos de cristales rompiéndose. La coda juguetona de los últimos 10 segundos
ofrece un inesperado giro humorístico que puede parecer gratuito o ingenioso:
que el oyente de turno elija. 'Chyna, Chyna, Chyna' exhibe un espíritu un poco
más ligero que el usualmente desarrollado en las tres primeras piezas del
álbum: aquí las guitarras dan cierta preferencia a sonoridades limpias en
algunos pasajes, logrando así mostrar prístinamente una ágil arquitectura
armada en torno a las dos guitarras. Esta pieza suena un poco a aventura
post-rockera empapada de psicodelia pesada con inocultadas afinidades
crimsonianas, pero los momentos en los que las guitarras sacan sus garras nos
quitan algo de esa tentativa impresión y, de paso, añaden una sana dosis de
variación al vuelo instrumental en curso. Hasta aquí tenemos una muestra clara
de cómo este trío es capaz de hacer divertida la aventura de hacer rock
abiertamente experimental=85 y cuidado, que aún nos quedan 25 minutos más de
música.
'Tony Baines' es un exquisito ejercicio de extravagancia: un preludio
semi-sabbathiano se conecta con un caótico ejercicio de guitarras acústicas
rasgueadas y redobles fingidamente despistados de batería, lo cual abre por fin
el campo para el cuerpo central, el cual contiene un electrizante homenaje al
estándar del hardcore alimentado con ciertas pautas rítmicas inusuales propias
del patrón progresivo. 'Take & Free Miami' es una pieza más obediente al patrón
math-rock donde reina la iniciativa originaria de Don Caballero, aunque también
se notan afinidades con la energía dadaísta de unos Upsilon Acrux así como un
anticipo de las ambientaciones heavy que hoy por hoy resultan tan comunes en la
actualidad del math-rock (pienso en bandas como Obstacles y Alright The
Captain). Quien piense que en este momento Oxes ha llegado al tope de su vigor
se dará un agradable chasco con el imponente 'Bees Won' (otro favorito de los
fans de la banda), un tema cuya estructura rítmica no es tan sofisticada como
las de otros temas precedentes, pero que sí logra resaltar la magia del rock en
su expresión más genuinamente volcánica: la simetría siamesa de los guitarreos
de Fowler y Miller crea un muro compacto capaz de resistir cualquier terremoto,
o incluso, una deflagración cósmica. El simpático truco de elaborar una coda
que se va enlenteciendo sostenidamente evoca la imagen de una máquina que se
agota en su propia energía. Los últimos 11 minutos y pico del álbum vienen
ocupados por 'Russia Is Here'. Esta composición se proyecta desacomplejadamente
hacia una expansión monumental de ideas musicales, lo cual redunda en una
ocasión propicia para explorar holgadamente las posibilidades de sofisticación
progresiva en torno a un núcleo compositivo bien definido. Las referencias a
Don Caballero y Upsilon Acrux siguen siendo prioritarias tanto en la ingeniería
de los guitarreos como en esa peculiar combinación de densidad y agilidad que
el trío plasma con nutrida solvencia. También se puede notar la herencia de la
psicodelia crimsoniana de la era Wetton y del metal experimental fermentado en
varios puntos de la vanguardia rockera de los últimos 15 años. La pauta general
de la pieza es bastante vigorosa hasta la frontera de los 7 BD minutos, que es
cuando el trío se focaliza en climas lánguidos: teniendo en cuenta que el nivel
de decibeles de los guitarreos no desciende en estas nuevas circunstancias, es
justo señalar que el pasaje final que se desarrolla desde aquí apunta a generar
una atmósfera de ácido misterio bajo la guisa de un post-rock metalizado en el
que el carácter casi minimalista de los rasgueos de las guitarras se
complementa perfectamente con la racionalizada labor rítmica elaborada por
Freeland. De esta manera, "Oxxxes" culmina la experiencia estética del oyente
de una manera que resulta tan majestuosa como cañera, exhibiendo su tormenta
esencial pero sin perder un ápice del control sónico. Oxes demuestra así el
alcance de su valioso aporte para el continuo replanteamiento del movimiento
post-rockero.
César Mendoza
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