Temas
- Easy Empire (7:13)
- Gods Of The XXI Century (4:44)
- Plastic Paradise (4:12)
- Welcome To The New World (6:40)
- Microsolco (5:01)
- 21-12-12 (4:20)
- Terranova (4:37)
Integrantes
- Cristiano Roversi: teclados
- Mirco Consolini: guitarras
- Nicola Milazzo: guitarras
- Gigi Cavalli Cocchi: batería, percusión
- Roberto Tiranti: bajo y voz
Mangala Vallis vuelve al ruedo fonográfico varios años después de su
lanzamiento anterior "Lycanthrope" (siete años, para ser más exactos). Esta vez
nos trae "Microsolco", contando con dos nuevos miembros en su alineación que se
suman al trío nuclear de Cristiano Roversi, Mirco Consolini y Gigi Cavalli
Cocchi: nos referimos al bajista-vocalista Roberto Tiranti y al guitarrista
Nicola Milazzo, quien está a cargo de intensificar los aportes hechos por
Consolini. El balance general previo de "Microsolco" es que la nueva alineación
de la banda cumple con darle un giro distinto a su mezcla de sinfonismo
moderno y clásico, un aura más robusta sin por ello perder la transparencia
melódica que el grupo siempre ha ostentado de forma convincente y consistente.
"Easy Empire" da inicio al disco con una actitud vibrante y animada, con una
sonoridad que nos remite tanto a los estándares de Karmacanic como al estándar
neo-progresivo del nuevo milenio. Los solos de sintetizador que emergen en
lugares estratégicos sirven para realzar la energía en curso, además de
proveerle de una cierta cadencia cósmica. A través de la secuencia que va del
lirismo más relajado de "Gods Of The XXI Century" a la candorosa solemnidad de
"Plastic Paradise", la gente de Mangala Vallis desarrolla fuertes nexos con las
líneas de trabajo de Spock"s Beard y Sylvan. Acto seguido, "Welcome To The New
World" le da un giro más sofisticado y fastuoso a esta tendencia, logrando así
aportar convenientes dosis extra de vigor y colorido al asunto: las semejanzas
con sus compatriotas de T he Former Life y el último Eris Pluvia pueden ser
fáciles de apreciar. Una mención especial merece la sección final, la cual
estructura un fluido matrimonio entre el modelo Floydiano de la etapa "Dark
Side" con el prototipo del Arena post-"The Visitor". La pieza homónima, que
dura 5 minutos, establece un rotundo colorido melódico bajo una robusta
ingeniería sónica que nos remite a Presto Ballet y, una vez más, a Spock"s
Beard. Su dinamismo es bastante magnético, y tiene suficiente gancho como para
beneficiarse potencialmente de un arreglo más expansivo, pero su engarce con
"21-12-12" deja las cosas como están para virar hacia una modalidad de
sinfonismo moderno con moderados matices célticos: imaginando un encuentro
entre los esquemas sonoros de Karmacanic y Mostly Autumn nos podremos hacer una
buena idea intuitiva sobre lo que nos espera con este bonito tema. "Terranova"
cierra el disco en clave de balada sinfónica: se nota en esta canción la
presencia de aires Camelianos, así como algún matiz Genesiano a través del
filtro de The Watch durante el interludio que precede al pasaje final.
Un disco bastante breve es "Microsolco", no llega a los 40 minutos de duración,
pero es bastante agradable y destila cristalina musicalidad por doquier a
través de su repertorio: cabe señalar claramente que esta obra no iguala la
magia vertida en los dos discos precedentes, pero es algo bueno advertir cómo
Mangala Vallis logra afianzar las nuevas vías progresivo-sinfónicas modernas
que se ha trazado para esta nueva fase de su trayectoria. Ante todo, cabe
valorar a "Microsolco" como testimonio de una revitalización que promete
generar más cosas interesantes en el futuro próximo.
César Mendoza
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