Temas
- Structure 1
- Structure 2
- Structure 3
- Structure 4
- Structure 5
- Structure 6
- Structure 7
Carlos Plaza Vegas: teclados, bajo, percusión midi, secuenciador, arpa
Colaboradores – Omar Acosta (flauta, EW5), Carlos Franco (percusión),
Adriana Plaza (pandereta)
Con el disco “Structures”, Kotebel inició su trayectoria discográfica, la
misma que ha ido cosechando elogios en varios e-zines y foros progresivos a
lo largo de los años. Dos de las razones más recurrentes para las reseñas
positivas que ha ido recibiendo Kotebel a lo largo del nuevo milenio son el
empleo colorido de la inspiración musical vertida en las composiciones de
Carlos Plaza y el sentido de exquisitez ejercido en los arreglos de dichas
composiciones. Ya desde este disco debut, que está casi íntegramente basado
en las labores de Plaza en los teclados y percusiones programadas, estas
cualidades brillan a punta de ingenio y creatividad.
Los siete temas de “Structures” conforman un catálogo de belleza y
elegancia, estupendamente recicladas a través de efectivas líneas melódicas,
pulcros ambientes sinfónicos, adornos sorpresivos naturalmente engarzados en
el desarrollo de los motivos y una sensibilidad peculiar que el uso de la
tecnología no puede ni pretende ocultar. Los dos primeros ‘Structures’
portan una mezcla de Anthony Phillips, Mike Oldfield (en su faceta de
teclista) y Rick Wakeman por el lado que podemos llamar “más netamente
progresivo”, incorporando también tonalidades y cadencias propios del
jazz-fusión melódico, aunque en un nivel más sutil (en cuanto a este
detalle, el estilo de Plaza me recuerda un poco al del Jan Hammer de los
70s, y por eso también, a Kit Watkins en su lado más reposado). Con estas
dos piezas escuchadas de corrido, el oyente empático puede sentirse
compenetrado con el lirismo elegante y espiritualidad mágica que Plaza sabe
trasladar tanto sobre las bases de piano como sobre las orquestaciones y
solos de sintetizadores. Con ‘Structure 3’ escuchamos por primera vez a la
flauta de Omar Acosta, la cual logra añadir una cadencia bucólica a la bien
instaurada amalgama melódica-armónica de teclados: sólo con el fin de
mencionar referentes descriptivos, diré que esta pieza me suena como una
mezcla de Wakeman y Lito Vitale. Los motivos recurrentes y sus variantes no
aburren a pesar de extender sus expansiones en un transcurso de 8 minutos, y
en buena parte eso se debe al efectivo candor transmitido por la flauta. El
cuarto ‘Structure’ es el más breve: su ambientación serena y lánguida nos
remite a una cercanía al prototipo del “new age”. ‘Structure 5’ es el tema
más largo, ocupando un espacio de casi 11 ½ minutos. El ambiente general
(casi siempre con un ritmo medio lento) se sostiene principalmente sobre un
tempo de tres cuartos, muy típico del folklore criollo sudamericano. Este
hecho y la aparición de la flauta en ciertos pasajes ayudan a Plaza a crear
aquí una vía intermedia entre la fastuosidad propia del rock sinfónico y la
vibración bucólica del folklore latinoamericano. Una vez más, tenemos aquí
un juego de expansiones a partir de ciertos motivos básicos, creando un aura
envolvente en torno al espíritu del oyente. ‘Structure 6’ comienza con
pomposas cortinas cósmicas de sintetizador antes de revelarse casi de
inmediato como la pieza con más polenta del disco: en este sentido me
recuerda al Rick Wakeman del “No Earthly Connection”, aunque manteniéndose
en su propio estilo. Al llegar el quinto minuto, tenemos un “falso” clímax
que da lugar al pasaje final, un segmento lento en el que la flauta vuelve a
asumir un rol protagónico. El último ‘Structure’ también resulta marchoso en
su sección inicial, pasando luego del segundo minuto y medio a otro pasaje
distinto, más ceremonioso, el cual se divide entre segmentos de corte
onírico y otros más fastuosos. El último minuto se completa con un reprise
del motivo inicial.
En fin, “Structures” es el disco que abrió el camino para la concreción y
desarrollo de la visión musical de Carlos Plaza. A pesar de no contar con
las ventajas de una instrumentación más rica e intensa que sí aparece en sus
discos posteriores, al igual que cualquiera de éstos “Structures” muestra a
Kotebel como lo que es, una importante fuerza creativa dentro del rock
sinfónico de nuestros días.
César Mendoza
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