Temas
- Inner Flames
- Weigh Anchor!
- Stratosphere
- Intermezzo
- Rice Planting Song
- Lagoon Nebula
- 40 Degrees
- Order from Chaos
Integrantes:
- Akihisa Tsuboy: violines
- Toshimitsu Takahashi: teclados
- Dani: bajo
- Shirou Sugano: batería
Tenemos en nuestras manos el nuevo trabajo de estudio de KBB, el tercero
para ser más precisos. “Proof of Concept” ha recibido ya elogios en
Babyblaue (http://www.babyblaue-seiten.de/album_8453.html), ProgGonis
(http://www.proggnosis.com/MUSIC_DBCDInfo.asp?txtCDID 23257) y Sea of
Tranquility
(http://www.seaoftranquility.org/reviews.php?op=showcontent&id=5808), y por
lo que he escuchado apenas adquirido mi ejemplar es más que justo alabar
esta estupenda obra musical. Para el momento en que estoy elaborando esta
reseña ya he terminado mi tercera escucha, por lo que con esta poca cantidad
de distancia puedo acometer algo de observación y análisis a esta impresión
tan positiva que me ha causado esta exquisita obra progresiva. El disco
sigue el camino de sonoridades plasmado en “Four Corner’s Sky”, aunque
poniendo más énfasis en la fuerza durante los pasajes extrovertidos, y
explorando más el lirismo en los pasajes cándidos; incluso se nota una
acentuación del elemento folk cuando salen a relucir idea melódicas de tenor
exótico.
El disco abre con ‘Inner Flames’, un tema que yo ya conocía de su CD y DVD
en vivo: esta versión de estudio nada tiene que envidiar a las versiones en
vivo en lo que se refiere a contundencia y expresividad. La apertura con
esos redobles de batería, los incendiarios solos de sintetizador y violín,
las cadencias armonizadas al unísono por el bajo y el violín, la elegante
vivacidad de la dupla rítmica, todo aporta sólidamente al desarrollo de
energía que tiene lugar a lo largo de los casi 10 ½ minutos que dura la
pieza – los ambientes más flotante que emergen en el interludio sirven para
brindar grácil frescura al asunto, aunque la vibración pletórica es
omnipresente. Una apertura tan intensa como ésta solo puede ser sucedida por
una cálida llovizna de sensibilidad melódica: ‘Weigh Anchor!’ es todo un
prodigio de romanticismo y serenidad, bien llevado (como no podía ser de
otra manera) por el fantástico violín de Tsuboy. Difícil no pensar en el dúo
Goodman-Hammer cuando se escucha este tema. ‘Stratosphere’ porta la marca de
una profundización más minuciosa en lo etéreo, aunque esta vez la cosa es
menos romántica y más misteriosa. Hay una suerte de crescendo “reprimido”
que el ensamble utiliza para sostener un ambiente cristalino con el buen
oficio requerido para que la firmeza no opaque la emotividad del momento.
Luego sigue una sección ágil sobre un esquema de 7/8 donde el aura frenética
termina por imponer su luminosidad: los ornamentos arábigos son
cautivadores, especialmente en lo que se refiere al tremendo solo de
sintetizador que brota por ahí. Buena parte de lo magistral de este disco se
funda en los duelos y alternancias entre Tsuboy y Takahashi – no tienen una
molécula de desperdicio. Después sigue ‘Intermezzo’, el tema más ensoñador
del disco, focalizándose en lo romántico: belleza en manifestación pura ante
la contemplación estética absolutamente quieta, como si un mínimo movimiento
del receptor fuera potencialmente fatal para dicha belleza.
‘Rice Planting Song’ y ‘Lagoon Nebula’ son los temas más “raros” del disco,
en el sentido de que muestran estructuras musicales que no son de las más
habituales dentro de la propuesta musical de KBB. ‘Rice Planting Song’
mezcla las vibraciones de la música de circo, el ska y el folklore eslavo en
una dinámica juguetona, con un frívolo optimismo derrochado a raudales –
imaginemos cómo haría Jean-Luc Ponty para componer una pieza tras pasar tres
horas disfrutando de Samla Mammas Manna y Alamailman Vasarat. Por su parte,
no se puede otorgar optimismo a ‘Lagoon Nebula’ a pesar de tener una
intensidad y colorido típicos de KBB: se trata más bien de un semi-lento de
jazz-rock con elementos incorporados de la faceta densa del chamber-rock
(sin lo oscuro), lo cual permite a KBB acercarse un poco al prototipo de
Univers Zero, y de rebote, a los pasajes más inquietantes del “Four Corner’s
Sky”. A diferencia de los demás temas del disco, “40 Degrees” fue compuesto
por el bajista Dani – queda como una muestra más de KBB explotando su
tendencia jazzera con influencia de Weather Report y Return to Forever,
combinando claridad melódica y enérgica prestancia. ‘Order from Chaos’ ocupa
los nueve minutos finales del disco, plasmando esa mágica confluencia entre
jazz-prog y sinfonismo a la que KBB imprime su sello característico, sacando
el jugo a un base melódica sencilla. Es como una reiterada “declaración de
principios musicales”, apta para cerrar el repertorio de “Proof of Concept”,
una gema progresiva de este año 2007 que ya se nos va.
César Mendoza
|