Temas
- Santo y Seña
- Tricky Trip
- Cita en Ziggurat
- Road Movie
- Bolero
- La Piedra que Cayó del Cielo
- A Bao a Qu
- ParaRap
- Ca(s)za de Chaneques
- Oigo Voces
- Muda de Piel
- Road Movie II
José Luis Fernández Ledesma: guitarras eléctrica, acústica y de 12 cuerdas,
sintetizadores, piano, piano eléctrico, bajos, armonio, laúd, sitar, flauta,
zampoñas, kalimba, darbuka, santur, ocarinas, autoharp, percusiones, procesos y
efectos electrónicos, radio de onda corta, voz
Colaboradores – Margarita Botello (voces, acordeón, ocarina, marimba,
percusiones), Germán Bringas (trompetas, saxos soprano y tenor), Alejandro
Sánchez (violín, violectra barítono), Carlos Bonequi (batería)
Todavía no nos hemos recuperado totalmente de las atmósferas densas y
agudamente misteriosas de “La Paciencia de Job”, y ya nos llega un nuevo
trabajo de parte del visionario mexicano José Luis Fernández Ledesma:
“Híbridos”. Realmente JLFL se halla en una etapa muy activa y prolífica, pues
actualmente también está embarcado en el proyecto del grupo Saena. En fin, lo
que pasa es que los coleccionistas de música progresiva y experimental no
tenemos cómo llenarnos de tantas obras llenas de alta valía artística, y en el
caso de este disco “Híbridos” que ahora nos ocupa, la visión musical de JLFL
parece seguir en continua expansión y replanteamiento. Sin duda, podemos ver
también una coherencia y una consistencia bien definidas en la obra de JLFL, y
en “Híbridos” se nos muestra un parentesco con una de sus obras maestras, “Sol
Central”. Pero también notamos en “Híbridos” que hay un acercamiento palpable a
la estética de la fusión que se hace notar de manera más explícita: es por ello
que el resultado final expresado en este repertorio tiene un poco más de
calidez y un poco menos de densidad que el antes mencionado “Sol Central”. De
hecho, el arsenal instrumental predominantemente resulta menos “tormentoso”,
por así decirlo, y el uso de procesos electrónicos está mucho más medido,
concentrándose más en las cadencias de cada pieza y menos en realzar el
colorido musical global. En este sentido, “Híbridos” nos muestra un cuadro
sonoro menos inquietante que en “Paciencia de Job”, “Al Filo” o “Sol Central”.
?Más accesible, entonces? – bueno, en realidad no, porque JLFL no renuncia
siquiera a un ápice de sus peculiares inquietudes vanguardistas.
‘Santo y Seña’ da inicio al disco con un rumbo extrovertido marcado por vientos
y percusiones, casi como un jolgorio, aunque cobijado en un ambiente
misterioso. ‘Tricky Trip’ es una breve excursión instrumental al mundo de Art
Bears, y acto seguido viene ‘Cita en Ziggurat’… que nos lleva también a una
onda tipo Art Bears, pero esta vez con el canto y el acordeón de Margarita
Botello incorporados. Por su parte, ‘Road Movie’ es un ejercicio en sonidos
electrónicos oníricos, inspirados en Stockhausen y el krautrock pulsacional y
atmosférico de Can (etapa “Future Days”). ‘Bolero’ nos retrotrae a la densidad
grisácea y vibrante que tan fuerte presencia tuvo en los momentos más notables
de “La Paciencia de Job” y “Al Filo”. Estas densas capas se sostienen
firmemente en el aire durante un espacio de 9 minutos. Las cosas pasan a un
terreno más ágil con ‘La Piedra que Cayó del Cielo’, un número juguetón
empapado de combinaciones inauditas de loops, líneas de acordeón, armazones de
santur y guitarra acústica, acordeón, voces distorsionadas, retazos de saxo –
se trata de algo así como un RIO cibernético con matices fusionescos. La última
porción consiste en un derroche aleatorio reconstructivo, creando así una coda
inesperada.
‘A Bao A Qu’ despliega una significativa serie de sonoridades enarboladas al
modo de un manto nebuloso, intrigante e incluso tétrico, pero no tanto
apabullante como místico. El clímax surge como una oscuridad que se apodera del
ambiente sin paliativos. ‘ParaRap’ es una parodia de rap asentada sobre un
vibración jazzera y reciclada a través de las influencias de Slapp Happy y Art
Bears – tal vez se trate de lo más humorístico que JLFL haya grabado jamás.
Luego siguen dos piezas totalmente distintas entre sí: ‘Ca(s)za de Chaneques’
es una aventura en el inescrutable mundo de la musique concrete, mientras que
‘Oigo Voces’ es un sugerente híbrido de rock psicodélico y fusión donde el
acordeón se cuela naturalmente entre los arpegios y fraseos de la guitarra
eléctrica. ‘Muda de Piel’ es la pieza épica del disco. Este tema nos muestra a
un JLFL decidido a pasearse un poco por la foresta del electro-jazz: los
aportes del violín y la violectra ayudan mucho en los pasajes más cálidos,
mientras que los más lánguidos se explayan en la manifestación de densidad,
algo que JLFL maneja magistralmente. Los últimos minutos consisten en un
lamento que se levanta en un clímax equilibradamente sostenido, y digo lamento
porque el canto y el acordeón de Margarita evocan una terrible melancolía sobre
las cortinas sonoras elaboradas por Fernández Ledesma. El epílogo del disco es
‘Road Movie II’, un breve paraje donde el armonio y el acordeón construyen un
ambiente adecuado para los múltiples cantos finales de Botello. De este modo
termina este nuevo aporte de José Luis Fernández Ledesma al mundo avant-garde:
“Híbridos” nos plantea una perspectiva más multicolor y menos grisácea del
concepto artístico que se nos ha estado mostrando con cada uno de sus discos
hasta el momento presente.
César Mendoza
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