Temas
- Anec Retrorsum (0:22)
- Sorgente Sonora (4:16)
- Misera Venere (5:19)
- Quantocámia (7:36)
- L'Artista (4:30)
- L'Estremo Viaggiatore (4:40)
- La Paura (4:55)
- Misera Venere (Reprise) (3:34)
- L'Indice E l'Occhio (8:32)
Integrantes:
- Claudio Filippeschi: voz, piano, teclados
- Flavio Timpanaro: bajo, pedales Moog Taurus, coros
- Stefano Magini: batería
- Massimo Dolce: guitarras, efectos, programación de loops
Colaborador - Matteo Breschi (flauta en 8)
Formado en 2008 en la localidad de Grosseto (Toscana), el cuarteto italiano
Gran Turismo Veloce brinda una peculiar propuesta progresiva donde se combinan
y alternan con fácil fluidez estándares clásicos y recientes del rock
artístico: el repertorio de su disco debut "Di Carne, Di Anima" incluye
aspectos estilizadamente melódicos propios del sinfonismo italiano, atmósferas
envolventes floydianas amalgamadas con recursos musculares a lo Porcupine Tree,
ambientes de raíz neo-prog, manejos de electrónica pop-psicodélica a lo
Radiohead, también algunos aires de familia con la inflada solemnidad propia de
varios referentes retro-sinfónicos de los últimos 15 años. O sea, Gran Turismo
Veloce forja su estilo sobre la pretensión de sintetizar pautas del progresivo
de vieja escuela, desarrollos más recientes de los 80s y recursos de claras
consonancias contemporáneas.
"Sorgente Sonora" comienza con una base escalas de piano para que, a partir de
ahí, el cuerpo central (alternando compases de 5/4 y 6/4) desarrolle una
atractiva recreación de sinfonismo revestido de texturas psicodélicas
moderadamente pesadas. El tema final sirve para que el grupo aumente la
vibración rockera del momento, una idea muy rara en tanto que el teclado emula
momentáneamente al acordeón, pero funciona muy bien. Los siguientes 5 minutos y
pico están ocupados por "Misera Venere", tema que porta un aire un poco más
introvertido, cercano en algo al Porcupine Tree de la etapa "Stupid Dream" y al
Pink Floyd post-Waters, pero con una garra menos llena, centrándose más en la
inquietud por elaborar una aureola de magnificencia en torno al tenor
contemplativo en curso. A continuación viene "Quantocámia", pieza que cumple
con la misión asignada de estrenar la expresividad de la faceta más fastuosa de
la banda: con un esquema sónico donde confluyen los estándares de RPWL,
Karmacanic, el Camel 90ero y el último Finisterre (el de "La Meccanica
Naturale"), Gran Turismo Veloce organiza un excitante viaje instrumental que
comienza explayándose sobre un exultante tempo de 3/4, luego vira hacia un
ambiente reposado donde inicialmente florece un solitario piano eléctrico y
posteriormente emerge el ensamble completo bajo el liderazgo de una guitarra
solista muy a lo Latimer, para finalmente completar la idea con una pomposidad
solemne que nos es habitual hallar tanto en las ofertas neo-progresivas
continentales del nuevo milenio como en el retro-prog, cerrando finalmente con
una coda donde se cita brevemente el primer motivo. Este instrumental puede ser
percibido instantáneamente como un cénit seguro y decisivo del disco. Con
"L"Artista", la banda regresa a su faceta más introspectiva con su peculiar
manera de reciclar el sonido de unos Marillion (post-"Marbles")
radioheadizados: nada especial en cuanto a lo estrictamente compositivo, pero
con unos interesantes efectos de ruidos callejeros en medio que ayudan a darle
un cierto aire desquiciado al asunto reflexivo. Las cosas cambian drásticamente
con "L'Estremo Viaggiatore", pieza que alterna pasajes marcados por riffs
prog-metaleros con otros más cálidos, armados con la sencillez propia de un
medio tiempo neo: una vez más, la irrupción momentánea de una atmósfera
inesperada en el intermedio logra reformular la experiencia de modo muy
efectivo. "La Paura" retoma una vez más el aura del Radiohead cibernético en
combinación con una vibración rockera de inspiración space-rockera que aporta
una moderada densidad a la bien definida y no muy compleja estructura melódica
de la canción. Los siguientes 3 minutos y medio del álbum están ocupados por el
reprise de "Misera Venere", pieza absorbida por una cadencia melancólica que
toma el último motivo del primer "Misera Venere" y la brinda una aureola
envolvente, a veces alimentada de ornamentos psicodélicos calculadamente
suavizados. Este tema y el anterior me hacen recordar un poco a Röhmer, uno de
esos tantos proyectos italianos de Zuffanti. "L'Indice E l'Occhio", que con sus
8 1/2 minutos de duración es la pieza más larga del álbum, está a cargo de
cerrarlo con un aire de estilizada grandilocuencia que recibe ciertas herencias
del BMS de "Canto Di Primavera" y el Le Orme de los últimos años, explotando su
sencillo motivo básico con soltura y elegancia, sin caer ni en la pesadez ni en
la languidez, por el contrario, manteniendo su vibración reflexiva de forma
ecuánime. Segundo y final cénit del disco.
Todo esto fue la experiencia de "De Anima, De Carne", disco que pone a Gran
Turismo Veloce en el gran mapa mundial del rock progresivo: cabe resaltar, como
punto final, que este ítem viene siendo ampliamente elogiado en las redes
especializadas en la difusión del género progresivo y afines.
César Mendoza
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