Temas
- Five Suns - Part 1 (4:31)
- Five Suns - Part 2 (10:19)
- Five Suns - Part 3 (10:30)
- Five Suns - Part 4 (12:57)
- Five Suns - Part 5 (7:55)
- [untitled] (1:00)
- Mictlan (8:58)
- Topan (6:37)
Integrantes
- Daniel O'Sullivan: piano Fender Rhodes, órgano, mellotron, armonio, guitarra,
sintetizadores
- Matt Thompson: bajo, guitarra, sintetizadores
- Dave Smith: batería, percusión
Guapo es un prolífico grupo británico que recién he comenzado a descubrir
recientemente, a inicios de este año 2008, pero ya había leído mucho sobre
ellos en Internet, especialmente los elogios que cosecharon de parte del
público que apreció su actuación en el Festival de Rock en Oposición que se
celebró en Francia en 2007. Guapo era una de mis asignaturas pendientes más
preocupantes, y ahora que estoy en camino, me siento bendecido desde la parte
más catártica de mi melomanía. La oferta musical de Guapo es un zheul
instrumental pletórico de sonoridades agresivas, varias veces tendiendo a lo
caótico, pero siempre bajo el sabio control de los músicos involucrados en la
creación de sonidos. El disco que ahora nos ocupa es “5 Suns”, el sexto de
estudio de su carrera.
Los cinco primeros temas del disco conforman sendas secciones de la suite
homónima. Con un golpe de gong comienza la primera sección de ‘Five Suns’, tras
lo cual sigue una amalgama caótica de teclados, bajo, batería y más golpes de
gong, amalgama que se va acumulando en forma de frenesí creciente, al modo de
un incendio que se propaga cruelmente a través del espíritu. Una interrupción
momentánea de armonio es el preámbulo a un insospechado clímax de intensidad
neurótica infinita, la misma que aterriza en otra serie de acordes de armonio
muy a lo “horror B-movie”. Este pasaje es la antesala a la segunda sección, la
primera propiamente armada con un esquema reconocible. El sonido del grupo se
evidencia como emparentado con el Magma clásico, NeBeLNeST y el Present de los
dos primeros discos, y por qué no, también la vibración crimsoniana que tan
bien fue renovada por la oleada escandinava (Anekdoten, principalmente). Smith
maneja con soltura su diversidad de registros, que van desde cadencias de
raigambre jazzera con secuencias rítmicas cacofónicas y redobles llenos de pura
polenta rockera; a su vez, el matrimonio rítmico que conforma con Thompson sale
a relucir muy bien dentro del ensamble sonoro. Los teclados se hacen
misteriosos, abrasivos, sutiles, tétricos, majestuosos, según la exigencia del
momento. A pesar de que la potencia sonora del grupo puede hacernos pensar y
sentir que los músicos se enfrascan en mutuos desafíos, en realidad lo que
predomina aquí es un espíritu de armazón, un ambiente creado por tres mentes
que piensan al unísono en una misma idea desde sus propias perspectivas
concluyentes. En este sentido, su propuesta zheul se distingue de la de Happy
Family o Bondage Fruit, por ejemplo. Sin notarlo, llegamos a la tercera
sección, la misma que arrastra buena parte de la tensión de los momentos más
intensos de la segunda, pero al tercer minuto gira hacia ambientes más
contenidos, como un misterio en clave jazz-rock dentro del permanente esquema
zheul. Las cosas no tardan mucho en volver a un nivel absorbente de intensidad,
pero prevalece la predominancia de cadencias jazzeras en la dupla rítmica
(Smith es un total monstruo percusivo en los últimos 3 minutos de esta
sección). La sección cuarta es tal vez la más ordenada de todas, comenzando con
unos ambientes muy calmos (aunque también sutilmente perturbadores), para poco
a poco ir elaborando un crescendo con un pulso magnífico y un dinamismo
soberbio a la hora de manejar los momentos climáticos, ya sea para crear
puentes o mantener el fuego sobre un compás marcial apabullante. La última
sección está armada sobre cadencias lánguidamente densas, emparentadas con el
estándar del post-rock. Los golpes de gong culminan al modo de un viento
psicodélico.
El sexto tema está intitulado, y consiste meramente en un minuto de silencio
(?por qué no titularlo ‘One Minute of Silence’?, ?tal vez para no pagar
regalías a los herederos de John Cage? En tal caso, vale.). Los dos últimos
temas están a cargo de completar el repertorio después del tremendo terremoto
musical que supuso la suite. Una labor poco envidiable, pero queda claro que
estas piezas no son relleno en lo absoluto. ‘Mictlan’ exhibe una agilidad
notoria, basada en la prioridad que se da a las tonalidades del jazz-rock (a
veces casi semejantes a Matching Mole): con este recurso se genera una aureola
de ágil dinamismo a través de las bien articuladas interacciones entre los tres
músicos. Los últimos 6 ½ minutos del disco están ocupados por ‘Topan’, una
pieza muy jazzera que comienza por un sendero de amable ensimismamiento
amocional – las cosas se ponen un poco más tensas con la incorporación de
pulsaciones rítmicas y ornamentos inquietantemente disonantes de piano
eléctrico, pero el tema nunca estalla en una autentica explosión neurótica. Es
una manera peculiar de terminar un disco que había comenzado con 46 minutos de
pura amenaza sónica en la suite. En todo caso, “5 Suns” queda como uno de los
discos más emblemáticos del progresivo vanguardista actual, y Guapo se
manifiesta como una fuerza creadora de primer nivel.
César Mendoza
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