Temas
- Sansara (8:12)
- Tusan Homichi Tuvota (9:03)
- Sunken Bell (2:29)
- And Who's the God Now?!... (10:25)
- Indukted (6:51)
- Aemaet (8:25)
- Nemesis Voices (6:19)
- Ninth Wave (11:32)
Integrantes
- Ewa Jablonska: violin
- Piotr Kocimski: guitarras
- Maciej Jaskiewicz: guitarras
- Wawrzyniec Dramowicz: bateria
- Andrzej Kaczynski: bajo
Colaboradores Nils Frykdahl (voz en 2), Maciej Taff (voz en 4), Michael
Luginbuehl (voz en 7), Marta Maslanka (cimbalom), Robert Majewski (trompeta)
Unos de los discos mas brutales y macizos que se han lanzado al mercado
progresivo en el presente ano 2009, Idmen confirma a Indukti como uno de los
mas notables grupos polacos nuevos que aun siguen vigentes dentro del
escenario mundial del rock artistico. S.U.S.A.R., el disco debut de este
ensamble polaco, llamo la atencion de muchos en su momento por su manera tan
peculiar de jugar con algunas reglas del prog-metal y reciclarlas a traves
de elementos inspirados en el math rock y la psicodelia de raigambre
fusionesca, siendo asi que entre las incandescentes rafagas de las guitarras
y los intrepidos esquemas estructurados por la dupla ritmica, una linda dama
lograba que sus lineas y armonias de violin se hicieran notar de manera
relevante. Lo que encontramos ahora en Idmen es una maciza maduracion de
esta linea de trabajo, en otras palabras, algo que deberia encantar a los ya
existentes admiradores de Indukti y que posiblemente convoque a otros
nuevos.
Sansara abre el disco con una polenta tan ponderosa como magica, siendo asi
que las guitarras duales manejan muy bien sus impecables complementaciones
mutuas en los riffs, mientras que la bateria se desenvuelve agilmente a
traves de los no muy sencillos desarrollos ritmicos en los que se enmarca la
pieza. Poco antes de llegar al minuto 5, el tema vira hacia un aspecto mas
orientado hacia lo reflexivo, con un medido protagonismo de lo acustico; por
supuesto, el violin sigue volando sobre sus etereos surcos en el aire. Tusan
Homichi Tuvota abre con guitarras acusticas y cimbalom, abriendo una veta de
tranquilidad tetrica, una calma enganosa que expresa su propio engano: el
canto aportado por el vocalista de la ilustre banda estadounidense
Sleepytime Gorilla Museum Nils Frykdahl ayuda a percatarnos, sin mayor
espacio para la duda, que esta pieza nos invita a explorar en los rincones
mas oscuros de nuestro subconsciente. De por si, esta pieza se destaca
principalmente por sus aires exoticos, armados con una aureola de
expectativa ante algo chocante que no sabemos que es, pero que amenaza
seriamente con afectarnos en algun momento. Y asi, confirmando nuestras
sospechas, la pieza se va haciendo mas oscura a medida que va avanzando en
su desarrollo, aunque sin perder nada de su bien articulada exhuberancia
arabiga: el sendero hacia el climax final esta impecablemente disenado. Si
el primer tema supuso un rotundo tour-de-force, el segundo conforma uno de
los pinaculos incuestionables del presente album. Sunken Bell es un retazo
de percusiones exoticas y capas sonoras espaciales, muy en linea con lo que
seria la musica para una pelicula de David Lynch producida y compuesta por
una banda etnica en los Real World Studios. En fin, seguimos con And Who's
the God Now?!..., pieza que comienza con una dinamica tribal para
sortilegios maniaticos. El cuerpo central sigue el patron de Opeth y el
Porcupine Tree actual, aunque con una arrolladora presencia de lo exotico de
manera muy similar a la del segundo tema. la presencia del cantante de la
banda metalera Rootwater completa la impronta pesada de la cancion. Los
delirios ritualisticos del final conjuran una mezcla de magia y locura tan
inquietante como atractiva.
Indukted abre la segunda mitad del disco abriendo rafagas contundentes e
intimidantes desde los primerisimos instantes, estableciendo un paisaje
sonoro arrollador donde la magia imponente de lo metalero se administra en
irresistibles cadencias y sincopas que reciben equitativas herencias del
math-rock estandarizado, Tool y el King Crimson del nuevo milenio. Esta
arquitectura de agresividad inteligente desarrolla una ambientacion que en
muchos momentos resulta atemorizante, pero mayormente lo que se refleja es
neurosis hiperbolica. Una agil secuencia de arpegios de cimbalom concluye la
pieza para anunciar un segundo vendaval titulado Aemaet, el mismo que
perpetua el clima de violenta neurosis precedente, incluso llevandolo a un
esquema de trabajo un poco mas crudo. Poco antes de llegar a la frontera de
los 3 1/2 minutos, la pieza vira hacia un paraje etereo, evidentemente
inclinado hacia el space-rock, portando ademas una estilizacion
contemporanea afin a ciertos aspectos de Porcupine Tree. El exotico talante
exotico que se destila en este motivo y la sutilmente compleja labor del
baterista marcan la diferencia, hasta que llega el momento de subir
nuevamente los decibeles para enrumbarse hacia un nuevo viaje prog-metalero,
mientras que las capas de sintetizador persisten en sus aportes cosmicos. El
cimbalom regresa para el interludio que sirve para terminar este tema y
pasar al siguiente, Nemesis Voices, el cual basicamente es un nuevo
ejercicio de prog-metal encapsulado en devaneos patentes con el math-rock.
Ninth Wave ocupa los ultimos 11 1/2 minutos del disco, abriendo con
atmosferas contemplativas en las que la trompeta invitada ocupa un lugar muy
especial con sus etereos fraseos. Tambien tenemos un delicioso dueto de
guitarras acusticas que se basa en su sencillez estructural para estimular
el armado de una ambientacion calida adornada con misterio. Al llegar al
tercer minuto, el esquema ritmico y el esquema instrumental se van
intensificando de manera inmisericorde en aras de estipular un nuevo
desarrollo de riffs y armonias inquietantemente agresivas. Mas adelante,
volvemos a los pasajes contemplativos y nos topamos con una estupenda
ocasion para disfrutar de un casi mistico solo de violin, instrumento que
termina acompanado por la trompeta en un momento en que el ensamble prueba a
jugar con sabores Latin-jazz. En fin, lo metalero vuelve a imperar despues
de un rato no muy largo, pero esta vez la descarga electrica aparece en una
forma un poco mas matizada, permitiendo que los vuelos del violin se hagan
notar dentro del esquema grupal. Los sonidos de olas y gaviotas en la costa
marcan el epilogo de esta pieza y del album. Indukti realmente ha dado un
paso adelante en su sendero progresivo con lo ofrecido en Idmen, disco que
recomiendo a los coleccionistas progresivos afanosos que tengan un lugar
especial para los sonidos metaleros experimentales.
Cesar Mendoza
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