Temas
- Steel Monkey
- Farm on the Freeway
- Jump Start
- She said She was a Dancer
- Budapest
- Mountain Men
- Raising Steam
Integrantes
- Ian Anderson: voz, flauta, guitarra acustica y electrica, teclados,
secuenciador
- Martin Barre: guitarras electricas y acustica
- Dave Pegg: bajo electrico y acustico
Colaboradores – Doane Perry (bateria), Gerry Conway (bateria), Ric Sanders
(violin en 5),
Celebrado por muchos como un saludable retorno a las fuentes esenciales
despues del fiasco “Under Wraps”, este disco de Jethro Tull mayormente
pasara a los anales del mainstream como el que gano el Grammy al mejor disco
de heavy metal del año 1987, pasando por encima de Metallica y otros
candidatos mas “naturales”. Hasta ahora Ian Anderson recuerda con divertido
regocijo el apuro que tuvo que pasar Alice Cooper ante los abucheos de los
fans y varios criticos musicales presentes en a ceremonia cuando recogio el
premio en nombre de los ganadores ausentes. La verdad que la misma
nominacion era bastante jalada de los pelos, y eso que hay unas cuantas
piezas rockeras en este disco que portan una alta dosis de polenta. El tema
de apertura ‘Steel Monkey’ exhibe un despliegue de rock duro sobre una
secuencia de armonias sintetizadas y una caja de ritmos [recursos musicales
que, en principio, son opuestos al rock duro]: sin embargo, pocas veces los
punteos y riffs de Barre han sonado tan metalicos como en esta ocasion,
aunque es verdad que la mitad de los riffs estan ejecutados por el mismo
Anderson. Ademas, su gancho le permitio ser el primer single promocional –
yo recuerdo cuan atraido me senti por la garra de este tema desde la primera
vez que la escuche por la radio. Claro que su sola escucha no basta para
empujar al fan progresivo minimamente exigente para comprar el album, pero
sin duda, es una pieza atractiva por si misma, y ademas, es un indicio claro
de abandono del pop y retorno al rock. Una pieza mas solida en lo
compositivo, aunque menos agresiva en lo rockero, es ‘Jump Start’, un temazo
que no hubiera desentonado entre los momentos mas filudos del “Stormwatch” o
el “Benefit” si hubiera sido compuesta años atras. La ultima de las
canciones netamente rockeras del disco es ‘Raising Steam’, el cual nos
devuelve las vibraciones de ‘Steel Monkey’ pero con un cierto aura de mezcla
entre AOR ochentero y tecno-pop a lo ‘Under Wraps’ – sin ser malo ni
mediocre, es el tema menos logrado del disco, aunque lo cierra con un
ambiente entusiasta.
Los picos progresivos del disco estan contenidos en ‘Farm on the Freeway’,
‘Mountain Men’, y principalmente, ese opus fantasticamente hermoso de 10
minutos de duracion titulado ‘Budapest’. Los dos primeros temas nos llevan
al tema recurrentemente ian-andersoniano de la apologia de lo rural y lo
montañes frente al imponente imperio financiero y tecnologico de la sociedad
capitalista, tan impersonal y burocratizado como es. ‘Farm on the Freeway’
deplora la invasion del espacio vital por causa de la expansion constante
del mundo de cemento, mientras que ‘Mountain Men’ reivindica la candidez de
las costumbres y celebraciones de las villas y pueblos. En ambas piezas los
musicos arman una conexion bien fluida entre los momentos mas relajados y
los mas intensos, pero claro, si hablamos de ingenio compositivo y arreglos
magnificos, ellos alcanzan su maximo nivel en el antes mencionado
‘Budapest’. Toda una oda a la infatuacion en el contexto de una breve
estadia en un pais de Europa del Este, ‘Budapest’ sostiene su nucleo sobre
un motif recurrente bastante atractivo, solemne tal como lo ameritan las
connotaciones romanticas de las letras; los motivos variantes que van
surgiendo antes del reprise final exhiben elegantes solos de flauta y
guitarra acustica, junto a bien armados fraseos punteados de guitarra
electrica, e incluso algunas lineas de violin que complementan determinadas
partes de flauta. ‘Budapest’ es posiblemente la mejor composicion de
Anderson despues del final de los 70s. Dado que se trata de su cancion
favorita de toda la historia de JT - de hecho, el lo considera “la mejor
cancion de JT en el librito de la reciente edicion remasterizada de este
disco” -, no es de sorprender que aun hoy en dia sea un huesped infaltable
en los setlists de los conciertos de la banda. La cancion que hasta ahora
omitimos mencionar es la semi-balada blueseada ‘She said She was a Dancer’,
una pieza amable con un ambiente crepuscular: aqui se nota, sin tapujos de
ningun tipo, la absorcion de la influencia de Dire Straits (quienes por
aquel entonces todavia estaban disfrutando de los buenos reditos que les
proveyo la formula ganadora del album “Brothers in Arms”), una absorcion que
resulta mas solapada en otros temas del disco.
Bueno, en conclusion, “Crest of a Knave” me parece un muy buen disco de Ian
Anderson y cia., quienes logran exitosamente probarnos que aun tienen
algunas cosas interesantes que decir en el negocio del rock. Bien es verdad
que no alcanza el nivel de brillantez de sus obras maestras setenteras, pero
dada la presencia de varios momentos excelentes en su repertorio, creo
firmemente que “Crest of a Knave” no debe ser pasado por alto en una buena
discoteca progresiva. En buenas parte, este disco puede muy bien funcionar
como un barometro para medir la presion musical de los discos grabados por
el grupo a partir de 1982.
Cesar Mendoza
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