Temas
- Chúcaro
- X_2004
- Perimontu
- Rancagua Nocturno
- Aborigen
- Sobreviviente
- Chileneos
- Mar de Robles
- Ubuntu
Integrantes
- Julio Tobar: saxo, flauta, canto
- Rodrigo Moris: guitarras
- Cristián Larrondo: bajo sin trastes, Chapman Stick
- Jesús Parada: batería, percusión
- Ignacio Larrondo: congas, djembé, percusión
“Indígena” es el segundo disco de Mar Robles, suponiendo la confirmación
clara y distinta de su status predominante dentro de la escena chilena
actual dentro del contexto progresivo con base de fusión. En comparación con
su impresionante disco debut “MdR”, “Indígena” exhibe una prestancia más
aguerrida, lo cual deja constancia de la capacidad que tiene el grupo por
ahondar en su faceta más extrovertida y agresiva, conservando la frescura y
el vigor de siempre. No hay modo de negar que MDR sabe operar como un
ensamble bien afiatado a través de sus espléndidos vuelos instrumentales,
viajes sónicos emanados de la libertad creativa bajo un esquema sólido y
versátil que los cinco músicos construyen de manera robusta y coherente.
‘Chúcaro’ abre el disco de manera contundente, estableciendo una pauta
central de corte psicodélico hard con tintes crimsonianos, algo así como una
cruza entre sus coterráneos de Ergo Sum y Gordian Knot. El filo agresivo de
la pieza se enriquece con matices sucesivos de fusión y funk-rock que
emergen con las variantes que surgen en el desarrollo, siendo así que una
serie de adornos complejos permiten el regreso al motivo central. Ocho
minutos bien aprovechados en un despliegue de potencia musical
inteligentemente suministrada, ocho minutos más que apropiados para captar
la atención del oyente de forma decisiva. ‘X_2004’ permite al grupo
conservar el fuego con una dosis menor de complejidad estructural aunque sin
renunciar al manejo de variantes en los motivos y ambientes. ‘Perimontu’
sigue el mismo camino, con la salvedad de que el manejo de contrastes más
marcados de ambiente permite al tema elaborar un sistema de tensión interna
bastante interesante desde el punto de vista progresivo: el contrapeso de
las líneas de flauta y los acordes de guitarra generan una magia sofisticada
muy peculiar, realzada por los ornamentos de bajo y las percusiones
añadidas. Si ‘Chúcaro’ fue la entrada perfecta, esta pieza se convierte en
un afianzamiento del camino que aún queda por recorrer al repertorio
restante. ‘Rancagua Nocturno’ tiene una vibración extremadamente ágil, no
exenta de fuerza y espíritu vanguardista, tal como lo demuestran las
secciones más nítidamente pesadas (y a la vez, tribales) que cortan con el
colorido candoroso de los primeros minutos. El nervio y la solvencia
utilizados para el manejo de elementos fusionescos casi se pueden palpar a
través del aire – el elemento onírico que atraviesa a la última sección
hasta su hipnótico fade-out es digno de una mención especial. Junto con
‘Chúcaro’, esta pieza es todo un emblema del actual sonido de MDR.
La banda no queda agotada tras el despliegue de energía vertido en los 26
minutos precedentes, tal como lo demuestra el delirante frenesí de
‘Aborigen’ (incluyendo un misterioso aunque breve pasaje telúrico, abrupto
como la aleatoria irrupción de imágenes provenientes de un universo
paralelo). ‘Sobreviviente’ se inicia con sonoridades raras de cuerdas (?será
un Stick?), a modo de preludio a la hoguera musical que se enciende ante
nuestros oídos. ‘Chileneos’ comienza jugando con una base rítmica en 6/8 más
cadenciosa, lo cual hace que el tema adquiera un cierto carácter etéreo,
pero las cosas no tardan mucho en asentarse sobre un compás veloz y urgente.
En varios momentos, la influencia crimsoniana (una constante dentro del
sonido de la banda) se resalta de una manera especial. El tema titulado al
igual que la banda parece reflejar muy bien la alusión a lo genuino, pues
también funciona perfectamente como símbolo determinante de la línea musical
de la banda que traemos a colación aquí: psicodelia hard, jazz-fusión,
funk-rock, ribetes crimsonianos. En fin, ‘Ubuntu’ cierra el disco con un
apego más definido hacia compases telúricos, abriendo campo para que la
sección rítmica adquiera una especial relevancia en varios momentos
climáticos cruciales, amenazando con robar la escena a los contundentes
efluvios guitarreros o a las mágicas florituras de saxo y flauta. Como pasa
con muchas piezas de este repertorio, 'Ubuntu' concluye de porrazo, causando
un efectivo dramatismo conclusivo.
En conclusión, solo queda reafirmar la noción de que “Indígena” es una labor
musical forjada a punta de buen oficio y lucidez creativa: Mar de Robles es
un nombre válido para designar la combinación de energía, categoría creativa
y solidez performativa.
César Mendoza
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