Temas
- Calonyction Girl (7:59)
- Whisper Ineffable (11:13)
- Abyss Hinge 1: Sleeping Birds Sighing in Roscolux (3:45)
- Abyss Hinge 2: The Shrinking Armature (13:40)
- Cartogram Out Of Phase (3:11)
Integrantes:
- Toby Driver: bajo, voz
- Mia Matsumiya: violín, guitarra
- David Bodie: batería, percusión, gong
- Daniel Means: saxofón
- Terran Olson: órgano, piano, sintetizadores, saxofón
- Tim Byrnes: trompeta, corno francés
?Por qué no dura ni siquiera 40 minutos? Es una pregunta que tal vez se harían
muchos cuando acaban de disfrutar de su primera escucha de "Coyote", la nueva
entrega fonográfica de Kayo Dot. Esta banda, que es una de las punteras de la
experimentación rockera contemporánea de los Estados Unidos, ha elaborado un
concepto musical sólido a partir de una nueva vuelta de tuerca dentro de su
inagotable experimentalismo. Si el disco precedente "Blue Lambency Downwards"
nos mostraba a unos Kayo Dot compenetrados en la exploración de ambientes
post-rock con abundantes coloridos provenientes del jazz vanguardista y el RIO
primigenio, ahora la banda ha hecho de esta última estrategia su núcleo
estilístico. La trama conceptual de "Coyote" se basa en letras escritas por una
amiga del grupo, la artista visual y narradora Yuko Sueta: dichas letras,
escritas entre 2008 y 2009, están directamente vinculadas con su propia lucha
contra el cáncer y la imposición de enfrentar la propia mortalidad. De hecho,
ella no pudo apreciar la obra en su forma final porque falleció mientras estaba
en post-producción, pero el disco está dedicado a su memoria, naturalmente.
También es ella la chica fotografiada en la portada.
Los primeros 8 minutos del disco sirven para que 'Calonyction Girl' instale de
manera frontal e inapelable la aureola de exquisita tensión que habrá de ser
norma recurrente de la obra integral: el asunto musical está tremendamente
focalizado en el estándar del RIO francófono, y si no fuera por el canto
casualmente urgente de Toby Driver, sería fácil confundirse con un disco
cualquiera de Univers Zero, Shub-Niggurath o Vortex. El efecto claustrofóbico
del esquema sonoro global se sostiene en buena medida en las notas sostenidas
emitidas por la dupla de saxo y trompeta. Poco antes de llegar a la barrera del
5to minuto, el esquema instrumental se suelta un poco más para llevar la
tensión reinante hacia una dimensión más ágil, pero lejos estamos de llegar a
un aligeramiento de la atmósfera psicológica. 'Whisper Ineffable' está a cargo
de ocupar los siguientes 11 minutos y pico, y ciertamente conforma un pico de
fastuosidad dentro del repertorio. El preludio de 3 minutos establece una larga
expectativa donde la densidad se puede casi tocar a través del aire: la
personalidad de Tim Byrnes impone una fuerza especial incluso desde antes que
la batería ingrese para armar un esqueleto adecuado para la acción conjunta de
todo el ensamble. Cuando ello efectivamente sucede, el grupo desarrolla una
sonoridad retorcida donde el ambiente general en clave post-rock se nutre
crucialmente de cadencias jazzeras vanguardistas y climáticos ornamentos de
corte space-rock. ?Y qué hay del canto de Toby Driver? Parece un trovador
urbano en trance que hace que su voz expresen confusión y rabia al unísono. En
el séptimo minuto, las cosas transitan hacia un pasaje lánguido marcado por
pulsaciones convenientemente dispersas que fluidamente preparan el terreno para
la coda orquestada.Mia Matsumiya, quien no había hecho relucir su violín con
tanta fruición como en discos anteriores de Kayo Dot (o el último de maudlin of
the Well), utiliza distantes acordes de guitarra que completan las texturas
espartanas que Driver extrae del bajo.
A continuación siguen las dos piezas de la sección 'Abyss'. La primera,
'Sleeping Birds Sighing in Roscolux', expresa los primeros momentos de
auténtica extroversión sónica del disco: se trata de un viaje psicodélico bien
llevado por el enérgico solo de órgano distorsionado de Olson, mientras que las
cadencias semi-tribales de la batería impulsan casi todo el tiempo un logrado
clima industrial. La segunda parte, 'The Shrinking Armature', conforma el
segundo momento fastuoso del disco, y me animo a señalarla como la cúspide
inapelable del disco. El viaje orquestal que el ensamble desarrolla durante los
primeros 4 minutos y medio es excelso y sublime, marcado por un sentido
controlado de la pomposidad y con una clara herencia de los 3 primeros discos
del añejo Univers Zero. Cuando emerge la breve sección cantada, el esquema
sonoro vira hacia un surrealista clima post-rock envuelto en calculados climas
cósmicos, resultando algo similar a lo que podríamos escuchar en una escena de
"Mulholland Drive" o "Lost Highway". Después sigue una nueva secuencia
instrumental notablemente signada por juegos disonantes de metales, órgano y
violín, ágilmente trasladados por la móvil arquitectura rítmica de Bodie, quien
genera su mayor lucimiento en el presente repertorio. La tensión está latente
todo el tiempo, no muy difícil de notar, y sin embargo hay una ingeniería
siempre serena en el sendero instrumental marcado por los músicos. Más aún, la
pieza logra desarrollar un descenso refinado durante su último minuto y medio,
evocando así la imagen de algo que se está alejando o desvaneciendo de a pocos.
La última canción del disco, 'Cartogram Out Of Phase', es una triste e
intimista elegía a ritmo de lento blues que el ensamble sabe reelaborar en
clave de free-jazz contemplativo. Posiblemente yo hubiera deseado que durara un
poco más esta canción de despedida, pero sin duda que está muy bien articulada
para cumplir a la perfección su papel de epílogo para este disco.
En fin, el balance general de "Coyote" es altamente positivo: la renovación
musical plasmada en este disco no implica una chocante ruptura con lo anterior
sino una continuidad coherente con lo que hasta ahora es la historia viviente
de Kayo Dot. Si alguien extraña la fuerza sinérgica de las dos primeras placas
de Kayo Dot, puede consolarse con que este disco tiene una fuerza más patente
que "Blue Lambency Downward"; quienes como yo han recibido de buen grado el
giro de "Blue Lambency Downward", bendecirán aún más la evolución artística que
Toby Driver, Mia Matsumiya & co. han perpetrado para "Coyote". Pero=85 ?por qué
no dura ni siquiera 40 minutos?
César Mendoza
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