Temas
- Elements I & II (2:12)
- Changing Times (4:44)
- Bedrock Deadlock (6:52)
- Spirit Level (9:20)
- Torso (6:12)
- Snakehip’s Dream (15:16)
Integrantes
- Ian Carr; trompeta, corno flugal
- Karl Jenkins: oboe, saxo barítono, piano, piano eléctrico
- Brian Smith: saxos tenor y soprano, flauta
- Chris Spedding: guitarra
- Jeff Clyne: bajo, contrabajo
- John Marshall: batería, percusión
Colaboradores – Kenny Wheeler (trompeta, corno flugal), Harry Beckett
(trompeta, corno flugal), Tony Roberts (saxo tenor, clarinete bajo), Ron
Matthewson (bajo), Chris Karan (percussion), Keith Winter (sintetizador)
Tercera obra de estudio de Nucleus, y una de las más explícitas al mostrar las
inquietudes más experimentales de este combo liderado por el recientemente
fallecido Ian Carr: “Solar Plexus” despliega a través de su repertorio una
variante más intensa y enérgica del estilo jazz-fusión de Nucleus que nunca
antes (léase, los dos primeros discos de estudio). Este material fue compuesto
íntegramente por Carr en un tiempo en que Nucleus aún no existía como tal, como
parte de una dotación dada por una institución cultural de Gran Bretaña:
pensado inicialmente como un proyecto de música experimental contemporánea, en
las manos del ensamble de Nucleus y varios músicos invitados se convierte en
una magna obra de jazz-rock que supone uno de los muchos picos creativos
originados desde la vertiente Canterbury.
Predominantemente marcado por el despliegue del sintetizador, ‘Elements I & II’
da inicio al disco con una ambientación cósmica que alterna momentos relajados
minimalistas con otros más solemnes y bizarros, siendo éstos los que más apelan
a la exploración de atmósferas psicodélicas free form. Cuando ingresa el
segundo tema, ‘Changing Times’, el frenesí y la alegría entran a tallar con un
esplendor celebratorio: el rol protagónico de la trompeta y el sólido ejercicio
rítmico provisto por el baterista y el percusionista sostienen la robusta
armazón de swing e inteligente improvisación que tiene lugar. ‘Bedrock
Deadlock’ apunta hacia un ambiente más introspectivo, comenzando con una
elegante fanfarria rebosante de sobrio intimismo, y luego evolucionando hacia
un desarrollo fusionesco afín a cadencias de tenor Latin-jazz: de este modo, lo
intimista es reemplazado por lo sensual. ‘Spirit Level’ comienza con otra
fanfarria, esta vez menos cálida y más misteriosa, como en medio de lo
caprichoso y lo aleatorio: bien pronto el clarinete ocupa el protagonismo
exclusivo, haciendo flotar sus líneas sobre los ornamentos de contrabajo
provistos por Jeff Clyne. Al bordear los 3 ½ minutos, empieza a instalarse el
cuerpo central de la pieza, bastante imbuido en atmósferas introspectivas. Los
dos motivos fluidamente engarzados en el cuerpo central tienen en común un
sutil manejo de texturas y un delicado desarrollo de los arreglos de vientos.
El tema concluye con un exultante solo de trompeta que revela un magistral
manejo de los espacios. Por alguna razón, este tema me recordó a los momentos
más serenos de Keith Tippett. ‘Torso’ abre la segunda mitad del disco con la
mayor exhibición de introspección sonora del mismo: dado que este tema rebosa
de frescura por todos sus poros, no es de extrañar que concluya con un solo de
batería, cortesía del perennemente magistral John Marshall. Apenas concluido
dicho solo de batería, surge ‘Snakehip’s Dream’ para completar el último cuarto
de hora del álbum. Esta pieza está afiatada en torno al estándar del
jazz-fusión, utilizando un medio tiempo en 10/8 y permitiendo amplios espacios
para solos de guitarra, saxo y trompeta en un jam sólidamente articulado. Los
últimos minutos sirven para airear la sección de metales en una amalgama
estupenda. La breve coda sintetizada cierra el círculo del repertorio.
Personalmente celebro que en este disco de Nucleus ya no contemos con tantas
piezas de limitado desarrollo, sino más bien con temas que gozan de suficiente
espacio como para que los músicos puedan mostrar al oyente su solvencia técnica
y feeling para explotar convenientemente las ideas musicales en juego. “Solar
Plexus” es, en pocas palabras, una gozada del jazz experimental de los 70s.
Poco tiene que envidiarle a las máximas obras de Weather Report, Return to
Forever o Miles Davis – Nucleus merece un sitio al lado de estos y otros
grandes nombres del jazz moderno.
César Mendoza
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