Temas
- Cakewalk (4:56)
- Hallelujah Anyway (6:46)
- Large Afternoon (4:34)
- No Room – But a View (3:38)
- Anthems (6:09)
- On the Night (5:19)
- On Suite (6:46)
- Lazy Days (4:18)
- May Fair (4:13)
Integrantes
- Dave Greenslade / teclados
- John Young / teclados, voz
- Tony Reeves / bajo
- Chris Cozens / batería
El disco de retorno de Greenslade marcó un nuevo paso dentro de las repartidas
empresas de reactivación de viejos ítems en los cuales se había embarcado Dave
Greenslade desde mitad de los 90s. Teniendo a un renacido Colosseum con un
disco en vivo y otro de estudio, Greenslade tuvo a bien devolvernos también a
Greenslade en este disco titulado “Large Afternoon”, con su usual formato de
cuarteto con dos teclistas, uno de ellos a cargo de la voz solista: puesto que
el tocayo de Greenslade Lawson no estaba disponible (o dispuesto), llegó a
bordo John Young, teclista estilizado y experto en colaboraciones varias (Uli
John Roth, John Wetton, Bonnie Tyler), y dicho sea de paso también, con un
registro de voz más acorde a los estándares del AOR. La vuelta del bajista Tony
Reeves es siempre una buena noticia, habida cuenta del despliegue de energía
que siempre aportó a los discos de Colosseum y Greenslade, pero en esta ocasión
sus aportes tienen que medirse según el swing y groove del baterista de turno,
que no es Andy McCullough, sino Chris Cozens. Realmente se trata de un
baterista preciso, pero desafortunadamente no dispone de esos bríos
particulares e ingenio para matices jazzeados que sí tenía McCullough, lo cual
hace que el sonido grupal se muestre más cuadriculado de lo que algunos
podíamos esperar, y claro está, eso influye en las mayores restricciones con
las cuales debe operar Reeves. El imperio de sonoridades patentemente
digitalizadas también repercute en este proceso de revaloración del estilo
Greenslade – no son apabullantes ni gratuitos, es cierto, pero teniendo en
cuenta el funcionamiento del esquema rítmico tal como se mencionó, la
ambientación general del disco parece caer varias veces en una suerte de
“modernización forzada”.
El instrumental de entrada ‘Cakewalk’ abre el disco con una fastuosidad
alimentada por un esquema rítmico ágil, algo así como un replanteamiento
semi-wakemaniano de la atmósfera típica de un tema de detectives como ‘Peter
Gunn’. El interludio lento le da al asunto un aire ceremonioso bastante cálido
antes de la previsible retoma del motivo inicial en la coda. ‘Hallelujah
Anyway’ tiene un ambiente amable, bien llevado por una serie de arreglos que
introducen algo de complejidad con una actitud bastante moderada: esta pieza
puede sonar a una mezcla de Hackett contemporáneo y Procol Harum 72-74. La
pieza homónima es otro instrumental llamativo, incorporando un elegante manejo
de los solos de teclado, y miren ustedes por dónde, algunas florituras de
Reeves elaboradas con suficiente buen gusto como para no romper con el groove
de la pieza. ‘No Room – But a View’ suena a Camel sin guitarra (un irreal buen
tema de “Stationary Traveler”, más bien): creo que un arreglo más expansivo con
algunos elementos jazzeros hubiera podido sacar más provecho de esta idea
musical, que se queda en pegadiza nada más. ‘Anthems’ es un instrumental de
tenor atmosférico, donde Greenslade reitera ciertas cercanías al estándar de
Wakeman. ‘In the Night’ persiste en esta tendencia atmosférica, aunque esta vez
se aleja del esquema progresivo y se aproxima al esquema de balada AOR tipo
Chris Rea. Los elegantes efluvios de piano eléctrico ayudan a brindarle al tema
algo de magia dentro de su estereotipo. ‘On Suite’ pora un vigor bastante
cálido, instalado en una posición intermedia entre el AOR y el sinfonismo. En
las partes cantadas, la balanza se inclina más hacia lo primero en base a un
arreglo rítmico bastante ligero; los pasajes instrumentales lentos, por su
parte, cargan muy bien con la aureola de majestuosidad aludida en el motivo de
turno. También tenemos un espectacular solo de sintetizador y un vivaz solo de
bajo después de la última parte cantada: ambos ítems le dan una prestancia
adicional al momento. ‘Lazy Days’ emplea una secuencia percusiva programada
bajo el toque de la batería real de Cozens: la ambientación cándida de la
composición, ampliamente basada en cortinas armónicas de sintetizador,
solidifica la tendencia cuasi-fusión de la línea compositiva. ‘May Fair’
concluye el disco con un aire de esplendor, no llevado hasta niveles fabulosos,
pero sin duda bien armado alrededor de la idea musical de base. Esta pieza es
la que más me recuerda al Greenslade clásico (más específicamente, “Spyglass
Guest”), en una cierta cruza con Craft.
“Large Afternoon” es, a grandes rasgos, un disco bonito y bastante digno en
cuanto al despliegue de ingenio compositivo en las melodías y los estilizados
arreglos derivados a partir de allí. Pero, por un lado menos positivo, se trata
de un retorno no tan glorioso de Dave Greenslade y co. a la arena progresiva.
Comparado con retornos más explosivos como los de Témpano, Happy the Man o Van
der Graaf Generator, este retorno de Greenslade no muestra una recuperación
inmensa de vieja magia ni un despliegue de vigor que amerite grandes elogios:
“Large Afternoon” es cumplidamente bueno, recomendable particularmente para
completar la colección de Greenslade.
César Mendoza
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