Temas
- Gemini Becoming the Tripod
- Immortelle and Paper Caravelle
- Aura on an Asylum Wall
- ___ On Limpid Form
- Amaranth the Peddler
Integrantes
- Toby Driver: guitarra, violonchelo, campanas, contrabajo, teclado
- Greg Massi: guitarra, voz
- Mia Matsumiya: violín, viola
- Ryan McGuire: bajo, contrabajo, teclado
- Forbes Graham: trompeta, eufonio, guitarra
- D. Thomas Murray: ingeniería de sonido, sampleos
- John Carchia: guitarra
- Tom Malone: batería
Con éste, su segundo disco, el ensamble norteamericano Kayo Dot, liderado
por el guitarrista y multiinstumentista Toby Driver, ganó el primer puesto
en la encuesta de mejores discos progresivos de 2006 en el e-zine Prog
Archives. La verdad que “Dowsing Anemone with Copper Tongue” es un
prodigioso ejemplo de cómo se puede combinar de manera fluida las atmósferas
flotantes del post-rock y las bizarras exquisiteces del chamber rock con un
gusto por lo inquietante muy a lo RIO. Tal vez sea justo precisar estos dos
elementos quedan realzados de manera eficaz en varios pasajes, ya sea por el
uso de síncopas propias del jazz de vanguardia en la sección rítmica o el
empleo del punche robusto propio del rock metalero experimental. En líneas
generales, la amalgama resultante tiene mucho de magia turbulenta y neurosis
vibrante, asumiendo el peso de transmitir testimonios sonoros de energía
atormentada y misterio grisáceo de manera constante. Este disco es uno de
los más terriblemente sombríos que he escuchado en los últimos meses.
‘Gemini Becoming the Tripod’ es un viaje de 10 ¾ minutos de duración que nos
remite al GYBE! de “Yanqui U.X.O.” mezclado con el Univers Zero del
“Heresie”: Kayo Dot escoge la faceta del post-rock más adepta a explorar los
rincones desconocidos del sonido y no tanto a introspecciones emocionales
egocéntricas. Las ideas musicales están definidas de modo casi milimétrico
en su despliegue casi minimalista de texturas (especialmente en las partes
de violín y los retazos de guitarra que acompañan a las mismas), pero se
nota un coqueteo claro con la línea de forma libre en la ejecución y los
diálogos establecidos entre las diversas guitarras, las cuales, en los
pasajes más explosivos, parecen rivalizar sobre cuál se hace notar más en
los riffs. La dupla rítmica, por su parte, conserva un aura de rara
complejidad a lo largo de los compases empleados durante el desarrollo de la
pieza, que no son en verdad muy veloces. El final llega de forma seca, que
no abrupta: un buen impacto emocional. ‘Immortelle and Paper Caravelle’ es
la única pieza patentemente introvertida del disco, basado en una cruza
entre la balada tipo Mogwai y el ruidismo aleatorio tipo krautrock, siendo
así que este último elemento es empleado con una espiritualidad lánguida y
no tanto para crear una tensión radical. Los espartanos acordes de guitarra
y los cándidos ornamentos de violín dirigen el nivel sutil de intensidad que
la instrumentación global ha de respetar. ‘Aura on an Asylum Wall’ nos
devuelve en buena parte la furia neurótica del tema de entrada, pero en
líneas generales, mantiene una actitud de contención que permite a la
tensión sujetarse bajo las cadenas atadas por la sección rítmica,
eminentemente jazzera durante los primeros minutos. El solo de trompeta
emerge como uno de los pasajes más coloridos del disco. Al concluir esta
sección, se engarza con una secuencia de raigambre crimsoniana en cinco
cuartos, el cual se sostiene en un bien armado crescendo hasta desembocar en
una coda delirante basada en los parámetros del tras metal.
‘___ On Limpid Form’ es el tema más extenso del disco – dura 18 minutos – y
también es el más fastuoso, exhibiendo el filo más perturbador en los
pasajes lánguidos y la neurosis más autodestructiva en los momentos más
explosivos. El grupo aprovecha el espacio para expresar una suerte de
compendio de sus variables enmarcadas en su faceta lánguida dentro de una
arquitectura coherente y sólida. El dramatismo inherente al tema nunca llega
a desplegarse de forma abrumadora, pero hay un momento en el cual se expone
un contrapunto expansivo al modo de un falso preludio a un clímax que nunca
llega: más bien, poco a poco emergen unos efectos percusivos de generador de
audio que se adueñan poco a poco de la escena mientras el falso preludio se
arrastra enredándose en la trampa de su inevitable cacofonía. Este truco es
para crear una alerta subrepticia en la mente del oyente empático, y valgan
verdades, es un truco bien culminado. El eco del último golpe “cibernético”
crea un efecto de liberación similar al de la conclusión de ‘Gemini Becoming
the Tripod’. ‘Amaranth the Peddler’ cierra el disco ocupando sus últimos 14
minutos. Esta pieza tiene un parentesco más cercano al segundo tema,
combinando la tipología de Mogwai y la vertiente experimental del brit-pop
(estoy pensando en el Radiohead de “Amnesiac”), más la incorporación de
trucos propios del ruidismo krautrock. La larga despedida gestada por los
acordes de guitarra se hace eco de la evocación misteriosa vertida en la
pieza.
Ojalá hubiera descubierto a este grupo antes, a fin de poner a esta obra en
un lugar muy alto en mi lista de favoritos en las encuestas. Bueno, no puedo
volver al tiempo pasado, pero puedo sin duda trascender al flujo del tiempo
mentalmente cada vez que mi espíritu se deje cautivar rendidamente por la
música vertida en “Dowsing Anemone with Copper Tongue”. Kayo Dot es un ítem
altamente recomendable para los amantes de la vanguardia más aventurera del
progresivo contemporáneo.
César Mendoza
|