Temas
- The Princess of Kingdom Gone
Part I: The Arbor on the Garden
Part II: The Feast
Part III: The Ghost of NARCISSUS
Part IV: The Woodruff of Love
- The Lady of Shalott
- Legend of the Forest
- Dazzling Ligeia
- Black Panther
- Trident Rock
- Una Donna
Integrantes
- Kazuo Katayama: bateria, percusion
- Shoehi Matsuura: bajos, pedales bajos
- Takashi Nakamura: voz
- Katsuhiro Hayashi: teclados
Colaboradores – Taku Fuji (guitarras en 1, 4 y 5), Kazue Akao (voz en 3)
“The Princess of Kingdom Gone” fue el tercer y ultimo trabajo discografico
de Mugen, una banda japonesa cuya linea de trabajo se basaba en una
condensacion entre el candor melodico y academicista del sinfonismo mas
“riguroso” y la amabilidad bien estructurada del neo-prog estandarizado. La
labor del teclista Hayashi, maximo creador del grupo, se erige en el centro
neuralgico de la amalgama sonora gestada por el ensamble.
El disco abre con la suite cuatripartita que le da titulo, la misma que
ofrece una bien elaborada secuencia de diversos motivos y ambientes: en los
pasajes mas serenos, el sonido del grupo se aproxima a la faceta mas
intimista del Genesis y Camel clasicos, mientras que en los mas bombasticos
la cosa se pone mas relacionada con la herencia del Rick Wakeman setentero y
el UK con Bozzio. Hay un par de motivos centrales que reaparecen en la
ultima seccion, creando asi un referente de unidad interna. ‘The lady of
Shalott’ suena a una mezcla de vals sinfonico y cancion cortesana
renacentista: la inspirada linea melodica de base explota muy bien esa vena
evocativa aludida en el compas y estructura del tema. Las siguientes tres
piezas son las que me resultan menos interesantes del disco en lo personal,
pues se hacen un poco melosas: es en estas mismas piezas donde la tendencia
neo de Mugen sale al frente a todo color, pero dado el buen gusto con que el
grupo las despacha, tampoco llegan a ser desastrosas ni mucho menos. De
todos modos, ‘Trident Rock’ nos devuelve el esplendor que ya habia surgido
en los pasajes mas energicos de la suite homonima. En fin, el disco cierra
con ‘Una Donna’, una bella balada progresiva donde los teclados le brindan
un aura ensoñadora, casi onirica: aqui, Mugen trabaja en el lado mas amable
de sus propuesta sin caer en lo meloso. Este es, ciertamente, un bonito
epilogo para un disco que, sin ser una maravilla consumada, podra muy bien
hacer las delicias de los acerrimos amantes del progresivo sinfonico, y en
especial, el sinfonismo moderno. Japon es un pais prolifico en bandas de
rock progresivo y/o experimental, y Mugen me parece una de sus bazas mas
relevantes dentro del terreno sinfonico durante los 80’s. “The Princess of
Kingdom Gone” es, ante todo, un disco muy agradable, hecho con mucho oficio
y buen gusto.
Cesar Mendoza
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