Temas
- Les Soucoupes Volantes Vertes
- Jet Girl: in New York or Paris, Equivalent / in South Bronx
- Le Retour des Soucoupes Volantes Vertes
- Bal-a-fou
- Le Fils des Soucoupes Volantes Vertes
- Interface – Live (Part 1)
- Interface – Live (Part 2)
- Interface
Integrantes
- Richard Pinhas: sintetizadores Moog III y B, guitarra, aparatos electrónicos
- François Auger: batería, percusión, sintetizador
- Patrick Gauthier: sintetizadores Mini-Moog y Moog bass
Colaborador – Didier Batard (bajo en 4)
!Qué gozada de disco! A medida que voy dándome abasto en mis exploraciones
melómanas para descubrir la obra de Heldon y de Richard Pinhas, más me convenzo
de que estamos ante una propuesta musical pionera que va más allá de los meros
cánones del art-rock y la electrónica, a pesar de que precisamente el esquema
formal bajo el que se articula el sonido de Heldon consiste en una confluencia
sólida de art-rock y electrónica. La cosa es que la profundidad conceptual es
tan grande en la base de su discografía y el reciclamiento estético es tan
ingenioso con cada nuevo ítem que no cabe sino aseverar que la música de Heldon
apunta frontalmente hacia una expansión de sí misma a través de sonoridades que
se empapan de modernismo y pugnan por librarse de parámetros aburguesados. El
caso de “Interface” es especial en tanto que sucede al brillante e intenso “Un
Rêve Sans Conséquence Spéciale”, y es así que “Interface” recoge algunas de sus
inquietudes fusionescas y las explora con mayor fruición. Gauthier y Auger
están bien afianzados en sus roles de socios creativos de Pinhas, mientras que
éste se concentra en expandir el potencial de su visión musical definitiva. La
edición digital de “Interface” incluye un repertorio más amplio que el del
vinilo, el cual solo incluía los temas 1, 2, 4, 5 y 8 (según la numeración del
CD).
El primer tema dura menos de 2 ½ minutos, pero con su organización de loops
sintetizados y batería de orientación jazzera nos pone de lleno en el ambiente
predominante del disco. El segundo tema, ‘Jet Girl: in New York or Paris,
Equivalent / in South Bronx’, ofrece una muestra de esa filuda neurosis
cibernética que ya lleva años de patentada en el mundo musical de Heldon,
contando ciertamente con esa vibración tan intensa que Auger ya instauró en el
tema de apertura. Pinhas se siente lo suficientemente cómodo en el formato
expandido de esta pieza como para enarbolar sólidas texturas en su guitarra
según el estereotipo frippiano. Más adelante, ‘Bal-a-fou’ establece un mágico
viaje fusionesco firmemente, apoyado por la versátil destreza rítmica de la
dupla Auger–Batard y sabiamente trastocado a través de la fluida parafernalia
electrónica del ensamble: en cuento a lo último, cabe destacar los hipnóticos
vuelos de Gauthier en su Mini-Moog, mientras que otros sintetizadores están a
cargo de completar el esquema rítmico y emular la atmósfera global de
celebraciones tribales exóticas. La pieza comienza al modo de una tormenta
cósmica surrealista enmarcada dentro de un clima cinematográfico, siendo así
que a partir del segundo minuto y medio se arma el cuerpo central en vía hacia
su ulterior solidificación. A veces pienso que Heldon se olvidó momentáneamente
de ser él mismo para involucrarse en un “homenaje simultáneo” a Jan Hammer y
Clearlight. Precediendo y sucediendo a ‘Bal-a-fou’ hay sendas piezas de breve
duración que completan la idea de ‘Les Soucoupes Volantes Vertes’: la segunda
de dichas piezas se embarca en una elaboración roquera que oportunamente nos
prepara para la pieza cumbre del disco. Los temas 6 y 7 son porciones de
ejecuciones en vivo del tema homónimo, ítems que dan debida cuenta de la
especie de energía y robustez que cabía esperar de un evento musical realizado
por Pinhas y co. En fin, la pieza homónima en su versión oficial de estudio es
la que ocupa los 19 minutos finales del CD. Tenemos para empezar un largo
preludio cibernético, abrumadoramente maquinista al más puro estilo futurista
de la vanguardia electrónica. Poco a poco, Auger asume un protagonismo
simultáneo con su polenta jazz-rockera a la batería mientras los efluvios
sintetizados se explayan en una gradual complejidad. Antes de llegar al octavo
minuto y medio recién surge la guitarra de Pinhas, como siempre dispuesta a
soltar y entretejer texturas frippianas en una manifestación de inquietud y
vibración. A medida que nos vamos acercando al final, la amalgama de
sintetizadores empieza a convertirse en una bandada de socios desafiantes de la
guitarra: !la herencia de “Un Rêve Sans Conséquence Spéciale” puesta a generar
réditos! El broche de la pieza viene en clave de coda blues, un ejercicio de
humor para culminar este delicioso y delirante frenesí cósmico.
“Interface” es una obra esencial dentro de la instauración y desarrollo del
aporte de Heldon a la escena vanguardista francesa de los 70s. Ya en este punto
es más que obvio que Heldon ha afianzado su propia voz en un culmen de
consistencia, ingenio y vigor. Este disco es un ejemplo de cómo una propuesta
musical tan lúcidamente articulada en lo cerebral puede también reflejar la
punzante intensidad que subyace a los tiempos (post-)modernos en que vivimos.
César Mendoza
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