Antes de comenzar a referirme al disco en cuestión siento la necesidad de
aclarar que Marillion es para mí ante todo la banda que grabó "Brave". Con esto
quiero decir que nunca fui un fan de la era Fish, probablemente porque nunca
logré entusiasmarme demasiado con el estilo conocido como Neoprog. Aunque debo
decir a favor del mismo que, a diferencia de otros estilos que pretenden
hacerse pasar por Rock Progresivo (como diría un tal Taxideral, "saben a qué me
refiero" 96 perdón, es una frase que me quedó grabada de la infancia), al
Neoprog S CD lo considero Rock Progresivo.
Habiendo dejado en claro que "Brave" es mi modelo de álbum de Marillion y con
el que posiblemente compararé a todo disco subsiguiente, me dispongo a comentar
este primer volumen de la incursión en el mercado discográfico por partida
doble del grupo en 2008.
Se trata de un álbum cuya solidez compositiva, lo sitúa muy cerca del
maravilloso "Marbles", ampliamente consensuado este último como lo mejor de la
era "h" junto al mencionado "Brave".
El comienzo de "Essence" no podría ser mejor: Tras una (excelente) intro, nos
encontramos con una suerte de nuevo "Afraid of Sunlight" titulado "This Train
Is My Life", aunque al tratarse de un tema de inicio de disco, la banda sabe
hasta dónde hacerlo crecer tanto en materia de cronometraje como de dramatismo.
El clímax emotivo se mantiene y hasta se intensifica en la canción que bautiza
la placa, pero recién en su segunda mitad, ya que la primera se dedica a
explorar terrenos más introspectivos. Lo notable de esta pieza es el nivel de
intensidad emocional que con maestría arregladora la banda consigue plasmar
tanto en los pasajes más misteriosos como en los más jubilosos, lo cual coloca
a "Essence" como la posible cúspide del álbum.
Otro tema que puede disputar ese galardón es el excelente "Trap The Spark", con
una melodía vocal repetitiva y pegadiza que puede hacer que las magníficas
atmósferas pasen desapercibidas en las primeras escuchadas, pero una vez que el
oyente se adentra en los detalles de la instrumentación y la producción, toma
conciencia de la verdadera magnitud de la pieza.
Concluye el disco con otra de las piezas destacables, "Happiness Is The Road",
que cumple un rol similar al de "Neverland" en "Marbles", si bien no llega al
nivel de aquella. Hogarth experimenta con impostaciones bastante raras en
algunos momentos - es cuando comprendo perfectamente por qué es de esos
cantantes que tienen tantos amantes como detractores a pesar de incluirme entre
los primeros.
El resto de los tracks del álbum quizás no esté a una altura tan estratosférica
como los mencionados pero todos y cada uno de ellos distan años luz de ser
rellenos, incluso algunos tan poperos como "A State Of Mind" y "Woke Up".
Para el final hay una sorpresa: "Half Full Jam" escondida después del final del
CD y tras dos minutos de silencio. Es otra de las grandes canciones del álbum a
pesar de no ser formalmente parte de él. Potente, cósmica, delirante por
momentos. Lo dicho sobre el bueno de "h" para "Happiness Is The Road" vale
también en este caso pero aquí no sólo experimenta, se arriesga. Y en lo que a
mí respecta sale más que airoso.
Termino mi comentario parafraseando el título de la pista oculta del CD y el
dicho popular: Puede que otros álbumes de Marillion requieran de un oyente que
vea el vaso medio lleno y no medio vacío, pero esta vez parece que Hogarth,
Rothery, Kelly, Trewavas y Mosley van a lograr dejar satisfecho hasta al más
exigente de los melómanos, como el que debajo firma.
Ezequiel Beyrouti
PD: Creo que tengo un ataque de nostalgia infantil, voy a ver si en YouTube
encuentro algo de Los Halcones Galácticos.
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