Temas
- Britannia
- Coranto for Mrs. Murcott
- The Earl of Derby, His Galliard
- House of the King
- A Galliard
- A Galliard
- A Pavan
- Javeh
- A Fantasy
- Lammy
[i. I Am ii. Asleep, half Asleep, Awake iii. She Is iv. Lammy, We Are v.
The Last Will & Testament v. Amen]
Jan Akkerman: guitarras, laud, bajo, organo, percusion
Colaboradores – Ray Lucas (bateria), Carmine Appice (bateria), Tim Bogert
(bajo), George Flynn (clavicordio, piano, glockenspiel, arreglos orquestales
y corales), Daniel Waitzman (flautas)
Este es a mi parecer un disco mas logrado en conjunto que “Profile”, pues
contiene una mayor cohesion interna, la misma que esta fundada en un acento
mas fastuoso producido por los masivos colores orquestales de cuerdas y
maderas que aparecen de forma decisiva en varios momentos del repertorio. La
tematica predominante recae en los temas de corte renacentista y barroco (la
mayoria son de autoria ajena), con lo cual se realza el aspecto bucolico y
pastoral que formaba parte importante de la rica personalidad musical de
Akkerman: el laud es el instrumento protagonista en este disco. El aire de
academia y exquisitez formal esta firmemente presente sin duda alguna, pero
“Tabernakel” no es el tipico disco de musica clasica o antigua, ni se limita
a reposar sobre laureles conservadores sin mas ni mas: Jan Akkerman se las
arregla muy bien para viajar por los senderos de la historia, y a la vez,
mantener una vitalidad genuina en sus ejecuciones, tanto asi que varias las
piezas antiguas parecen adquirir un colorido renovado, aunque en otras se
esfuerza por recrear las añoranzas añejas de veladas palaciegas. En todo
caso, Akkerman no se limita a “jugar al arqueologo”.
El tema de inicio, ‘Britannia’, empieza con unas lineas evocativas provistas
por un solitario laud, al cual pronto se le unen una seccion ritmica suave y
cadenciosa (el mismo Akkerman se encarga del bajo), y una seccion de cuerdas
moderadamente exuberante. Otras piezas estan interpretadas exclusivamente en
el laud o la guitarra española, con lo que se crea una ambiente intimista
menos fastuoso y mas ‘inmediato’. La pieza acustica que mas destaco es
‘Javeh’, composicion de Akkerman que sigue las pautas de la musica de camara
contemporanea, llena de disonancias, algunos sutiles vacios efectistas, y
aleatorios toques orquestales: ciertamente, una pieza que rebosa una rara
belleza, dueña de una misteriosa majestuosidad que se condice perfectamente
con las ideas de misterio e imponencia que se asocian a la figura divina
aludida en el titulo. Es una joya que brilla con una inmensa luz propia
dentro de este repertorio.
Pasando a las dos piezas electricas y mas cercanas a las pautas generales
del progresivo sinfonico, mencionamos ahora el simpatico cover del primer
hit de Focus, ‘House of the King’: Akkerman da tribuna al sitar electrico,
con un acompañamiento de cuerdas que le da unas texturas decisivas al tema,
especialmente en las cortinas que aparecen en el interludio en reemplazo del
solo de guitarra que estaba en la version original. El cierre viene con una
suite en la cual se concentra de una sola vez toda la fastuosidad que en
algunos de los temas anteriores solo habia surgido de forma dosificada y
ocasional. La suite en cuestion se titula ‘Lemmy’: incluye pasajes corales
de onda casi wagneriana, fondos sostenidos de organo que rebosan una
solemnidad casi gotica, una seccion jazz fusion de corte etnico - aqui
reaparece el sitar electrico - elaborada inteligentemente sobre un
crescendo, otra seccion jazz mas enraizada en el funky, y un extenso pasaje
climatico, introspectivo en intencion y fastuosamente sinfonico en actitud,
que luego da paso a una hermosa coda barroca al laud y clavicordio. Tal vez
se trate de la pieza musical mas ambiciosa de toda la carrera de Akkerman;
en todo caso, es el cierre perfecto para un disco ciertamente brillante.
Cesar Mendoza
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