Temas
- Opening S. E. (by the Lotus Pond)
- Flying Denture
- Mortuary
- Common Factor
- My Heart
- Line
- Future Life - Flying to the Future
- On the Earth (Digest) e-acoustic guitar solo
- Lovers
- Lamentable Dance
- Angelic Lights
- Sham Noctiluca
- La Festa
Integrantes
- Eigo Utoh: violín eléctrico, voz, guitarra
- Eisho Lynn: teclados
- Shohei Matsuura: bajo, pedales bajos
- Kenjiko Kawakatsu: batería, percusión
Después de lanzar al mercado cuatro discos de estudio desde fines de los
80s, Midas se resolvió por editar un disco en vivo en el año 2002 – hasta el
momento, “In Concert” es su único aporte para el movimiento progresivo en el
nuevo milenio. Este disco registra de manera muy concreta y justa la energía
y la precisa sensibilidad que el grupo practica con eficacia a través del
repertorio. El disco contiene material de los cuatro discos, poniendo algo
de preferencia a los discos segundo y tercero (“Midas II” y “Third
Operation”). También hay aquí un tema nuevo, ‘Lamentable Dance’, el cual
resulta uno de los más intensos del repertorio. Los recovecos del violín son
magistrales, y además, hay un poderoso solo de bajo en medio, pero la clave
principal de la pieza radica en su llamativo motivo melódico, el cual es
básicamente sencillo pero oportunamente revestido de una dosis moderada de
complejidad.
El concierto comienza con una pista parcial de un tema del cuarto disco,
para que luego el grupo entre en acción para ejecutar una de sus piezas más
emblemáticas, ‘Flying Denture’, un ejemplo de efectiva combinación de
sinfonismo centradamente melódico y jazz-rock. Los acentos de raigambre
barroca de ‘Mortuary’ y la majestuosidad de ‘Common Factor’ ayudan a
mantener el momentum. Con ‘My Heart’ pasamos al terreno de las baladas rock
convencionales: nada especial. Más valiosa en términos musicales es otra
balada, ‘Lovers’, cuyas atmósferas contemplativas quedan bien afianzadas en
el diálogo creado por la guitarra acústica y las capas de sintetizador.
Cuando el violín se suma en el clímax final, el ambiente se torna etéreo,
como un ensueño que envuelve las palpitaciones del corazón enamorado. A
pesar de que el violín y el teclado se erijan como los protagonistas
naturales del ensamble, la dupla rítmica se da maña como para hacer resaltar
su toque de dinamismo dentro del sonido grupal – ejemplos de ello
encontramos muchos aquí, especialmente en ‘Line’ y el ya mencionado
‘Lamentable Dance’. Los dos últimos temas edifican una conclusión oportuna
para el concierto. ‘Sham Noctiluca’ contiene unos ornamentos cósmicos en las
partes más lánguidas, mientras que ‘La Festa’ se explaya en contagiosos
aires festivos, muy afines a la dimensión más juguetona de PFM.
En fin, este disco en vivo de Midas deberá complacer mucho a los conocedores
apreciadores del sinfonismo japonés actual, y también, por qué no, a los
fans de Curved Air, UK y Trace. En todo caso, Midas sabe ponerle un matiz
particular al conglomerado resultante de sus influencias. Nota adicional:
por los tenues sonidos del grupo, se puede adivinar que el público asistente
no era muy numeroso.
César Mendoza
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